Sentir mucho por la patria es trabajar mucho con el corazón por ello… es voluntad que se consagra al bien de una patria … el deber de trabajar asidua y concienzudamente, en cuerpo y alma, con músculos y nervios, con razón y sentimiento, y con toda fuerza de la conciencia por el más alto desarrollo posible de la patria nacional." Eugenio María de Hostos (1839-1903)
- Desde el Derecho: que el pueblo, o mejor, sus representantes exigieran la implantación de los derechos democráticos en el país de parte de los Estados Unidos.
- Desde las necesidades sociales del país: aprovechar las instituciones norteamericanas para mejorar las condiciones de vida de los puertorriqueños y la infraestructura del país.
- Desde la actividad educativa: aprovechando las nuevas libertades y la autonomía de los municipios crear una estructura económica-social-educativa que formará la personalidad puertorriqueña individual y colectiva.
Este proceso culminaría en un plebiscito en el que el pueblo, en el uso de su libertad educada, decidiría su estatus final, fuera este la independencia, la estadidad u otra forma de asociación. Desde luego para Hostos, en su confianza en la racionalidad humana, que desarrollaría la educación, el pueblo a la larga habría de favorecer la independencia y la confederación antillana. Ahora bien, positivista crítico, estudioso de la realidad social, para Hostos la estrategia política supone un compromiso entre el ideal de patria acariciado y las fuerzas sociales que podrían realizarlo. Por eso insiste en que “el patriotismo exige que se vea la realidad tal cual ha sido, tal cual tiene que ser y tal cual es.”
Se trata de evitar que el análisis positivista no derive en mero oportunismo conformista; sin tampoco caer en el idealismo voluntarista. Para ello es necesario, primero, no perder de vista ni el ideal social al que debemos dirigirnos (”tal cual tiene que ser”), ni el proceso histórico social del que provenimos (“tal cual ha sido”). Es en términos de estas dos coordenadas que la realidad social presente (“tal cual es”) debe ser examinada para descubrir en ella misma sus tendencias y posibilidades emancipadoras. En segundo lugar, es necesaria una actitud de confianza, una fe crítica, en el pueblo y su liderato, de cuya actividad y fuerza podrán surgir nuevas posibilidades inéditas. Tercero, hay trabajar en el desarrollo de su conciencia del pueblo de modo que orientado por los valores emancipadores pueda tornarse en sujeto revolucionario y posibilitar con ello lo que Pablo Freire llama el “inédito viable”. Esta dialéctica entre ideal y realidad obliga a una gran flexibilidad en las estrategias políticas y educativas. Como lo dice el propio Hostos:
Desde su fundación en Nueva York hasta su organización en Puerto Rico, la Liga de Patriotas ha practicado esa política… Esa es una verdadera política, porque tiene principios, medios y fines que corresponden exactamente a la realidad actual de nuestra sociedad, a su verdadero estado de cultura y a su posible desarrollo y civilización. Es, sobre todo, una política, porque radica en el conocimiento exacto del malestar del país, de las causas de ese malestar, de los resultados que ha tenido y puede tener, de los medios y recursos que para curarlos suministran, por una parte, las condiciones mismas del país y los consejos de las ciencias sociales.
Podemos resumir la estrategia político- educativa de Hostos en tres momentos:
Primero, había que unir a todos los puertorriqueños en la defensa del interés común de su soberanía, apenas comenzada a construir frente a la despótica España. Esto requería el trascender la política partidista orientada al anexionismo, dispuesta a administrar la colonia para la nueva metrópoli, y divisoria de la voluntad popular. Había que hablar desde la perspectiva del interés de la patria, de su soberanía, no del partidismo. Ya luego vendría el momento para los partidos.
Segundo, era necesario educar a los puertorriqueños en el conocimiento de las ideas, valores, sistema de derecho e instituciones democráticas de los Estados Unidos, de modo que éstos fueran utilizados como instrumentos a favor del ejercicio de nuestra soberanía y contra todo intento de imposición de la anexión o de mantener el estado colonial. Se trataba también, a través del ejercicio diplomático de entrevistarse con el presidente de los EU, intervenir en el congreso, escribir en la prensa, denunciar la situación ante el mundo, y del uso de la prensa para recordarles a los norteamericanos que la lealtad que debían a dichos principios los obligaba a establecer la democracia en Puerto Rico y a respetar la soberanía del pueblo puertorriqueño a través de una consulta plebiscitaría, cuestión de darnos a respetar y ganar tiempo para organizarnos como pueblo.
Por último, y más importante, su estrategia contemplaba el llevar a cabo una reforma educativa, económica y social en Puerto Rico que propiciara el desarrollo material de nuestra sociedad y su conciencia nacional. Como se puede apreciar en los estatutos de la Liga, Hostos intentaba un ambicioso proyecto de creación de un poder social, de organizar la sociedad, sin intermediario de los partidos, para que directamente reclame sus derechos, pero también para resolver los problemas sociales de alimentación, salud, producción, etc. Es como la declaración de un poder paralelo al Estado que la sociedad ejerce directamente ante de la incapacidad de éste y de los partidos políticos. En el marco de este proceso, la creación de asociaciones, colectividades, cooperativas, centros de cultura, institutos etc. sería el elemento clave, a cuya promoción se dedicará la Liga.
Hostos era un demócrata radical, la consecución de la soberanía de Puerto Rico tenía que ser producto de la actividad del pueblo, como proceso-resultado de su auto liberación. Ello requería antes que nada completar nuestra formación como pueblo. Formación que concibe como proceso histórico social surgido de la praxis que promovería la Liga de los Patriota. El pueblo nos dice, no es “un agregado casual de hombres: sino una asociación voluntaria, consciente, inteligente, adherida por la fuerza de cohesión de los grandes intereses de toda sociedad, educada en el trabajo, moralizada por la instrucción, civilizada por las costumbres públicas y privadas que crean el sucesivo progreso de la razón en la especie humana.”
El proceso de la liberación de un pueblo es pues el proceso mismo de su constitución como poder social, de su llegar a serlo plenamente. A eso nos convida la estrategia que Hostos nos propone.
* Ángel R. Villarini Jusino, PH D. Universidad de Puerto Rico. Presidente Organización para el Fomento del Desarrollo del Pensamiento, Internacional. Cofundador del Movimiento Victoria Ciudadana
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