Algo han cambiado las cosas desde que comenzó este conflicto, pero la agresividad continúa, aunque la maquinaria no haya a logrado funcionar como EE.UU. la diseñó.
Esteban Morales / LA JIRIBILLA
(En la ilustración, una caricatura del año 1901 sobre el significado de la Enmienda Platt para Cuba)
El conflicto entre Cuba y EE.UU. no comenzó en 1959, como particularmente muchos ideólogos de ese país pretenden hacernos creer.
Ese conflicto comenzó desde el siglo XIX (1805-1823), cuando las administraciones norteamericanas comenzaron a formular políticas para poner en cautiverio preventivo a la nación que un día emergería de la entonces colonia de España.
Es de sobra conocido que desde esa época EE.UU. ya había diseñado la política a seguir con Cuba. Esta última tenía como núcleo esencial apoderarse de la Isla, conjuntamente con la Isla de Pinos y demás cayos e islas adyacentes, haciendo de ellas una extensión del territorio continental de la emergente nación norteamericana. Cuba, según la concepción geográfica de las elites de poder norteamericanas de la época, era el resultado de la sedimentación de las arenas del Mississippi.
Tales ideas estuvieron siempre presentes, con muy limitadas excepciones. Formaron parte del pensamiento de los Padres Fundadores de la nación norteamericana, por lo cual la lucha que Cuba ha tenido que librar por más de 200 años para llegar a ser una nación independiente, no ha sido entonces solo contra una clase política o un conjunto de administraciones, sino más que ello, contra una cultura política dominante, dentro de la cual el archipiélago cubano siempre aparece como parte del territorio continental de la nación norteamericana. Leer más...
(En la ilustración, una caricatura del año 1901 sobre el significado de la Enmienda Platt para Cuba)
El conflicto entre Cuba y EE.UU. no comenzó en 1959, como particularmente muchos ideólogos de ese país pretenden hacernos creer.
Ese conflicto comenzó desde el siglo XIX (1805-1823), cuando las administraciones norteamericanas comenzaron a formular políticas para poner en cautiverio preventivo a la nación que un día emergería de la entonces colonia de España.
Es de sobra conocido que desde esa época EE.UU. ya había diseñado la política a seguir con Cuba. Esta última tenía como núcleo esencial apoderarse de la Isla, conjuntamente con la Isla de Pinos y demás cayos e islas adyacentes, haciendo de ellas una extensión del territorio continental de la emergente nación norteamericana. Cuba, según la concepción geográfica de las elites de poder norteamericanas de la época, era el resultado de la sedimentación de las arenas del Mississippi.
Tales ideas estuvieron siempre presentes, con muy limitadas excepciones. Formaron parte del pensamiento de los Padres Fundadores de la nación norteamericana, por lo cual la lucha que Cuba ha tenido que librar por más de 200 años para llegar a ser una nación independiente, no ha sido entonces solo contra una clase política o un conjunto de administraciones, sino más que ello, contra una cultura política dominante, dentro de la cual el archipiélago cubano siempre aparece como parte del territorio continental de la nación norteamericana. Leer más...
No hay comentarios:
Publicar un comentario