sábado, 24 de julio de 2021

Argentina: Cerrando listas

 Oficialistas y opositores andan ocupadísimos estos días intentando cerrar listas para cuando se realicen las votaciones internas de las que sólo participan los afiliados.

Roberto Utrero Guerra / Especial para Con Nuestra América

Desde Mendoza, Argentina


Este fin de semana se cierran las listas de candidatos para las elecciones internas de los partidos políticos rumbo a las elecciones de septiembre. Razón de más para que cada fracción ponga toda la carne al asador para captar mayor cantidad de simpatizantes. Es el ejercicio democrático que venimos desarrollando desde hace 37 años, desde la recuperación de la democracia.

 

Es entonces cuando los aspirantes a candidatos sacan a relucir su mejor sonrisa, intentando seducir a los posibles votantes, cuestión que, en su imaginario o los agentes de campaña intervinientes, parecen ignorar las metidas de pata anteriores. 

 

Así que, oficialistas y opositores andan ocupadísimos estos días intentando cerrar listas para cuando se realicen las votaciones internas de las que sólo participan los afiliados.

 

Quien gobierna, tiene una tarea diaria que no da tregua, aunque desde luego, tiene aprontados los alfiles para cada una de las jurisdicciones, en donde cada región aporta singularidades específicas. Sin embargo, el partido se juega en los principales distritos, o al menos, desde donde salen las mayores decisiones, CABA y Provincia de Buenos Aires.

 

La oposición no deja de sorprender, en esta oportunidad ha vuelto a modificar el nombre de su alianza, si bien es conocida como Juntos por el Cambio, ahora, intentando tomar distancia tanto de la gestión del expresidente Mauricio Macri como de María Eugenia Vidal en la gobernación de la provincia de Buenos Aires, el mayor distrito electoral y determinante del resto del país, ahora se denomina Juntos. Idea que, de seguir así, no sabemos cómo irá a llamarse en un futuro.

 

En esa coalición hace su aparición el neurocientífico Facundo Manes, quien sin tener partido ni ejercicio anterior en la gestión pública, se ha lanzado al ruedo como todo hombre de ciencia que estima que, su sólida formación y desempeño en el mundo académico, le permite hacer las críticas al viciado sistema, en la creencia que el ejercicio de la política es una cuestión menor para su privilegiado cerebro.

 

En la vereda opuesta del mismo espacio, está Diego Santilli, “el Colo” (por su rojizo cabello) vice jefe de gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, el de mayor renta per cápita, gobernado actualmente por Horacio Rodríguez Larreta, quien inteligentemente neutralizó a la presidenta del PRO Patricia Bullrich, a la ex vicegobernadora que ahora intentará presentarse como diputada por la CABA y, desde luego, del expresidente, actualmente instalado en Europa. 

 

Algo curioso es el caso del primo de Macri, actualmente intendente de Vicente López, quienes tratan de despegarlo con el eslogan más Jorge que Macri, negoció con Larreta y allanó el camino a Santilli. 

 

Siendo una coalición cuyo socio mayoritario es la UCR, sus integrantes también reclaman una mayor participación desde que fueron testigos de piedra en la última gestión. 

 

No son tiempos fáciles, para nada. La pandemia, como en todo el mundo mantiene como rehén a la población que no ha recibido la vacuna y en espera de las que vengan, del mismo modo que el fatídico endeudamiento del FMI presiona al gobierno y la inflación no cesa de castigar el poder adquisitivo de los salarios, donde lo más doloroso son los alimentos, de los que no se puede prescindir. Como no puede prescindir del poder ¿institucional? la amañada derecha travestida en diversos candidatos. Y… cada candidato tiene un costo, comenzando por un simple concejal, siguiendo por diputados provinciales, hasta los que tendrán un escaño en el Congreso, cuestión que siempre se omite, pero se sabe que desde los punteros barriales, tienen que contar con un dinerillo, más papelería, transporte, etc., etc., etc. Pero bueno… no hay que irse por las ramas, es el costo de la democracia y, bienvenida sea, porque es infinitamente más barata que una dictadura. Experiencia por la que hemos pasado varias veces, para lo que consensuamos unánimemente un Nunca más. Aunque algunos candidatos comparen los treinta mil desaparecidos de la dictadura con los muertos por la pandemia, como el senador nacional por la Ciudad de Buenos Aires, el economista radical Martín Lousteau. Algo deleznable y digno de ser repudiado. Así son… herederos de la época oscura, siempre se refieren con nostalgia, porque son “derechos y humanos”. 

 

A esto se agrega un nuevo escándalo, la denuncia del canciller Rogelio Mayta por el envío de material antitumulto a Bolivia durante el gobierno de Mauricio Macri en los días en que se desarrollaba el golpe de Estado y corría sangre del pueblo que se manifestaba en contra en sus calles. Entonces, era ministra de Seguridad, Patricia “Pato” Bullrich y Oscar Aguad, ministro de Defensa, quienes se niegan a aceptarlo a pesar de las evidencias. Como tantos escándalos que los envuelven, seguramente, el aparato jurídico les brindará una envoltura protectora, y… acá no ha pasado nada.

 

Faltan horas para cerrar listas, con algunas figuritas nuevas y otras no tanto. Sin caer en reduccionismos extremos, desde hace setenta y cinco años (por no decir desde nuestra vida independiente), nos guste o no, somos un país binario, conformado por peronistas o antiperonistas. Lo seguiremos siendo mientras haya gente que piense que donde hay una necesidad hay un derecho.

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