sábado, 16 de octubre de 2021

Reto de los pueblos y oportunidad para CELAC y ALBA-TCP: Ciudadanía Nuestramericana

 La ciudadanía nuestramericana es condición sine qua non de los procesos integracionistas en las condiciones de la globalización y de la era digital en la que está la humanidad. Sin una ciudadanía común los sueños integracionistas y unionistas quedarán siempre como un imaginario inalcanzable. 

Ernesto Wong Maestre* / Para Con Nuestra América

Desde Caracas, Venezuela


“Siempre hay que buscar tiempo para escribir y mucho para leer, reflexionar y estudiar. Un luchador, un revolucionario, tiene que estudiar todos los días de su vida, todas las noches de su vida; tiene que estudiar la teoría y la praxis; para navegar en las aguas de la dialéctica”. (Chávez, 99) 


“Pensar es servir” (Martí,1891,139)

 

La ciudadanía nuestramericana está sembrada como semilla desde que nuestros próceres fundadores de nuestras patrias reconocieron y comprendieron que era el tiempo de derrotar el colonialismo opresor, represor y criminal español porque era necesario y había fuerzas humanas con identidad anticolonial y voluntad de libertad para ello. 

 

“La idea de una patria y una ciudadanía común no es una idea ajena al pensar latinoamericano; antes por el contrario, tan antigua como la idea de independencia se constituyó en uno de los fundamentos de nuestra identidad, en tanto permitió la concepción de la hoy América Latina como unidad diferenciada de España y de cualquier otra potencia imperial” (Bohorquez, 1).

 

Fue Francisco de Miranda el primero -desde inicios del siglo XIX- que hizo referencia a “nuestra América” (Miranda,1) en uno de sus escritos más significativos de su vida.  Pocos años después, el Libertador Simón Bolívar al convocar al Congreso Anfictiónico de Panamá creaba con ello ese espacio posible para la acción viable que hiciera realidad la visión nuestramericana que Miranda antes había vislumbrado como muestra de ese autorreconocimiento y autoestima cultural en plena génesis. 

 

Décadas después, esa visión la desarrollaría magistralmente José Martí en su discurso político e ideológico denominado “Nuestra América”(Martí,1891), obra “esencial para la comprensión de la identidad latinoamericana que bien puede ser calificado como un canto a la redención del continente, pináculo de un sopesado y consciente latinoamericanismo” que “expone y defiende un sueño integrador de estirpe bolivariano, expresión de una identificación defensiva que se antepone al arrollador paso de la doctrina Monroe sobre los pueblos al Sur del Rio Bravo” (Bedía,1). 

 

Medio siglo después, ese cúmulo dialéctico de representaciones sociales, hoy vigentes en nuestros pueblos y líderes, comenzaría a tener un significado histórico en las luchas antimperialistas de los pueblos latinoamericanos y caribeños, sobre todo desde mediados del siglo XX cuando el líder cubano, martiano de corazón y acción, Fidel Castro, revela -ante el tribunal que lo juzga por el asalto al cuartel militar de la dictadura batistiana- la autoría intelectual de Martí y se inicia así la etapa de la lucha armada revolucionaria cubana contra uno de los gobiernos más criminal y corrupto de la región.

 

Hoy, cuando vuelven todos los gobiernos de esta región al sur del Río Bravo a reunirse por sexta ocasión desde diciembre de 2011 en que fue fundada la Comunidad de Estados Latino Americanos y Caribeños (CELAC), la ciudadanía nuestramericana es aún una aspiración latente porque es necesaria y por el sentido que le daría a los procesos integracionistas, y por tanto, un gran reto a vencer. Sabemos que desde “el norte revuelto y brutal”, los halcones de la Casa Blanca, Wall Street, Langley y del Pentágono tratarán de hacerlo más difícil de lograr, y solo una férrea unidad del Sur sobre la base de la diversidad de intereses complementarios, decisiones justas y oportunas con proyectos viables podría avanzar en esa aspiración de los pueblos. 

