En Ayacucho pelearon y vencieron patriotas de toda Sudamérica. No faltaron los antillanos, los cubanos. Esta es una lección que una y otra vez, ratifica para el presente el Bicentenario Latinoamericano. Se incorpora a la prospectiva de la hora actual: suma certezas a los esfuerzos mayores y definitivos que se realizan, a favor de la cohesión y la integración latinoamericana.
Felipe De J. Pérez Cruz / Rebelión
En la mañana del 9 de diciembre de 1824, en la Pampa de la Quinua , en las proximidades de la actual ciudad peruana de Ayacucho, las fuerzas independentistas comandadas por Antonio José de Sucre (1795-1830), infringieron una derrota decisiva a la Monarquía española, en nuestras tierras americanas. La superioridad en armas y hombres de las fuerzas realistas, no pudo vencer la audacia y el valor de los patriotas, y a partir de entonces, quedó definitivamente agotada la alternativa española de retomar el control colonial en los vastos territorios, que a fuerza de genocidio y engaños, lograron arrebatar a los pueblos originarios.
Este nuevo aniversario de la Batalla de Ayacucho es propicio para reflexionar a propósito de las conmemoraciones que están en curso en la inmediatez del Bicentenario que inicia en 1809-1810, el ciclo de luchas independentistas en Suramérica, Centroamérica y México.
Este nuevo aniversario de la Batalla de Ayacucho es propicio para reflexionar a propósito de las conmemoraciones que están en curso en la inmediatez del Bicentenario que inicia en 1809-1810, el ciclo de luchas independentistas en Suramérica, Centroamérica y México.
El Bicentenario gubernamental
He seguido con atención los agasajos conmemorativos que planifican varios Estados latinoamericanos, de los que Chile fue pionero a partir del año 2000. Precisamente en julio de 2007, se realizó en ese país del Cono Sur, la X Conferencia Iberoamericana de Cultura, donde se firmó la Carta de Intención, por la que Argentina, Bolivia, Chile, Ecuador, México, Paraguay y Venezuela, se comprometieron a realizar actividades conjuntas en torno al Bicentenario. Los siete países coincidieron en el loable objetivo de involucrar a la ciudadanía a través de foros, concursos, exposiciones y sitios interactivos de internet. Sin embargo, estos programas más allá de las declaraciones y discursos, solo resultarán útiles en tanto asuman los intereses históricos de la región, rescaten las verdades incómodas a las élites dominantes, y propicien lecturas y acciones realmente desenajenadoras para el conjunto de nuestros pueblos. Hasta el momento buena parte de los programas de los Bicentenarios gubernamentales, parece que no se encamina por las sendas más progresivas. Leer más...
He seguido con atención los agasajos conmemorativos que planifican varios Estados latinoamericanos, de los que Chile fue pionero a partir del año 2000. Precisamente en julio de 2007, se realizó en ese país del Cono Sur, la X Conferencia Iberoamericana de Cultura, donde se firmó la Carta de Intención, por la que Argentina, Bolivia, Chile, Ecuador, México, Paraguay y Venezuela, se comprometieron a realizar actividades conjuntas en torno al Bicentenario. Los siete países coincidieron en el loable objetivo de involucrar a la ciudadanía a través de foros, concursos, exposiciones y sitios interactivos de internet. Sin embargo, estos programas más allá de las declaraciones y discursos, solo resultarán útiles en tanto asuman los intereses históricos de la región, rescaten las verdades incómodas a las élites dominantes, y propicien lecturas y acciones realmente desenajenadoras para el conjunto de nuestros pueblos. Hasta el momento buena parte de los programas de los Bicentenarios gubernamentales, parece que no se encamina por las sendas más progresivas. Leer más...
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