Si bien Argentina en fútbol es campeón mundial, en otros órdenes más decisivos de su vida, sigue siendo el rincón austral del patio trasero, donde el dueño de la pelota le marca la cancha.
Roberto Utrero Guerra / Especial para Con Nuestra América
Desde Mendoza, Argentina
Alberto Fernández realiza su primer viaje a EEUU coincidiendo con la celebración del bicentenario de las relaciones diplomáticas con el país del norte, dado que éste fue el primero en reconocer la Independencia de las Provincias Unidas del Río de la Plata a escasos años de lograda; hecho casi simultáneo a la declaración de la Doctrina Monroe, cuyas manifestaciones activas y consecuencias son ampliamente conocidas en Nuestra América.
Dentro de la apretada agenda estuvo acompañar a Luis Caffarelli, primer latinoamericano en recibir el premio Abel, máximo galardón en matemáticas a nivel mundial. De esto participó el ministro de Ciencia, Tecnología e Innovación, Daniel Filmus y el decano de la Facultad de Ciencias Exactas de la UBA, Guillermo Durán, destacando el presidente el valor de la Universidad pública, el Colegio Nacional, los puntales de nuestra educación pública, reconocida desde siempre como un motor de igualdad ciudadana y de movilidad social ascendente.
También aprovechó para participar de un encuentro con 38 inversores, empresarios y banqueros del Concilio de las Américas. La convocatoria tenía el objeto de hablar sobre el panorama económico y las oportunidades de inversión en el país, pero los inversores fueron directamente a preguntar sobre cuestiones políticas, en un año signado por el calendario electoral que definirá el rumbo del país en los próximos cuatro años. Allí el presidente defendió su gestión como también la del movimiento al que pertenece, el peronismo, cuestionado desde el vamos por sus interlocutores.
También aprovechó la oportunidad para remarcar que el candidato son las PASO: “Lo importante es conservar el proyecto político para que no vuelva el liberalismo”, insistiendo del otro lado por los problemas internos de la coalición de gobierno, a lo que el presidente insistió: “No hay problemas, la discusión de las candidaturas se va a resolver en las PASO”. Ninguno de los presentes preguntó sobre la posible candidatura de Cristina Fernández de Kirchner.
En la oportunidad, el presidente argentino estuvo acompañado por la primera dama, Fabiola Yañez, el canciller Santiago Cafiero, el embajador argentino en Estados Unidos, Jorge Argüello, la portavoz presidencial, Gabriela Cerruti y el secretario General de la Presidencia, Julio Vitobello.
Como anfitriona ofició Susan Seagal, quien en su discurso de apertura felicitó a Argentina por su gestión durante la pandemia y el plan de vacunación llevado a cabo. El presidente por su parte, comentó sobre el costo económico de la pandemia, la guerra ucraniana y la sequía que padece el país. Mientras avanzaba la velada, el directivo de la JP Morgan deslizó, “cada vez que gobernó el peronismo, la economía fue un desastre”, a lo que Fernández retrucó elevando la voz,.. “es que los años de mayor crecimiento y desendeudamiento coinciden con los gobiernos peronistas en el poder. Por el contrario, retrocedió cuando se aplicaron recetas neoliberales, durante la dictadura militar de 1976 y durante los gobiernos de Carlos Menem y Mauricio Macri. Las fuentes que manejan ustedes son consultores que lucran con el análisis erróneo que hace de la situación argentina”[1].
Irónicos, los empresarios, hablando de las próximas elecciones, comentaron si no era posible que oficialismo y oposición acuerden diez puntos básicos con medidas de gobierno para el futuro, respondiendo Fernández: “porque ello no es posible en ningún lugar del mundo. No lo hicieron Joseph Biden y Donald Trump, ni Emmanuel Macrón y su fuerza opositora”… “las nuevas oposiciones en el mundo son muy ultra”[2].
A los postres y más distendidos, algún empresario manifestó su expectación por la construcción del primer tramo del gasoducto Néstor Kirchner, que aumentará la capacidad de transporte para el centro más importante del país, la provincia de Buenos Aires. Desde el sector minero también reconocen que hay grandes posibilidades de explotación de cobre y oro en la cordillera andina.
Argentina sigue siendo un escenario promisorio para el empresariado yanqui, cuyas apetencias abarcan diversos rubros, algunos de ellos de incipiente explotación o directamente inexplorados.
El martes 28 se desarrolló la Segunda Cumbre por la Democracia; allí el presidente Biden anunció la disposición de 960 millones de dólares para el fortalecimiento de las instituciones democráticas en el extranjero: financiar elecciones libres, promover medios de comunicación independientes y fortalecer la acción contra la corrupción. Algo increíble de pensar, tanto para sus propios connacionales luego del asalto al Capitolio el 6 de enero de 2021, mucho más para los países de la región donde por sus apetencias han invadido, usurpado, impuesto dictaduras, utilizando para ello el poder de los medios hegemónicos todo el tiempo desde el prematuro reconocimiento de su emancipación de España y más furiosamente, desde la crisis de los misiles en Cuba, en que adiestraron directamente a las FFAA contra sus pueblos. Mucho menos creíble, siendo orador el presidente de Ucrania Volodomir Zelensky y, en tren de incredulidades, el anuncio del presidente de Corea del Sur, Yoon Suk Yeol, de que su país encabece la tercera edición de la Cumbre por la Democracia.
La gira del presidente Alberto Fernández concluyó con una reunión con el presidente Joe Biden, la que tuvo como eje el acuerdo de Argentina con el FMI, la guerra de Ucrania y la posible unión con México y Brasil para la producción de alimentos. El presidente argentino hizo hincapié en los problemas ocasionador por la sequía y en la necesidad de armar un puente que permita al país llegar al año entrante, donde las posibilidades de recuperación de la producción agrícola y el mayor desarrollo de Vaca Muerta, se abre una gran oportunidad, además de las perspectivas de la explotación de litio. Metal que sabemos, tiene también como posible destino a China, el verdadero rival del imperio.
Al finalizar la reunión, el presidente argentino se mostró satisfecho por el encuentro y la reunión, expresando: “estoy satisfecho porque estoy convencido que se han abierto las puertas para un trabajo estratégico y en conjunto con los Estados Unidos”[3].
Sin duda, la principal preocupación planteada por el presidente Fernández en esta gira estadunidense ha sido la gran sequía, tal vez la más grave desde 1929. Según un trabajo privado, la merma promedio de USD 15.000 millones en exportaciones para el presente año, en superando a las del 2009, cuando fue de USD 14.346 millones de la moneda norteamericana. Esa grave disminución de los ingresos condiciona la situación económica en un año crítico para la continuidad de los proyectos encarados por el Frente de Todos y la necesidad de que los mismos se mantengan en el tiempo.
Si bien en fútbol, los argentinos somos campeones del mundo y se abre la posibilidad de volver a ser sede del próximo mundial con Paraguay y Uruguay, en lo político y económico siempre estamos en manos del dueño de la pelota. Y si bien el tío Sam saca sus uñas, su verdadero enemigo es China, quien también tiene las mismas apetencias, las que desde luego, no contemplan el bienestar de los argentinos.
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