Históricamente, el gobierno de los EE.UU ha estado
espiando, deteniendo y provocando, no solo a extranjeros en sus países, sino a
los propios norteamericanos en el supuesto sacrosanto reducto de las
libertades públicas.
Jorge Luis Ubertalli / Especial para Con Nuestra América
Desde Buenos
Aires, Argentina
“…no se puede confiar en el imperialismo ni un tantito así, nada…”
Ernesto Che Guevara
Hace unos días el presidente de EE.UU., Barck Obama,
anunció algunas modificaciones relacionadas con el aparato clandestino de su
país, fundamentalmente el vinculado con la vigilancia electrónica y el
espionaje cibernético. El mandatario se despachó, entre otras cosas, declamando
que algunos gobernantes que se sintieron espiados por el Tío Sam, “en privado
reconocen que EE.UU. tiene responsabilidades especiales como el único
superpoder en el mundo y ellos dependen de la información que Washington ha
obtenido para proteger a sus pueblos”.