sábado, 24 de marzo de 2018

Pensamiento crítico panameño

Luego de tanta espera, salió la Antología del pensamiento crítico panameño contemporáneo[1], la cual forma parte de la Serie Países de la colección Antologías del pensamiento social latinoamericano y caribeño del Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales (CLACSO).

Abdiel Rodríguez Reyes  / Especial para Con Nuestra América
Desde Ciudad Panamá

En buena hora contamos con todos estos textos que estaban dispersos, incluso, algunos olvidados. Toda antología es injusta (algunas ausencias), siempre se quedan fuera figuras prestantes (dignos de ser destacados) que son parte de ese corpus de pensamiento crítico; pero, también, se hace justicia a estos y estas pensadoras seleccionadas que han forjado con sus ideas y accionar ese largo camino que supone el pensamiento crítico.

Bajo la conceptualización de pensamiento crítico se ampara todo tipo de supuestos teóricos y prácticos, desde el desarrollo de las competencias hasta la imperiosa necesidad de transformar el mundo. Dejarlo abierto corre el riesgo de perdernos en el camino; y cerrarlo, supone ponerle frenos a un trabajo que apenas empieza en Panamá, a saber: la “necesidad del trabajo crítico del concepto”[2], este trabajo consiste en elaborar un nuevo pensamiento — por supuesto crítico —, para un nuevo tiempo. Para que este trabajo tome cuerpo, son necesarios, coloquios, seminarios, revistas y publicaciones especializas. Esta antología nos permite releer a nuestros referentes (e incluso, ya clásicos) contemporáneos.

Los antólogos fueron los compañeros del Centro de Estudios Latinoamericanos – “Justo Arosemena”, Marco Gandásegui, Dídimo Castillo y Azael Carrera. Los y las seleccionadas: Ricaurte Soler, Juan Antonio Tack, Humberto Ricord, José de Jesús Martínez, Julio Yao, Omar Torrijos, Alfredo Castillero Calvo, Juan Jované,  Ana Elena Porras, Guillermo Castro H, Carmen Miró, José Renán Esquivel, Reina Torres de Araúz, Marco Gandásegui, Armando Fortune, Gerardo Maloney, George Presley, Julio Manduley, Simeón González, Briseida Allard y Urania Ungo. La antología está dividida en tres ejes problemáticos: a- La cuestión nacional, b- Transitismo y cuestión social; y por último, c- Democracia, actores y luchas sociales; las comentaremos sucintamente, no sin antes detenernos en la presentación, la cual brinda grosso modo la concepción  que tienen los coordinadores sobre el pensamiento crítico.

De entrada, señalan que: “Por pensamiento crítico se entiende todos aquellos planteamientos que van acompañados de acciones dirigidas a cuestionar o transformar la realidad social” (p, 11). Entonces, los objetivos del pensamiento crítico son, por un lado cuestionar, y por el otro, transformar, o incluso ambas en la medida que una no niega la otra. En el capitalismo tardío las contradicciones sociales encentraron su pico más alto. La brecha entre pobres y ricos aumenta, mientras que, la biodiversidad global disminuye; la soberanía de los pequeños países poscoloniales está bajo asecho del Imperio[3], si bien en crisis de legitimidad, todavía con la superioridad militar (nuclear). Las potencias desde las alturas geopolíticas ven a estos pequeños países como botín, estas saben lo que quieren, lo que nos debemos preguntar es lo que nosotros queremos.

Cuestión nacional

La antología empieza con un texto ya clásico entre nosotros; a la sazón, sin temor a equivocarme, del pensador crítico más importante de la segunda mitad del siglo XX, don Ricaurte Soler, Panamá: nación y oligarquía (1925-1975), lectura ineludible para aquellos que quieran comprender el Panamá de hoy. En el siglo pasado, se puso fin al enclave colonial, Panamá entró en una nueva fase neocolonial muy difícil de revertir, empanzando por su economía dolarizada. En el arco de tiempo estudiado por Soler, la década del sesenta fue decisiva. El golpe de Estado de 1968 por la Guardia Nacional fue el parte agua. Ese ejercicio político representó lo que es un régimen bonapartista — el cual, mediante un equilibrismo heterodoxo — busca la conciliación entre los explotados y explotadores. Para Soler, la Guardia Nacional mantenía cierta autonomía ante la oligarquía, la cual permitía mediar. La historia de Panamá del siglo XX gira en torno a la historia del Canal y las contradicciones que emergían del enclave colonial estadounidense.

