sábado, 9 de junio de 2018

Argentina: Todo berreta

Reducida la discusión política a la prepotencia del veto, al decretazo, toda la posibilidad que concede la convivencia democrática, propia del consenso ampliamente dialogado, se va al bombo. Todo es de cuarta, todo berreta, comenzando por la cabeza.

Roberto Utrero Guerra / Especial para Con Nuestra América
Desde Mendoza, Argentina

El veto presidencial a la ley del Congreso sobre las tarifas y el discurso del presidente Macri en la provincia de Salta, llamando a conferencia de prensa para darlo a conocer, es parte de la conducción de Cambiemos a que nos tiene acostumbrados. Su deslucida arenga, restringida en contenido, pero demoledora en sus efectos, intentó convencer que era la ¿única? salida. Raro, ¿no? Su bisturí no tiembla en recortar para el pobrerío, mientras es ampliamente generoso con las grandes distribuidoras de gas y electricidad (en manos de amigos), por ejemplo, que han tenido exorbitantes ganancias el último año.

Su mensaje dejó claro que no le van a torcer el brazo, que va a continuar con el camino trazado desde el comienzo. Mucho más ahora, que las exigencias del Fondo Monetario Internacional lo arrinconan a extremar los ajustes. Su tozudez y persistencia se basa en su apertura al mundo y la opinión de los de afuera, aunque el adentro esté amurallado, blindado por los medios y sea necesaria toda la fuerza pública para barrer las calles. Quedó claro que le importa un rábano el Congreso, las largas discusiones y las diversas propuestas que se podían adoptar. Su razonamiento binario le impide los matices, le facilita hacer la suya, la que siempre hizo.

Otra de las picardías urdidas entre Donald Trump, Benjamín tanyahu y Mauricio Macri fue programar un partido de la selección argentina de fútbol en Jerusalén, en un estadio Teddy Kollek, construido justo en el lugar donde se masacró una aldea en la guerra de los seis días, hace 51 años. Felizmente los jugadores y el director técnico decidieron no viajar y verse involucrados en un conflicto que no les pertenecía y que, sus admiradores islámicos pudieran tomar como ofensivo. No obstante el gesto, aplaudido por gran parte de la comunidad argentina e internacional y la diplomacia palestina, los medios hegemónicos han intentado instalar el costo de 16 millones de dólares que la empresa contratante, cobraría a la Asociación Argentina de Fútbol AFA, por incumplimiento del contrato. Entre las pantallas de humo, también están los que inundan las redes sociales sobre la desubicación de Messi e Higuaín sobre la medida adoptada, aunque el riesgo de sus vidas sólo lo corrieran ellos.

Como siempre el ruido y no las nueces en este tire y afloje de mentiras, rumbo a un Mundial que será utilizado para la reforma laboral y cercenar la acción del movimiento obrero organizado, cercando la figura tradicional de los sindicatos, cuya trayectoria de más de siete décadas, es un obstáculo a los objetivos de la Alianza Cambiemos.

Finalmente, este jueves 6, fecha en que se celebra en Argentina el Día del periodista, el gobierno a través del Ministro de Hacienda y el Presidente del Banco Central, dieron a conocer el acuerdo logrado con el Fondo Monetario Internacional para un crédito stand by de 50 mil millones de dólares a tres años, más otros 6.500 millones de dólares de otros organismos financieros de créditos, con el compromiso de bajar el déficit fiscal en tres años. Nada dijeron sobre la marcha de la inflación, que se disparó al doble de lo proyectado y que el dólar al día siguiente (hoy viernes 8) sobrepasó los $26 en la City porteña, nuevo record alcista. Tampoco que el préstamo, celebrado con champán, bombos y platillos, le ataría las manos al próximo gobierno de cualquier signo político. Todo berreta. Todo mentira. 

El Jefe de Gabinete viaja a realizar homenaje a los viejos y eternos imperialistas: inicia su gira en Londres, y luego va a Nueva York a rendirles pleitesía a los viejos patrones para que ellos inclinen el pulgar para lograr el beneplácito crediticio. A idéntica actitud responde el viaje – aconsejado por su amo del norte – del presidente a Canadá a la reunión del Grupo de los Siete. Actitud lacaya que, desde luego reditúa a los intermediarios y sus acólitos.

Esta es la versión oficial de los hechos, aunque el desenlace esperado, conforme la experiencia reciente será totalmente diferente, como muy diferente es intentar promover un cambio en las políticas del FMI, cuando ya sabemos lo ocurrido en Grecia, todas las consecuencias sufridas por la población.

A todo esto, la sociedad nacional se ha expresado masivamente en las calles y hay programados paros por diversos sectores sociales, comenzando por el gremio de camioneros, liderado por Hugo Moyano que amenaza paralizar al país para el día 14 de junio, siguiendo el ejemplo de los hermanos brasileños que dejaron al país desabastecido. Claro, Moyano lo ha tomado como una cuestión personal y siente que la Justicia se ha metido con su familia por presión oficial. Hecho que se suma a la protesta por el tema salarial e inflacionario que ha dejado al poder adquisitivo de los mismos por el suelo y la continuidad de los tarifazos de los servicios públicos y la suba de combustibles.

Paralelamente, el 14 de junio también, para la CTA bajo el mandato: “La dignidad no se negocia”, convocando a todos los sindicatos adheridos, en donde los docentes son mayoría y vienen expresándose adversamente ante la gobernadora de Buenos Aires, María Eugenia Vidal, quien está más preocupada por el lugar que ocupará en las próximas elecciones de 2019, como si todo fuera viento en popa.

El triunvirato de la CGT, con su amañada complicidad al gobierno de siempre, todavía duda decretar el paro nacional, demoran decisiones en cuartos intermedios y se enredan en explicaciones que lejos de aclarar, oscurecen. Así dan lugar a nuevos líderes, como es el caso del bancario Sergio Palazzo, que asumen el momento crítico por el que atraviesan los trabajadores, la Corriente Federal, que se manifiesta a través del lema: “Los trabajadores somos la esperanza”, poniendo de manifiesto nuestra dilatada trayectoria en el reconocimiento de derechos laborales a los que no se va a renunciar de ninguna manera.

Todo berreta, menos la actitud responsable y jugada de los trabajadores que están dispuestos a defender la Nación, cueste lo que cueste.

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