El
miércoles 24 de julio de 2019 el
gobernador tuvo que renunciar a su cargo. Puerto Rico le ha dado así
una lección al mundo. Los cambios
políticos se pueden lograr pacíficamente.
Hay muchos países que deben emularlo.
Carlos Pérez Morales / Especial para
Con Nuestra América
Desde
Puerto Rico
Roselló renunció a su cargo ante la presión de las protestas. |
Las
protestas políticas son usuales en el mundo entero. Muchas protestas son para conseguir algo, un
cambio social, por el alto costo de la vida y por miles de razones más. En algunos casos estas protestas se tornan
violentas rompiendo el orden de "legalidad" imperante en una
sociedad. También las protestas pueden
ser pacíficas, incluyendo la desobediencia civil. Las más fuertes suelen ser
aquellas que exigen un cambio de régimen, Por lo regular estas últimas suelen
ser revolucionarias. Las protestas
también pueden ser para remover al primer(a) Ejecutivo(a), llámese este
Presidente, Primer Ejecutivo o Secretario General.
En
Puerto Rico, durante las pasadas semanas,
hubo una serie de protestas exigiendo la renuncia del gobernador Ricardo
Rosselló, quien lideraba uno de los gobiernos más corruptos que ha
tenido la isla.
Recientemente, los agentes federales de Estados Unidos
(Puerto Rico es una colonia de ese país) arrestaron a altos
funcionarios del gobierno, por cometer actos de corrupción,
incluyendo conspiración, malversación de fondos, robo y
enriquecimiento ilícito.
Luego
se reveló un chat entre el gobernador y sus principales ayudantes
donde todos, entre ellos Rosselló, usaban lenguaje ofensivo y soez contra
otras personas y grupos minoritarios, incluyendo miembros de la oposición. El lenguaje utilizado era sexista, contra las
mujeres, los homosexuales, los extranjeros y los cadáveres de las víctimas
del
huracán María, que aún permanecían en la morgue del Instituto de
Ciencias Forenses.
En
ese chat
privado también se discutían asuntos de política pública, brindando
así a uno de los representante de la empresa privada
información confidencial que utilizaba para su propio beneficio en negocios con
el gobierno. Este empresario era un cabildero que gracias a esa
información había obtenido cuantiosos contratos multimillonarios con las
agencias gubernamentales.
La
indignación del pueblo de Puerto Rico no se hizo esperar. El primer día de las protestas frente al
Palacio de Santa Catalina (residencia oficial del gobernador), grupos
de personas comenzaron a exigir la renuncia de Rosselló. Previamente, el gobernador tuvo que
interrumpir sus vacaciones en Europa y regresar a la isla,
para atender la situación. Las protestas continuaron en el aeropuerto el mismo
día que llegó. Como si fuera una bola de
nieve que baja por una pendiente, la asistencia a las protestas
pacíficas se multiplicaba. Día a día, el número de
autoconvocados
continuaban creciendo en las Calles del Cristo y Fortaleza, lugar donde se ubica el Palacio de gobierno.
Diferentes
sectores sociales, como los obreros, convocados por sus sindicatos;
los pequeños comerciantes, las amas de casa, los estudiantes, los artistas puertorriqueños
de fama internacional, los locales, los miembros de la oposición política y una
multitud de jóvenes, formaron una expresión
pluriclasista que exigía la renuncia del gobernador.
Una
marcha convocada por los artistas, unida a un paro nacional, alcanzó
la participación de más de 1 millón de personas. Fue esta movilización la que puso a pensar a
los miembros del partido político del gobernador. Sus principales asesores comenzaron a
renunciar y éste no conseguía a nadie que los quisiera reemplazar. La Comisionada Residente en Washington,
Jennifer González, también se unió al coro que
exigía su renuncia.
Puerto
Rico se hizo ingobernable bajo la dirección de Ricardo Rosselló. Sus principales aliados le solicitaban dejar el
cargo.
La primera señal de su renuncia fue cuando tuvo que dejar la presidencia
de su partido y renunciar a sus aspiraciones de reelección.
El
presidente de la Cámara de Representantes de Puerto Rico, único cuerpo con
capacidad para residenciarlo por la autoridad que le confiere la Constitución,
anunció que tenía los votos de la mayoría de los legisladores para aplicar ese
procedimiento, pero para darle tiempo al gobernador, envió los documentos del
chat
en
cuestión a una comisión de tres notables
juristas. Esto
enardeció más al pueblo, que exigía el residenciamiento inmediato,
mientras las protestas pacíficas continuaban ahora a través de
toda la isla.
Finalmente, el
miércoles 24 de julio de 2019 el
gobernador tuvo que renunciar a su cargo. Puerto Rico le ha dado así
una lección al mundo. Los cambios
políticos se pueden lograr pacíficamente.
Hay muchos países que deben emularlo.
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