sábado, 26 de agosto de 2023

El neofascismo al acecho

 Mientras en Ecuador y Guatemala triunfa el progresismo, Argentina se enfrenta a la perspectiva de un grave retroceso con Milei y sus peligrosas conexiones.

Consuelo Ahumada / Para Con Nuestra América

Latinoamérica vive fuerte turbulencia política particularmente en período electoral, en medio del surgimiento de la segunda ola de gobiernos progresistas. Mientras en Ecuador y Guatemala triunfa el progresismo, Argentina se enfrenta a la perspectiva de un grave retroceso. Veamos por qué.
 
Javier Milei se impuso en las elecciones primarias con su movimiento La Libertad Avanza. Economista y empresario, se ha descrito a sí mismo como libertario y anarquista del mercado. Diversos analistas han resaltado además su mezcla entre mesianismo, resentimiento e inestabilidad emocional.  
 
Lo cierto es que logró capitalizar la crisis recurrente que vive Argentina, el descrédito de los políticos y el sentimiento antiglobalización. Eso sí, sus prioridades parecen claras: Niega el cambio climático y defiende el uso de las armas. Quiere reducir el Estado, la inversión pública y acabar con la financiación estatal de la ciencia. Dolarización y demolición del Banco Central.
 
Sin embargo, sus conexiones son todavía más peligrosas. Una vez se produjo su triunfo, Santiago Abascal, jefe de la ultraderechista Vox, expresó su alegría, en medio de su desencanto por su propia derrota electoral en España.
 
Y no era para menos. Tanto Milei como Victoria Villarreal, su fórmula a la vicepresidencia, han tenido estrecha conexión con dicho partido. En reunión realizada en Argentina en 2019 entre dirigentes de Vox y Villarreal, hablaron de los peligros de la “ideología de género”, los lobbies LGTBI, el derecho al aborto, la eutanasia, la causa animalista, la educación sexual en las escuelas, la izquierda y el comunismo. Todos calificados como 'males endémicos' de la globalización y la sociedad contemporánea.
 
Tiempo después, Villarreal publicó una columna: “Las lecciones de Vox que los argentinos podemos aprender”, donde reconocía su enorme influencia sobre sus ideas políticas y las de Milei.
 
Pero todo va más allá de la afinidad ideológica y política. En la capital de España, en octubre 26, 2020, en plena pandemia, se conformó el llamado Foro de Madrid, que produjo un manifiesto conocido como Carta de Madrid, por cuenta de la Fundación Disenso, de Vox. Allí se llamaba a reivindicar "la herencia de la civilización occidental, el legado cultural de España en el mundo y su vocación en Europa y América".
 
Se pedía frenar "el avance del comunismo totalitario" como "proyecto ideológico y criminal" y principal "amenaza para la prosperidad y el desarrollo, así como para las libertades y los derechos". El documento fue suscrito entre muchas otras personas por el hijo de Bolsonaro, por José Antonio Kast, María Corina Machado y por importantes figuras de la extrema derecha colombiana y latinoamericana.
 
El Foro se define como una alianza internacional de líderes, entidades y partidos en sintonía ideológica y en coalición contra la "extrema izquierda en países de ambos lados del Atlántico", a los que denominan la Iberoesfera:
Los abajo firmantes expresan su compromiso de trabajar conjuntamente en la defensa de estos valores y principios, dotar a la alianza de una “estructura permanente y un plan de acción”.
 
Meses después, Milei apoyó a Abascal en el VIVA21, el gran acto político de reivindicación de la Hispanidad, celebrado en octubre 2021 en Madrid. El argentino expresó allí que "el zurderío contamina la vida y busca convertirnos en esclavos" y que "el socialismo es una máquina de empobrecer, un fenómeno miserable, del odio y de violencia en todo el mundo. Todo lo que tocan lo arruinan o lo empobrecen".
 
La primera incursión de Vox en este continente se produjo en enero de 2020, cuando sus dirigentes se reunieron en La Paz con ministros de Jeanine Áñez, después del golpe de Estado contra Evo Morales. Buscaban pruebas para inculpar por financiación ilegal a Podemos, entonces a punto de entrar en el Gobierno español.
 
Claramente, como se vería en el golpe de Bolivia y en otros eventos, en particular contra Venezuela, se trata de un impulso a la rearticulación de la extrema derecha latinoamericana, que históricamente se ha prestado a cumplir con los designios de estadounidenses en la región. Y Steven Bannon, forjador de la figura de Trump, ha sido muy importante en esa rearticulación.
 
Por supuesto que Colombia no podía permanecer ajena. En febrero de 2022 se celebró el primer encuentro del Foro Madrid Bogotá, en plena campaña electoral, cuando Petro lideraba todas las encuestas. Participaron dirigentes políticos de varios países de la región.
En publicación de Vox, posterior al triunfo electoral, se lee: “Colombia se encuentra acechada por la izquierda radical tras la victoria de Gustavo Petro (…)  Tiene un pasado marcado por su pertenencia a la guerrilla, sus vínculos con el narcotráfico y redes criminales. En las pasadas elecciones llegó al poder apoyado por organizaciones como el Foro de São Paulo, Grupo de Puebla y la Internacional Progresista (…) Es una amenaza para la democracia en Colombia y la región”. Invoca también los graves riesgos de su proyecto castrochavista.
 
Por último, dos consideraciones:
 
Primera, más allá de algunos líderes extravagantes, la extrema derecha actúa de manera unificada y organizada. Recordemos su apoyo activo a Keiko Fujimori hasta el final en Perú, así como al derrocamiento de Castillo. Su respaldo militante a la agresión permanente contra Venezuela liderada por Trump. Los golpes blandos, fake news y el lawfare van en esa línea.
 
Segundo, en medio de diferencias políticas válidas y de los errores de los gobiernos progresistas, se imponen las coaliciones antifascistas. El riesgo para los sectores democráticos del continente es muy grande y no debe asumirse. La campaña contra el PT en Brasil llevó al triunfo de Bolsonaro, a una oscura noche y a un retroceso enorme para el país y la región.
 
Ese es el asunto de fondo, no lo perdamos de vista.

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