No es la cocaína o el fentanilo. Es el petróleo, el oro, el gas, el coltán y las tierras raras además del agua que posee Venezuela. Es el hecho de que las primeras reservas de petróleo y oro, la tercera de gas en el mundo y la cuarta de agua, estén en un territorio sobre el que ahora tiene soberanía un gobierno antiimperialista…
Carlos Figueroa Ibarra / Para Con Nuestra América
Desde Puebla, México
A fines de los años cuarenta del siglo XX, Sam Zemurray el dueño de la United Fruit Company (UFCO) contrató los servicios del prodigioso publicista Edward L. Bearnys (sobrino de Sigmund Freud) para lavar la imagen de la referida compañía bananera y además montar una campaña anticomunista contra la revolución guatemalteca que había triunfado en 1944. Después de un viaje de dos semanas a Guatemala en 1948, Bearnys regresó a Estados Unidos y ante el directorio de la UFCO declaró que estaba convencido de que no había peligro comunista en dicho país. Pero agregó que era muy conveniente sembrar la idea de la amenaza comunista entre los estadounidenses. Así se propagó en toda América y en el mundo entero la idea de que en la pequeña Guatemala había una amenaza real del comunismo. Esa campaña culminó con el derrocamiento del presidente Jacobo Arbenz en 1954 y el inicio en Guatemala de un sangriento conflicto interno que habría de terminar en 1996 con un saldo de 150,000 ejecuciones extrajudiciales y 45,000 desapariciones forzadas.