En El Canal de Panamá (pp, 53-81), de Juan Antonio Tack, hace una diferencia entre el interés de los estadounidenses volcados a lo militar y, el reivindicativo de su soberanía nacional de los panameños, los ingresos del Canal de Panamá aumentaron exponencialmente al pasar la gestión a manos panameñas; Tack recoge la bibliografía concerniente a los estudios sobre el Canal de Panamá, es un ejercicio interesantes para implementar en otros campos de las Ciencias Sociales y Humanidades, para conocer el estado de la cuestión. Luego, está el texto de Humberto Ricord, Los clanes de la oligarquía panameña y el golpe militar de 1968 (pp, 83-101), el cual analiza la envergadura del golpe militar de 1968, haciendo un análisis de clases (los estratos de la clase capitalista) y crítica a la oligarquía (su agrietamiento público), mostrando sus propias contradicciones, señalándola como “clase dominante; anti-nacional” (p, 97). La segunda mitad del siglo XX estuvo marcada por el golpe de octubre de 1968 y el denominado proceso torrijista.

Renglón seguido, en este eje problemático, también está un texto de José de Jesús Martínez, Agudización y negociación de contradicciones (pp, 103-115), cuyo ojo reflector se enfoca en la negociación y futuro del Tratado Torrijos-Carter. El mismo, es un capítulo de aquel ensayo —Premio Casa de las Américas — de 1987, Mi general Torrijos. Este tratado puso fin al enclave colonial; ni Soler ni Chuchú (como se le conocía coloquialmente a José) lo pudieron ver materializado. La cuestión a resaltar estriba en el futuro de este Tratado, a partir del estado de nuestra soberanía hoy, ¿hasta qué punto somos soberanos y tomamos nuestras decisiones? sin contar con el asecho que mantiene Estados Unidos (y otras potencias) a los servicios que presta la plataforma financiera internacional panameña; los papeles de Panamá[4] y la inclusión de panameños a la Lista Clinton no fueron casualidad. Sobre el futuro del Tratado, lo traigo a colación por la incertidumbre que deja entrever Chuchú, todos recuerdan para bien o para mal al General Omar Torrijos por hacer cumplir aquel ideal de una sola bandera un solo territorio, el cual se concretó con dicho Tratado, pero, la incertidumbre la manifiesta en lo siguiente: “estoy casi convencido de que tiene más peso histórico, para la región pero también para Panamá, el aporte del General Torrijos a la revolución nicaragüense que la consecución de unos Tratados que todavía no sabemos cómo van a terminar” (p, 104), para la fecha, el panorama estaba sombrío, todo parecía irse a pique y, la gota que derramó el vaso de agua fue la nefasta invasión de 1989. En ese contexto, ser optimista era un insulto a la razón. Resulta difícil alcanzar esos ideales de mayor envergadura como nuestra soberanía total, la reciente operación “Nuevos Horizontes”[5] es una muestra de ello, en una nueva coyuntura y correlación de fuerzas políticas nacional e internacional. 

Otro texto, de Julio Yao, que dicho sea de paso, en sus últimos artículos en la prensa nacional a tratado estos temas, incluso, sobre la necesidad de revisar el Tratado sobre Defensa y Neutralidad del Canal. En su texto La invasión ante el Derecho Internacional (pp, 117-135), va desengranando toda la manipulación y presiones a lo que se vio sometido Panamá al estar bajo el rango de dominación directo de la política exterior estadounidense. Desde la satanización por la prensa internacional hasta la captura y entrega ilegal de Noriega, la razón: en una invasión militar no están garantizados los derechos de nadie, al bajarse el telón, la fuerza militar se impune. Esta sección termina con un texto de Omar Torrijos denunciando el colonialismo estadounidense. 

