Córdoba, provincia mediterránea con fuerte tradición radical; partido aliado a Juntos por el Cambio, obtuvo el triunfo del actual jefe comunal de Almafuerte, Rubén Dagum por casi un 60% de los votos frente al legislador, Adrián Scorza, con menos del 40%, de Hacemos Unidos por Córdoba, espacio liderado por el gobernador peronista rebelde, Juan Schiaretti. Votó el 76% del padrón, de un total de 11.800 ciudadanos habilitados.[1]
La sorpresa fue Mendoza, gobernada desde hace ocho años por gobiernos radicales aliados a Juntos por el Cambio, espacio que en febrero expulsó al entonces presidente del Comité Nacional de la Unión Cívica Radical UCR, Alfredo Cornejo de su posible candidatura a vicepresidente de la fórmula con Patricia Bullrich, finalmente ganadora frente a Horacio Rodríguez Larreta jefe de la CABA, reemplazándolo por el joven legislador, también mendocino, Luis Petri. Su vuelta al pago y nueva candidatura a gobernador, provocó un cisma de proporciones al desplazarse muchos de sus aliados al espacio Unión Mendocina, encabezado por Omar De Marchi. Daniel Orozco, actual intendente radical de Las Heras pasó a ser candidato a vicegobernador de De Marchi, generando una batalla campal en los estrados judiciales.
Cornejo desde su gobernación se impuso con un llamado al “orden”, sin el progreso de los positivistas de fines del siglo XIX. Por el contrario, emuló los cambios realizados por el ingeniero Macri en la nación, impuso a su gente en la Corte de Justicia, Tribunal de Cuentas, Departamento General de Irrigación y en las empresas públicas provinciales. Castigó a los docentes con ítem aula, penalizando los partes de enfermo de los maestros, desconoció a los trabajadores de la salud a pesar de su esfuerzo en pandemia y devaluó los sueldos de los empleados provinciales a los peores valores nacionales de décadas. Lo hizo con tal saña, que se ha ganado el odio generalizado de la población, lo mismo que su sucesor, Rodolfo Suárez.
En ese contexto, seis de los intendentes peronistas se impusieron y el restante, quedó en manos de un partido vecinal en manos de Omar De Marchi.
Los intendentes consagrados fueron: Fernando Ubieta (La Paz), Edgardo González (Lavalle), MatíasStevanato (Maipú), Flor Distéfanis (Santa Rosa), Omar Félix (San Rafael), Emir Andraos (Tunuyán) y Alejandro Morillas (San Carlos). Los seis primeros pertenecen al PJ, mientras que el restante es parte del frente Encuentro por San Carlos, una escisión de Cambia Mendoza. Votaron 440 mil ciudadanos, un 30% de electores habilitados del padrón provincial.[2]
Me tocó presenciar el debate televisivo de los candidatos a intendente del departamento de San Rafael, donde se presentaban: el médico radical, Oscar Freidemberg, Omar Félix, hermano del actual intendente justicialista, Emir Félix y Rodolfo Bianchi de Libertarios, demócratas y jubilados, espacio aliado a Milei, surgido en febrero de este año, sin militancia política y que obtuvo un 9% y colocó un concejal de los seis que tiene la comuna.
Fue la puesta en escena de un sainete en el que los periodistas preguntaban una cosa y los candidatos respondían otra – salvo Félix que bombardeaba con datos lo realizado – que eran expresiones de deseos, como si la gestión pública no exigiera un conocimiento detallado de su funcionamiento.
Encandilados por el estrellato de los cinco minutos de fama, los candidatos opositores, describieron sus profesiones y experiencias en el trato con pacientes y la gestión al frente del hospital cabecera, en el caso del pediatra y, el empresario, su desempeño en la cámara a la que pertenece, insistiendo en el concepto de Smart city – ciudad inteligente – según su versión en español, como si los vecinos departamentales participaran de un video juego.
Es de imaginar que el candidato, seguidor de Milei, sintió el mismo anhelo de saltar al ruedo político que su ídolo, ingresando subrepticiamente a la casta que pretenden erradicar. Porque, no seamos ingenuos, ya son políticos y en el caso del sanrafaelino, ya logró colocar un concejal; una cuña que representa al libertario mayor.
También hubo elecciones en Neuquén. El candidato oficialista de la localidad de Plottier, Luis Bertolini, de Desarrollo Ciudadano, se impuso este domingo en la elección a intendente con más del 57% de los votos, mientras que en Rincón de los Sauces, Norma Sepúlveda, del Movimiento Popular Neuquino – movimiento político local, creado por Felipe Sapag –, obtuvo la reelección con el 51% de los sufragios.[3]
En Río Negro, la gobernadora Arabela Carreras, disputó voto a voto la intendencia de la localidad turística de Bariloche con el sindicalista Walter Cortés, Secretario General de la Asociación Empleados de Comercio. Cortés obtuvo el 21% de los votos en el espacio Unión y Libertad, mientras que Carreras, del oficialista Juntos Somos Río Negro JSRN, un 16% y el resto de los otros diez candidatos, se repartían migajas. Allí se eligieron intendente, concejales y miembros del tribunal de contralor, participando un 65% del padrón electoral.[4]
Como botón de muestra, los resultados de las PASO, que le dieron un tercio de los votos a Milei, esta vez los votantes libertarios se corrieron a otros partidos.
Excedidos en sus manifestaciones, Javier Milei como Victoria Villarruel, candidatos a presidente y vice por La Libertad Avanza, despertaron ésta semana el rechazo generalizado de las distintas asociaciones de la sociedad civil en repudio a expresiones gravísimas.
Desbocado Javier Milei, expresó que el Papa Francisco era el representante del maligno en la tierra y fomentaba a los comunistas. Mientras que Victoria Villarruel utilizó a la Legislatura de la CABA para hacer un acto de reivindicación de las víctimas militares de la última dictadura, con la asistencia de algunos actores de entonces, desconociendo los 30 mil desaparecidos, a las Madres y Abuelas de Plaza de Mayo. En fin… hechos juzgados por la sociedad argentina y reconocidos por las organizaciones internacionales como delitos de lesa humanidad. Pero que tuercen la realidad a su antojo y, ante la ignorancia generalizada de los jóvenes que los apoyaron, aparece como verdad revelada.
Quienes hemos vivido y sufrido en carne propia los ultrajes cometidos por los militares por el sólo hecho de ser ciudadanos de este país, no podemos tolerar que avance una candidata a un cargo de gobierno, dentro de lo establecido y reconocido por nuestra Constitución Nacional.
Tampoco su titular, versión mejorada de quien asumió la presidencia en 2015 que, sin anestesia promete hacer todo lo prometido de un plumazo. Cuestión que pone al descubierto sus mentores; mentores tan viejos como la esclavitud y un sistema de castas y privilegios coloniales que han perdurado en lo profundo de la sociedad y emergen con la ayuda de los medios de comunicación, las redes y múltiples estrategias mediáticas virtuales, poniendo todo patas para arriba. De modo que, en la prédica de campaña – la derecha y ultraderecha –, revisten sus programas de gradualismo, ponen en duda su declamada dolarización, pero insisten en desarticular la regulación e injerencia estatal en la educación, la salud, el trabajo o la seguridad social. Sostenidos por los organismos financieros y las multinacionales externas que siguen ganando a costa del hambre del pueblo.
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