El restablecimiento
de las relaciones diplomáticas entre Cuba y los Estados Unidos tiene
trascendentales implicaciones para ambos países y para el conjunto de las
relaciones interamericanas.
Roberto M. Yepe Papastamatin* / Especial para Con Nuestra América
Desde La Habana,
Cuba
La política de agresión contra Cuba fracasó. |
Ante todo, este
hecho marca una rectificación histórica largamente aguardada y el
reconocimiento de la legitimidad de la Revolución Cubana por parte de la
potencia más poderosa jamás existente, después de tantos años de agresiones y
vilipendios. Se trata así de un merecido premio a la resistencia del pueblo
cubano, a la firmeza y la inteligencia de sus líderes, y al esfuerzo altruista
de todos aquellos que, en cualquier lugar del mundo, han sido
incondicionalmente solidarios con el proceso revolucionario en el país
caribeño.
Pero me interesa
aquí llamar la atención sobre el posible significado de este suceso en el marco
más amplio de la política exterior norteamericana.
Históricamente
dicha política ha sido el escenario de confrontación entre dos grandes visiones
o corrientes de pensamiento diametralmente divergentes: el realismo y el idealismo
intervencionista. El propio presidente Barak Obama se refirió a ellas el pasado
mes de mayo, en un controversial pero interesante discurso en la academia
militar de West Point.[1]
En una
caracterización esquemática, el realismo aboga por una política exterior ceñida
a la búsqueda del «interés nacional» y la seguridad del Estado. Al establecer
una clara distinción entre la política interna y la política internacional, sus
principales exponentes tienden a abogar por una conducción prudente de los asuntos
externos y son contrarios a cualquier pretensión de superioridad moral
misionera y de cruzada en el sentido de juzgar y cambiar el ordenamiento
político, económico y social de otras sociedades. Por su parte, el idealismo
intervencionista[2]
en buena medida se define por oposición al realismo. Se consagró como una de
las principales corrientes de pensamiento de la política exterior
norteamericana con el gobierno de Woodrow Wilson (1913-1921)[3]
y, en sus versiones contemporáneas más extremas y asociadas a los ideólogos
neoconservadores, ha derivado en las conocidas doctrinas sobre el «cambio de
régimen», «la injerencia humanitaria» y la «responsabilidad de proteger»,
aplicadas contra todos los gobiernos que han molestado o incomodado a los
Estados Unidos a lo largo y ancho del planeta.
En los sucesivos
gobiernos norteamericanos la política exterior nunca ha reflejado a alguna de
estas dos corrientes en un estado puro y, en su lugar, ha tendido a ser el
resultado de un eclecticismo tenso y sinuoso entre ambas posturas, en el
contexto de un predominante pragmatismo.
Para el académico
norteamericano Ted Galen Carpenter «la disposición de restablecer los vínculos
diplomáticos con La Habana sugiere que quizás el sofocante enfoque wilsoniano
de la diplomacia norteamericana pudiera estar finalmente debilitándose».[4]
Esperemos que
efectivamente así sea y que la decisión anunciada por los gobiernos de Cuba y
de los Estados Unidos constituya solo el comienzo de un proceso irreversible y
extensible al conjunto de las relaciones interamericanas, mediante la
construcción e institucionalización de un marco general de relaciones
respetuosas entre todos los países del hemisferio occidental. De llegar a feliz término, ello podría ser
considerado en el futuro por los historiadores como el punto que dividió el
antes y el después de la política de los Estados Unidos hacia América Latina y
el Caribe, el verdadero nuevo comienzo de dicha política, tantas veces
prometido por varios presidentes norteamericanos en diferentes épocas, incluido
el propio Obama en la Cumbre de las Américas de Trinidad y Tobago en el año
2009.[5]
Sin dudas el
proceso de normalización de relaciones entre Cuba y los Estados Unidos
enfrentará enemigos poderosos y recalcitrantes que ya están montando su
contrataque para complicarlo, detenerlo y, eventualmente, revertirlo. Los
insultos personales contra el Presidente Obama y otras autoridades de su
gabinete se intensificarán. Pero todo apunta a que no podrán prevalecer, pues
estas fuerzas están a contramano de la tendencia histórica y de los factores
más profundos actuantes en las respectivas sociedades de Cuba y de los Estados
Unidos que confluyen hacia una relación renovada y de normalidad.
Al comunicar la
nueva política hacia Cuba, la Casa Blanca utilizó una frase significativa: “Hoy
estamos renovando nuestro liderazgo en las Américas”.[6] Pero no se
logrará tal liderazgo cerrando un frente de conflicto con Cuba y abriendo otro
contra Venezuela o contra cualquier otro país latinoamericano y caribeño. La
tendencia hacia una América Latina más justa, digna y unida es otro dato de la
realidad a ser debidamente considerado por la política exterior norteamericana.
*Profesor e
investigador, Centro de Estudios
Hemisféricos y sobre Estados Unidos.
Universidad de La Habana
NOTAS:
[1]Barack Obama: «
Remarks by the President at the United States Military Academy Commencement
Ceremony» (http://www.whitehouse.gov/the-press-office/2014/05/28/remarks-president-united-states-military-academy-commencement-ceremony)
[2] Otros prefieren
llamarlo «liberalismo», lo que, en mi opinión, tiende a crear confusión con
otros temas y no refleja adecuadamente la esencia de la cuestión.
[3] En toda la
historia de las relaciones interamericanas, es posible que el gobierno de
Wilson tenga el récord de más intervenciones armadas y acciones injerencistas
ejecutadas contra las naciones latinoamericanas, particularmente en la zona de
México, Centroamérica y el Caribe.
[4] Ted Galen
Carpenter: «The Cuba Opening: American Foreign Policy Meets Reality», The National Interest» (http://nationalinterest.org/feature/the-cuba-opening-american-foreign-policy-meets-reality-11883).
[5] The White House:
«Remarks by the President at the Summit of the Americas Opening Ceremony» (http://www.whitehouse.gov/the_press_office/Remarks-by-the-President-at-the-Summit-of-the-Americas-Opening-Ceremony)
[6] The White House:
«Fact Sheet: Charting a New Course on Cuba»: (http://iipdigital.usembassy.gov/st/english/texttrans/2014/12/20141217312123.html)
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