Mientras
que en Oriente los golpes cívico-militar
son legitimados desde el
Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, en América Latina, los golpes,
son legitimados y monitoreados por
grupos de poderes económico-financiero-mediáticos y religiosos como la
Agencia del Desarrollo Internacional de Estados Unidos (USAID) y la Fundación
Nacional para la Democracia (NED).
José Toledo Alcalde / Especial para Con Nuestra América
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Federico Franco juró como "presidente" de Paraguay apenas una hora después de la destitución de Lugo. |
Los Coup d'État en América Latina forman
parte de su frágil historia política. En la complejidad de sus ejecuciones, los
elementos cívicos-militares actúan regionalmente dependiendo de la naturaleza del golpe. Golpe de Palacio, golpe de estado constitucional, golpe
militar, golpe cívico-militar, golpe de mercado. Son solo algunas
definiciones que hacen énfasis al golpe
como acto violento el cual tiene como objetivo desplazar mandatarios que no
responden a las exigencias y necesidades de los denominados grupos de factos.
Revisemos
algunas definiciones: el Diccionario ideológico de la lengua española (1985) la define como: la “medida
grave y violenta que toma uno de los poderes del Estado, usurpando las
atribuciones de otro”. Para el diccionario de uso del español de María Moliner
(1997) es la “acción de apoderarse
violenta e ilegalmente del gobierno de un país alguno de los poderes del mismo,
por ejemplo, el ejército”. Espasa Calpe (2001) la define como la “usurpación
ilegal y violenta del poder de una nación” y el Diccionario Anaya de la Lengua sostiene que es la “usurpación del
poder por parte de un grupo”.