sábado, 18 de agosto de 2018

Venezuela: La sinuosa filosofía de la bomba

Con el atentado del pasado sábado [4 de agosto] se ha incorporado en la lucha por el poder en Venezuela el método de acción que encaja en lo que se conoce como terrorismo.

Leopoldo Puchi / El Universal

Otros eventos que han tenido lugar en el país con anterioridad pudieran catalogarse de forma genérica como violencia política, pero el intento de asesinato del Presidente y el estallido de explosivos en drones durante un acto público y masivo transmitido por televisión, reúne todos los elementos que caracterizan una acción terrorista.

Y, precisamente, por el carácter terrorista del acontecimiento es que destaca, de forma muy notoria, la ausencia de una clara condena del atentado por parte de los factores opuestos al gobierno venezolano, tanto internos como externos.

Una actitud sinuosa de peligrosas implicaciones porque sugiere que se le brindaría, en alguna medida, validación al uso de esta forma de actuación armada al realizarse en el contexto venezolano.

Unión Europea

No es usual, por ejemplo, que la Unión Europea, que le ha conferido prioridad a la lucha contra el terrorismo, no haya condenado sin medias tintas la utilización de este método y que haya evitado mencionar los hechos por su nombre.

Tal vez se estima que debe hacerse una excepción al tratarse de Venezuela, aunque no se conocen explicaciones oficiales que sustenten esta actitud condescendiente.

O quizás se trata de una inhibición por un desliz circunstancial. En todo caso, un asunto delicado, puesto que las ambigüedades debilitan la capacidad de los Estados para enfrentar el terrorismo. Recordemos que ya para 1999 la Asamblea General de Naciones Unidas proclamaba que “los actos criminales encaminados o calculados para provocar un estado de terror en el público general, un grupo de personas o personas particulares para propósitos políticos son injustificables en cualquier circunstancia, cualesquiera que sean las consideraciones políticas, filosóficas, ideológicas, raciales, étnicas, religiosas o de cualquier otra naturaleza que puedan ser invocadas para justificarlos”.

Entendimientos

Habría que añadir que el evento ha tenido lugar en el momento preciso en que factores políticos nacionales e internacionales han planteado la inminencia de una transición forzada que tendría como vectores de su concreción una implosión social y una exacerbación de las tensiones desde la vecina Colombia.

Frente a esta posible evolución de los acontecimientos, le corresponde al Gobierno abrirse al diálogo con todos los sectores que sean partidarios de la lucha política pacífica, en lugar de una reacción de cierre sobre sí mismo. Y, sobre todo, debe mantener con firmeza el nuevo rumbo económico adoptado y avanzar todavía más en la flexibilización para impulsar la actividad productiva.

En cuanto a la oposición democrática, le corresponde condenar el terrorismo y reforzar la debilitada institucionalidad del país, comenzando por la institución del voto, en la perspectiva de acuerdos de entendimiento y convivencia.

No hay comentarios: