sábado, 24 de febrero de 2018

El Manifiesto Comunista y la utopía emancipadora

El Manifiesto Comunista invita hoy a una reflexión sobre sí mismo, reconociendo que la utopía liberadora que plantea es la misma, y su necesidad más urgente; los desprotegidos, explotados y oprimidos del mundo, encuentran hoy, su voz en ese grito emancipador que la humanidad requiere. ¡Oprimidos del mundo uníos!

Cristóbal León Campos* / Especial para Con Nuestra América
Desde Yucatán, México

I

“La historia de toda sociedad hasta nuestros días no ha sido sino la historia de las luchas de clases. Hombres libres y esclavos, patricios y plebeyos, nobles y siervos, maestros jurados y compañeros; en una palabra, opresores y oprimidos, en lucha constante, mantuvieron una guerra ininterrumpida, ya abierta, ya disimulada; una guerra que termina siempre, bien por una transformación revolucionaria de la sociedad, bien por la destrucción de las dos clases antagónicas.”, fragmento inicial del primer capítulo de El Manifiesto Comunista publicado el 21 de febrero de 1848 en Londres, Inglaterra, hace ciento setenta años, redactado por Carlos Marx y Federico Engels, originalmente como documento científico y programático de la Liga de los Comunistas, y posteriormente, del Partido Comunista, texto imprescindible para la comprensión de la lógica del devenir histórico, cuya lectura es necesaria, pues brinda las bases para la interpretación de la sociedad humana, partiendo de la raíz de sus estructuras y avizorando el camino de los oprimidos para su liberación.

El Manifiesto Comunista es un texto político, y por ello, es también un documento teórico, una profunda reflexión crítica sobre el capitalismo y la necesidad del proletario de su tiempo de superarlo, es un llamado a la revolución, y por tanto, también una ruptura con las viejas concepciones del socialismo utópico y del comunismo hasta la fecha de su publicación, es el primer documento que llama de manera abierta y sin tapujos a la destrucción del Estado Burgués, sus estructuras, instituciones y su moral, para dar lugar a la sociedad comunista que se erigirá al desaparecer las clases sociales y la consecuente contradicción entre explotación y trabajo, El Manifiesto Comunista es la voz que aglutinó desde entonces la necesidad de la clase proletaria que ya había comenzado a reclamar sus derechos y una profunda reivindicación social y política.

II

Entre los planteamientos centrales de El Manifiesto Comunista se destacan por ejemplo, la explicación de que la historia política e intelectual de una sociedad está determinada por el modo de producción y la formación socioeconómica que se deriva de él, en el caso especifico de la centralidad de su análisis, el capitalismo y sus estructuras económicas y socio-culturales, son presentados como parte de ese devenir histórico de la humanidad, otorgándole a la burguesía el reconocimiento de que por un periodo histórico fue una clase revolucionaria que contribuyó al desarrollo, pero que al final, una vez instaurada en el poder, devino en la clase dominante con carácter conservador y reaccionario.

Al surgir las clases sociales se forjó la base de la propiedad privada y la explotación, por tanto, la historia de las sociedades ha sido la historia de la lucha de las clases explotadoras y las explotadas. De ahí se deriva la necesidad histórica de la emancipación de los explotados, la ruptura con el yugo que los oprime y del cual se sostiene la desigualdad, Marx y Engels otorgan al proletaria el papel del sujeto revolucionario tomando en cuenta el desarrollo que hasta el momento de publicación de El Manifiesto había alcanzado las sociedades capitalistas, hoy, el sujeto revolucionario responde a una pluralidad que ha enriquecido esa emancipación proyectada, ya no sólo inscribiéndose en la esfera económica, social y política, sino ahora, alcanzado los aspectos más profundos de las culturas, el género, la ecología, el feminismo, el antiracismo y la diversidad en todos sus sentidos. Sigue hoy siendo necesario, abolir la propiedad burguesa, sus instituciones y formas de control cultural e ideológico, la desaparición de las clases sociales y el reconocimiento de que el sujeto de la emancipación en el siglo XXI es la pluralidad y la diversidad puestas al servicio de la humanidad.

III

El Manifiesto Comunista es síntesis del pensamiento de Marx y Engels, como afirma Adolfo Sánchez Vázquez en su ensayo “Actualidad e inactualidad del Manifiesto Comunista” (1998) al decir que en él se expresan los cuatro ejes esenciales del marxismo: “teoría de la realidad, crítica de lo existente, proyecto de emancipación e interpretativo práctico de transformar el mundo”.

El Manifiesto es ante todo un llamado a la acción, a la transformación de la sociedad capitalista explicada casi en su totalidad de detalle en la obra de Marx y referida de manera concreta en el documento programático, las razones del porqué es necesario superar al capitalismo están ahí en las páginas de El Manifiesto, pero tanto Marx como Engels siempre fueron prudentes en describir la sociedad futura comunista, dibujan algunas líneas a seguir y algunos aspectos necesarios para dejar atrás la explotación y opresión capitalista, más no plantean un molde estático y dogmático, como se ha querido decir tergiversando sus postulados, desde luego, lo anterior llevado a cabo por los intelectuales al servicio del capital.

La vigencia de El Manifiesto es la misma de Marx (1818) a doscientos años de su natalicio, un pensamiento tan abierto y dialéctico, que fueron justamente, Marx y Engels, los primeros en cuestionar algunos postulados de El Manifiesto, y rectificarlos a lo largo de su obra posterior, baste para comprobarlo, leer lo diferentes prólogos que escribieron para las diferentes ediciones que se hicieran de El Manifiesto, ellos mismo superaron y contribuyeron con una aguda crítica a superar aquellos aspectos que fue necesario desarrollar o superar.

IV

Aspectos como la globalización, la internacionalización del capital financiero o la mundialización, según el término que se guste, fueron esbozados en El Manifiesto, están agudo el análisis que se presenta en él del capitalismo que resulta sorprendente la crítica superflua que busca desestimarlo, desde luego, aspectos han quedado atrás, pero la médula del análisis, de la crítica como de la propuesta emancipadora continúan intactos, hoy más que nunca necesitamos como humanidad superar al capitalismo y dar paso un mundo mejor “donde quepan todos los mundos”.

Léase El Manifiesto Comunista a la luz del siglo XXI, y compruébese al estudiar y comparar el desarrollo histórico de los últimos ciento setenta años que las realidades pasadas y presentas encuentran en él su explicación, las verdades esenciales que se exponen se han confirmado y ejemplificado de manera dramática en todos estos años de vida humana. El propio Manifiesto Comunista invita hoy a una reflexión sobre sí mismo, reconociendo que la utopía liberadora que plantea es la misma, y su necesidad más urgente; los desprotegidos, explotados y oprimidos del mundo, encuentran hoy, su voz en ese grito emancipador que la humanidad requiere. ¡Oprimidos del mundo uníos!

*Integrante del Colectivo Disyuntivas

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