sábado, 5 de agosto de 2023

Argentina: Vida o muerte

 La forzada descripción de la realidad en esta época, intenta forzar a la tosca brocha rebosante de alquitrán que se empuña en la emergencia, no para el grafiti de protesta en el muro atestado de carteles proselitistas, sino emprender la aventura del delicado trazo del plumín con tinta china con el que nos esmerábamos dibujar la vida en tiempos más sutiles.

Roberto Utrero Guerra / Especial para Con Nuestra América
Desde Mendoza, Argentina

En momentos de crisis de crisis, de una pandemia que aún flota en el aire, un calentamiento global que afecta a millones de personas, el desprendimiento de un bloque de hielo de la Antártida del tamaño de Argentina, la última semana antes de las PASO han profundizado las disputas entre los diversos precandidatos como si fuera un circo romano en donde los gladiadores combaten vida o muerte. Vida o muerte como los proyectos que defienden. Vida o muerte como estarán condenadas las grandes mayorías si gana el descabellado programa de la derecha.
 
Lejos del término medio aristotélico, hoy nos debatimos en extremos. Extremos sin la natural transición de un lado a otro. Por el contrario, todo es binario: cero-uno, blanco-negro, cara-ceca, como la suerte echada en el vuelo de una moneda. 
 
De ese modo extremo se enfrentan las propuestas de los futuros candidatos estos días. Viajando intensamente, intensamente viajando para cubrir con su presencia la mayor cantidad de distritos electorales. Mostrándose sonrientes, pujantes y colmados de entusiasmo por ocupar el deseado puesto de gobierno, rodeados de la corte de adulones que les abre paso entre la gente. Rogando, cruzando los dedos, para que la gente les crea, les crea y les vote o los vote y no les crea.
 
Burda y brutal, cruel y sin medir consecuencias, la derecha sólo promete lo imposible, porque de ser posible lo que prometen, las mayorías quedarán ahogadas en deudas, sin la menor posibilidad de sobrevivir. En este momento desbordado por la urgencia de anticipar resultados a la convocatoria, expectante ante las encuestas sesgadas, todo carece del menor atisbo de racionalidad. Hemos caído en uno de esos baches en los que la humanidad parece pender de un hilo, como en otras ocasiones que se advertía un cúmulo de sucesos presionando, pero jamás se imaginaba el cruento desenlace. Desenlaces devastadores como para no estar prevenidos, más allá de la plegaria colectiva ante la soberbia de los poderosos. 
Dos guerras mundiales, millones de seres humanos arrasados por holocaustos e inclementes bombas atómicas, una sucesión de conflictos bélicos que han matado y condenado a migrar a millones de seres humanos a sobrevivir hambreados, en la intemperie más flagrante, en mundo herido de muerte, este horizonte pospandémico por el que transcurre la vida planetaria. Imposible hacerse los distraídos o pecar de necios optimistas.
 
Solo a un demente como Javier Milei se le ocurre exponer: “Lo hicimos en el siglo XIX, ¿por qué no lo vamos a poder hacer ahora?”; esto dijo en la presentación de la plataforma de gobierno de La Libertad Avanza, que tanto se hizo esperar. Lo hizo en tono marcial, enfatizando su eslogan de campaña: “Milei, la única solución”. Prosiguiendo: “Argentina tiene un futuro próspero, que solo será posible si la Argentina es liberal”… Propuso, …“la eliminación de los ministerios de Salud, Educación y Desarrollo Social, cuyas funciones serían absorbidas por un nuevo ministerio de Capital humano, el que diseñaría las políticas destinadas a quienes necesiten asistencia del Estado.”
 
Pregunta: la Argentina de hoy, ¿es la misma de fines del siglo XIX? Y…el mundo y el mercado mundial en el que se insertaba el país ¿es el mismo? Datos de población nada más, no llegábamos a 4 millones de personas y en el mundo, 2 mil millones. Argentina multiplicó su población once y media veces, mientras la población mundial cuatro veces; a fines de 2022 se llegó a los 8 mil millones de personas. Una burrada del economista candidato. Siguiendo su exhortación, “lo hicimos” ¿quién? ¿Él y quienes representa son parte del grupo terrateniente agroganadero exportador ligado al imperio británico al que el General Roca y el Ejército Argentino ganaron territorio desplazando, eliminando y esclavizando pueblos originarios, imponiéndose a los gobernadores del interior bajo el lema, “orden y progreso”.?
Ese mundo y país no existen. Tampoco puede volver a un liberalismo a ultranza, como el que predica; cuando el neoliberalismo avanzó a una etapa financiera que anida en paraísos fiscales; paraísos creados para evadir cualquier tipo de control y donde los capitales concentrados superan holgadamente el PBI de varios países centrales.
 
Sin embargo, la prédica de Patricia Bullrich no difiere de esto; ella también habla de dinamitar instituciones, como los adherentes a Horacio Rodríguez Larreta.
 
La presidenta del PRO y representante de los “halcones”, expuso que en caso de asumir la presidencia, entraría con una cámara al Banco Central para mostrar las reservas de la institución, como una operación a corazón abierto. 
 
Cualquiera diría, es lo que tenemos; afirmación traída de los pelos de la brocha untada con alquitrán con la que comenzamos la nota.
 
Seguramente la semana que se inicia, previa a las elecciones del 13 del corriente, serán intensas, abundarán las prédicas mediáticas tratando de ocultar y destruir el progreso de las políticas públicas desarrolladas durante estos cuatro años, ignorando como lo han hecho hasta el momento la pandemia, la recuperación de las instituciones sanitarias, el tremendo endeudamiento dejado y el repunte productivo privado a pesar de la atroz sequía sufrida el año pasado. Tampoco hablarán de las expectativas nacionales a partir de un fortalecimiento de los organismos de integración regional dentro de un orden geopolítico multipolar. De allí que en estas elecciones están a prueba dos modelos, uno que promete el volver al pasado y otro, un futuro más venturoso, inclusivo y de esperanza. Simplemente, Vida o muerte. 
 

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