En Guatemala está terminando una era que la ha marcado durante, por lo menos, los últimos 35 años, pero cuyos antecedentes se pueden rastrear hasta la segunda mitad del siglo XX, cuando un incruento golpe de Estado sacó del poder a las fuerzas sociales y políticas que estaban intentando modernizar el país.
Rafael Cuevas Molina / Presidente AUNA-Costa Rica
Esta era está en sus últimos estertores, lo cual no quiere decir que se vaya a terminar de la noche a la mañana, pero sí que el sistema que la sustenta está agotado, que se le cierran cada vez más las vías para subsistir, que tiene que hacer más esfuerzos para seguir prevaleciendo y que quienes lo conforman ya no se sienten seguros y algunos están empezando a discrepar y a desertar.
El sistema prevaleciente -que ha sido construido por una élite cleptómana compuesta por grupos de empresarios fosilizados, militares enriquecidos por las ventajas que les dio la guerra que sufrió el país durante más de 30 años y crimen organizado que tiene al Estado como su botín- fue sorprendido por una marea subterránea que no vieron venir por su prepotencia ciega, que se expresó en el posicionamiento del partido Semilla en la segunda vuelta electoral que se realizará el domingo 20 de agosto.
En ese sentido, Semilla se convirtió en el catalizador del enojo ciudadano ante los atropellos en los que esa élite cleptómana ha incurrido cada vez más arbitraria e impunemente contra todo aquel que se atreva a poner en evidencia los crímenes y corruptelas que le caracterizan.
Se trata de un partido pequeño y relativamente nuevo. Nació a raíz de la necesidad de dar algún tipo de continuidad orgánica al movimiento espontáneo que logró la renuncia del presidente Otto Pérez Molina en 2015. Después de que este movimiento masivo lograra su objetivo, se conformaron varios grupos, sobre todos de jóvenes, que intentaron que el movimiento ciudadano no se diluyera.
Es en ese contexto que nace el Movimiento Semilla, que luego sería inscrito como partido político en 2018. Su ideario político puede ser caracterizado como socialdemócrata y su bandera central es la lucha contra la corrupción. Quienes lo apoyan son especialmente personas jóvenes de los centros urbanos, un sector social en crecimiento en un país que está cambiando su perfil demográfico y su estructura socio económica.
El papel catalizador de Semilla se acrecentó exponencialmente después de la primera vuelta de las elecciones, realizadas el 25 de junio pasado, lo que ha sorprendido al sistema imperante y sus operadores que lo veían con desdén y nunca pensaron que podría ser un peligro para ellos.
En ese sentido, Semilla forma parte de un proceso que ha venido articulándose en torno a un creciente malestar social, que posiblemente las últimas arbitrariedades del sistema -persecución de jueces y fiscales y a la prensa independiente- canalizaron en su dirección.
La segunda ronda de las elecciones ha puesto en evidencia el desconcierto que priva entre quienes entraron en pánico cuando vieron la posibilidad de ser desplazados del poder que han usufructuado. Su campaña, como viene sucediendo en toda América Latina en los últimos 20 años, ha intentado activar el miedo atávico al comunismo que han inoculado en la población, y los prejuicios de un pensamiento conservador horrorizado con el mundo diverso en el que vive. Ambas “acusaciones” están muy lejos del ideario político o el plan de gobierno de este partido.
Pero a mucha gente Semilla le ha permitido ver una luz al final del tenebroso túnel en el que se encuentra Guatemala. Es una esperanza de que el país no está destinado inexorablemente a ser coto cerrado de malandrines, mafiosos, prepotentes y violentos; de que hay posibilidades de que se puede vivir de otra forma, más civilizada y amable.
Ojalá.
8 comentarios:
Como siempre, excelente artículo mi querido Rafa, estamos en la misma sintonia. Te he mandado los 10 artículos que he escrito y por favor mandame tu opinion, que para mi es muy valiosa. Lo unico que te pediría que aclares en el proxino articulo es que desde hace tres meses Semilla cuenta con una fuerza rural que es la Plataforma de Orghanizaciones Indigenas y campesinas que decidieron integrarse a esta fuerza política y que ellos decidirian en que medida se integrarian ya que querian experimentar en la practica cotidiana del trabajo. Con solo dos meses de trabajo conjunto el Consejo Directivo de esta organizacion decidio que se integraba completamente. En la primera vuelta le dieron su apoyo a Semilla pero no estaban convencidos al 100%. Para la Segunda Vuelta ellos van a movilizar a todows sus simpatizantes y estan haciendo acercamientos a otras organizaciones indigenas y campesinas que aún estaban renuentes a integrarse a trabajar por Semilla. La experiencia ha sido muy valiosa y sobre todo para los jovenes de Semilla que descubrieron a esa Guatemala con la que coexisten y que a veces ignoran. Esperamos que la sorpresa de esta Segunda Vuelta electoral sea aún mas grande. Despertaron a ese Gigante Dormido y se eliminara el estigma con que se caracteriza a Semilla; de que son un partido urbano de caracter pequeño burgues. El voto rural sera fundamental sobre todo en las areas de mayoría indigena. Floreceras Guatemaya . Plataforma de Organizaciones Indigenas y Campesinas
Una reflexión aguda, esclarecedora, útil, comprometida y esperanzadora sobre la actualidad guatemalteca. Gracias, Rafa.
Hola Rafael, gracias por este aporte a entender desde acá lo que ocurre en tu vecindario. He hecho circular tu artículo por diversos grupos. Un abrazo.
Abrazos, Cebollín
Gracias, Rolando
Muchas gracias, Julio.
¿Incruento golpe el de 54? Me parece que fue cruento y mucho.
U n momento esperanzador para esa patria grande de Centroamerica. Me uno a tus aspiraciones de que este sea un signo prometedor para abrir nuevos y mejores senderos. Ojalá inspiracion para construir una verdadera paz con justicia.
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