 

Ya en la reciente VI Cumbre de la CELAC, los 33 gobiernos acordaron –según su Declaración Final- reconocerla como “mecanismo de concertación, unidad y diálogo político” basado en “lazos históricos, los principios y valores compartidos de nuestros pueblos” y en su bienestar; compelidos por el compromiso de “la construcción de un orden internacional más justo, inclusivo, equitativo y armónico”, basado en los principios del derecho internacional público y en los avances irreversibles de la democracia y la paz en la región, lo que implica “la solución de controversias por medios pacíficos” y “el reconocimiento del derecho de los Estados a tener su propio sistema político, económico, social y cultural” (CELAC,1). 

 

De ahí que ese reto es también una oportunidad de la CELAC, y por tanto de sus líderes, también de las potencias emergentes aliadas y agrupaciones homólogas de concertación internacional que tanto necesitan nuestros pueblos para poder enfrentar el poderío imperial agresor, intervencionista e injerencista que impone sanciones y bloqueos al desarrollo sostenible de las naciones latinoamericanas y caribeñas. En este sentido, la Alianza Bolivariana de los Pueblos-Tratado de Comercio de los Pueblos (ALBA-TCP) debería –como avanzada de los treinta y tres pueblos de Nuestra América-  iniciar ese proceso de orden político (legislativo, jurídico, militar) y gerencial con amplia consulta popular entre sus pueblos para ir diseñándolo y de forma conjunta entre los países miembros ir implementándolo en sus acciones condicionantes que permitan crear espacios de posibilidades para la acción integracionista pertinente, oportuna, viable, integral, sostenible y que proporcione estabilidad política a las naciones.  

 

La ciudadanía nuestramericana es condición sine qua non de los procesos integracionistas en las condiciones de la globalización y de la era digital en la que está la humanidad. Los procesos tecnológicos de orden financiero, monetario, productivo y de servicios eficientes y eficaces requieren de seguridad y confiabilidad de toda, con toda y por toda la ciudadanía de la región, lo cual es también condición de éxito posible frente a los actores globales y corporaciones o empresas de otras regiones de mayor integración que comercializan, invierten y producen en nuestros países latinoamericanos y caribeños. Sin una ciudadanía común los sueños integracionistas y unionistas quedarán siempre como un imaginario inalcanzable. 

 

Las relaciones integracionistas requieren el permanente, dinámico y controlable movimiento migratorio y aduanal eficaz y eficiente, y con una ciudadanía nuestramericana creada el dinamismo integracionista será más posible. Los productos y servicios que compiten siempre van unidos al traslado humano, sea por quien produce como por quien transporta o por quien controla o expide autorizaciones en oficinas de fábricas, empresas o puntos de control aduanal. El ser humano media en todo y hace posible todo. Siendo todos y todas ciudadanos y ciudadanas de una misma región en integración deben ser reconocidos como tales de lo contrario no habrá integración. Reconózcase que “se ha de tener fe en lo mejor del hombre y desconfiar de lo peor de él. Hay que dar ocasión a lo mejor para que se revele y prevalezca sobre lo peor. Si no, lo peor prevalece. Los pueblos han de tener una picota para quien les azuza a odios inútiles; y otra para quien no les dice a tiempo la verdad”(Martí,138).

 

Quienes tiene bajo su responsabilidad el cumplimiento de los proyectos y acuerdos estratégicos de la CELAC y del ALBA encuentra hoy -para impulsar la ciudadanía nuestroamericana como condición de integración, cooperación o comercio- otro punto de apoyo en la recién conformación en 2020 de la Región de América Latina y Caribe de la Organización Mundial de Aduanas, y en 2019 en la fundación de la Organización de Aduanas del Caribe (OAC,1) pues en el comercio como en la cooperación internacionales, conjuntamente con los productos y servicios está presente directa o indirectamente el ser humano, es decir, las y los ciudadanos que los hacen posibles. 

 

En ese sentido, la ciudadanía nuestramericana favorecería ambos procesos, en particular en lo referido a la eficiencia y eficacia de los proyectos y planes de acción. Por ejemplo, el desarrollo del comercio electrónico alcanzaría un nuevo nivel superior al potenciarse con la eliminación de la burocracia migratoria las relaciones inter-ciudadanas presenciales y poder eliminar muchos obstáculos migratorios generados por la diversidad de ciudadanías en los organismos de integración. Ello elevaría la efectividad del control del tráfico ilícito de productos, y en especial sobre el contrabando de armas, pudiendo detectarse mejor las redes de relaciones de traficantes, al tiempo que se controlaría con mayor eficacia los movimientos de materiales “de uso dual”, así como facilitaría el intercambio de registros de pasajeros, de forma anticipada y con posterioridad al cumplirse los viajes, de manera que cada Estado eleve la capacidad de control migratorio. La ciudadanía nuestramericana le daría un nuevo sentido –sin dudas- a los movimientos migratorios entre las naciones en proceso de integración.  