Transitismo y cuestión social

El transitismo en Panamá corrió la suerte de ser tomado como fin, y no como medio. Las circunstancias históricas (sociales) y geográficas (naturales) determinaron esa suerte. Los textos de Castillero Calvo son de una riqueza incalculable y, atendiendo el título de la sección, El transitismo y dependencia: el caso del Istmo de Panamá[6], explica mejor el transitismo (si esa era la intención), que Panamá y los orígenes de la globalización (147-170), el cual tampoco tiene desperdicio. Este último texto describe las bondades de gozar de una privilegiada posición geográfica en el moderno sistema mundial, la cual debemos aprender a administrar de formar sostenible y ser los dueños de nuestro propio destino, esta sección cuenta con un textos de Castro Herrera, que desde la historia ambiental nos explica la forma de organización natural y la interacción con la actividad humana que la modifica, dando como resultado el medio donde vivimos (la casa común como diría el Papa Francisco)que, en palabras sencillas: necesita cuidado para hacer posible la vida de la especie humana. Aunado, el crecimiento desordenado, tanto urbanístico como económico, demuestra la falta de rumbo como país. Las riquezas no se traducen en mejor calidad de vida, por falta de planificación y una gestión sostenible de nuestros recursos a largo plazo. 

Democracias, actores y luchas sociales

La tercera sección o eje problematizador, Democracias, actores y luchas sociales, cuenta con textos de Marco Gandásegui, Armando Fortune, Gerardo Maloney, George Priestley, Julio Manduley, Simeón González, Briseida Allard y Urania Ungo. Esta sección subsana varias falencias en la difusión del pensamiento crítico panameño, e incluso, latinoamericano. Los textos que publicó el CLACSO (como el de Félix Valdés y otros de la Serie Pensamientos Silenciados) en la delimitación quedó fuera el caribe panameño. Los textos de Fortune, Maloney y Priestley (escriben en el genérico masculino) sobre los negros, trabajadores antillanos y obreros canaleros en Panamá, visibilizan a esos panameños que han escrito sobre estas temáticas, y además, como sujetos de su propio devenir históricos en el campo de la literatura y la sociología política que decantan su propia condición de lucha y resistencia. El texto, Un proyecto de democracia restringida de Gandásegui, que forma parte de otro clásico entre nosotros: La democracia en Panamá (como lo es La democracia en México de Pablo González Casanova), es de lectura obligatorio para comprender el entramado de la burguesía rentista para restringir nuestra democracia a sus intereses económicos, en la actualidad, cada vez más la ciudadanía se siente indiferente a los procesos electorales, mientras que, las mayorías son presa fácil del clientelismo. Considerando el título de esta sección, hubiese sido enriquecedor incluir a otros u otras estudiosas de la democracia. El texto de Manduley, El proceso panameño (pp, 401-423),  hubiese encajado mejor en la primera sección como contrapeso, como crítica a la política económica del proceso torrijistas. Los aportes de Allard y Ungo, cumplen materialmente aquel adagio de que sin feminismo(s) no hay pensamiento crítico.

Resulta imposible comentar todos los textos, además, no es la intención. Solo queremos llamar la atención de esos lectores ávidos de conocimiento que encontraran en esta antología, material necesario para la comprensión de nuestro tiempo.

*Investigador del Centro de Investigaciones de la Facultad de Humanidades – Universidad de Panamá




[1] Cfr. Gandásegui, M., Castillo, D. & Carrera, A., 2018. Antología del pensamiento crítico panameño. Buenos Aires: CLACSO.
[2] Cfr. Insausti, X., 2017. Filosofar o morir. La actualidad de la Teoría Crítica. España: Plaza y Valdés. P, 15.
[3] Para un análisis de la situación actual de Estados Unidos, cfr: Gandásegui, M., 2017. Estados Unidos y la nueva correlación de fuerzas internacionales. México: CELA/CLACSO/Siglo XXI.
[4] Para un panorama general de lo que la investigación que realizó el Consorcio con sede en Estados Unidos, cfr. Obermaier, F. & Obermayer, B., 2016. Los papeles de Panamá. El club mundial de los evasores de impuesto. Barcelona: Península.
[5] La Facultad de Humanidades de la Universidad de Panamá organizó un foro en que denunció la violación a la soberanía nacional mediante la operación militar “Nuevos Horizontes”, el 22 de febrero de 2018.
[6] Conferencia en el Congreso Centroamericano de Historia Demográfica, Económica y Social en San José, Costa Rica, dado del 19 al 23 de febrero de 1973.

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