 

“La inspiración es la anticipación de lo futuro –nos alertó José Martí-; solo anticipándose a él se vive en él. La grandeza está en la verdad y la verdad en la virtud”. Reconozcamos las virtudes de los y las que pretenden integrarse y unirse en la batalla por el desarrollo sostenible y contribúyase así al vivir bien. Siempre los seres humanos virtuosos vencerán la ignominia, la apatía y la desesperanza. Por ello, “la enseñanza de la virtud es más noble  que el examen inútil de las hondas llagas sociales”(Martí,456). Hoy mostremos y difundamos las virtudes de una posible ciudadanía nuestramericana y transitaremos con la verdad en la construcción socialista en Nuestra América. 

 

Referencias

 

·       Bedía Pulido, Jose Antonio (2021).- “Nuestra América”, visiones de José Martí en relación con la identidad regional. Localizado en http://www.josemarti.cu/dossier/nuestra-america-visiones-de-jose-marti-en-relacion-con-la-identidad-regional/  Para leer el ensayo de José Martí http://bibliotecavirtual.clacso.org.ar/ar/libros/osal/osal27/14Marti.pdf 

·       Bohorquez, Carmen (2006) Miranda y Bolívar: dos concepciones de la unidad de la América hispana. Revista Semestral de Historia, Arte y Ciencias Sociales. Universidad de Los Andes. Procesos Históricos. Número 10. Julio 2006. Mérida-Venezuela. Localizado 19/9/21 en http://www.saber.ula.edu.ve/bitstream/handle/123456789/23188/articulo1.pdf?sequence=2&isAllowed=y

·       CELAC (2021).- Declaración de la Ciudad de México. VI Cumbre de Jefas y Jefes de Estado y de Gobierno de la CELAC. 18 de septiembre de 2021. Leída el 20/09/21 en http://www.granma.cu/file/pdf/especiales/Celac_2021_Declaracio_n_de_la_Ciudad_de_Me_xico__18sep21.pdf

·       Chávez Frías, Hugo Rafael (2012). En Notas sobre liderazgo, pag 99. UMBV Cátedra de Liderazgo. Edición de la Universidad Militar Bolivariana de Venezuela, Caracas, 2012.

·       Martí Pérez, José J. (1876). Ensayo crítico “La Cadena de Hierro” drama de Agustín Cuenca publicado en La Revista Ilustrada de Nueva York, Estados Unidos, el 27 de agosto de 1876. Localizado en Volumen 6, Nuestra América I, Obras Completas, editada por el Centro de Estudios Martianos, Karisma Digital, La Habana, 7 de noviembre del 2001.

·       Martí Pérez, José J.(1891). Ensayo Nuestra América publicado en La Revista Ilustrada de Nueva York, Estados Unidos, el 10 de enero de 1891. 

·       Miranda, Francico (1806) Carta de Don Francisco de Miranda, Comandante-General del Ejército Colombiano, a los pueblos habitantes del Continente Américo-Colombiano. http://www.franciscodemiranda.info/es/documentos/proclamacoro.htm

·       Organización de Aduanas del Caribe (OAC) (2019). Reporte de prensa en Excelencias News Cuba, localizado en https://www.excelenciascuba.com/economia/en-cuba-por-primera-vez-la-conferencia-del-caribe-sobre-leyes-aduaneras.  

 

(*) El autor es de nacionalidad cubana con ciudadanía venezolana. Es Politólogo UH e Internacionalista ISRI, Magister en Ciencias Sociales FLACSO y Doctor en Seguridad de la Nación UMBV. Analista Internacional y Nacional. Profesor en la UBV, UMBV, IAEDPG y EEII-UCV. Asesor de Tesis de Maestría  y de  Doctorado. Coordina Asuntos Internacionales en la TSS. Director del CEEP-UBV. Mail: wongmaestre@gmail-com

 

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