La firme postura independentista, soberana y socialista de Cuba para conducir su propio desarrollo y su política exterior –respaldada por la Carta de Naciones Unidas- es concebida por cada gobierno de Washington, más no por su sociedad, como una amenaza a los intereses hegemónicos del complejo militar-financiero-comunicacional.
Ernesto Wong Maestre (*) / Para Con Nuestra América
Desde Caracas, Venezuela
Memorando suscinto
Sin duda alguna, por lo evidente que ha resultado para la comunidad internacional en todos estos años -expresada en la recién Asamblea General de ONU, con una votación ganada para Cuba con más del 97% de los votos ante la impotencia de EEUU- el pueblo emprendedor cubano es el principal protagonista de esa hazaña lograda año tras año, cada vez de forma más democrática, soberana y coherente con los principios fundacionales como nación y los constitucionales establecidos en la primera Carta Magna cubana sometida a referéndum nacional y aprobada por el pueblo de la isla caribeña en 1976 y que fue resultado de un profundo proceso organizativo y formativo del pueblo liderado por el Comandante Fidel Castro desde 1959 y dirigido por el Partido Comunista de Cuba (PCC) desde su fundación en 1965, en lo cual tuvo significación popular el proceso orientado a la integración con el campo socialista (1) cuando el Consejo de Ayuda Mutua Económica (CAME) formado por 7 países, entre ellos la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS) y sus 15 repúblicas integradas, acepta en 1972 la inclusión de Cuba como miembro pleno con la cláusula de Nación Más Favorecida, compartida con otros países de Asia enfocados al socialismo, y que tres años después también favorecería la independencia de Angola al responder Cuba el pedido del recién iniciado gobierno angolano y enviar tropas para contener la agresión proimperial de los gobiernos del entonces Zaire (hoy R.D.Congo) y del gobierno racista surafricano.
La integración socialista favoreció, ante todo, una institucionalización estatal y social en Cuba con bases más sólidas por ser un impulso al desarrollo más sostenible, de la infraestructura, a la formación acelerada de especialistas científicos y tecnológicos, a la economía exportadora y a la mayor estabilidad social con más capacidad alimentaria, educativa, medicinal, militar y de solidaridad internacionalista, tal y como se manifestó desde 1980 en que EEUU amenaza con bombardeos y Cuba dispone de cuantiosos recursos para la defensa y la organización de “la guerra de todo el pueblo” siempre apoyada por el gobierno de la URSS y de otros países socialistas, mientras que el momento más relevante del poder alcanzado por contradicción con Washington se produce en 1988 cuando fuerzas cubanas van en auxilio de tropas angolanas en crisis y juntas derrotan al agresor gobierno surafricano de entonces que poseía el arma nuclear.
Pero las tensiones se incrementan a partir de 1991 en que se desestructura la URSS y se termina de desintegrar el campo socialista, en tanto se incrementa con la Ley Torricelli (1992) y la Ley Helms Burton (1996) el criminal bloqueo de EEUU para agravar las consecuencias por las pérdidas de Cuba de sus ingresos por sus exportaciones (entre un 75 y 85% menos) a los países que abandonaron el socialismo y sus gobiernos autoritaria y unilateralmente decidieron romper relaciones o reducirlas con Cuba y apoyar al imperialismo. Pero el pueblo cubano, liderado siempre por el PCC decide resistir e ir venciendo los nuevos y los añejos obstáculos, y en menos de una década de “período especial” logra por diversas vías recuperar la economía, al menos de subsistencia, y poner intensamente todo el talento científico alcanzado en los pasados treinta años, en función de iniciar obligatoriamente otra fase del proceso de transformaciones socialistas de forma más soberana, integral, viable y sostenible, que en los siguientes treinta años hasta hoy (1991-2021) esos cambios serían decisivos para -con más “capacidades de acción colectiva” (CAC) (González,1980), integración en la ALBA-TCP y otras alianzas internacionales significativas como con Venezuela, Rusia, la República Popular China, Irán, India, Bielorrusia, Turquía, entre otros gobiernos- poder continuar resistiendo y venciendo al bloqueo comercial, económico y financiero estadounidense y contrarrestando las campañas mediáticas anticubanas mientras apoya modestamente el desarrollo social de más de medio centenar de pueblos del mundo. Respecto a las fakes news en la comunicación de EE.UU referente a Cuba léase la reciente declaración de la cancillería cubana donde se condena la acusación falaz del presidente Joe Biden en http://www.minrex.gob.cu/es/estados-unidos-miente-al-acusar-cuba-en-su-informe-de-trata-de-personas (MINREX,2021).
Hecho ese breve recuento pasaré a presentar algunas proposiciones que concatenadas -en y entre ellas y sus componentes- podrían dar alguna luz para responder -mediante investigaciones extensas y profundas- ambas preguntas pues de lo que se trata es de uno de los acontecimientos más significativos en la historia del socialismo en Nuestra América y en el actual cambio de época; debido, por un lado, a la praxis transformadora de los pueblos y sus líderes que batallan contra sus opresores capitalistas y por otro a la agudización de las contradicciones propias del sistema de explotación y sus expresiones críticas en diversas tensiones que aparecen por doquier entre los actores internacionales, sobre todo entre los enfocados al socialismo y los países que actuaron de colonizadores, y entre esas propias potencias imperialistas y los pueblos que luchan por su verdadera independencia contra gobernantes corruptos y subordinados a los poderes imperiales (Hernández,2012)
Veintidós tesis al debate
En el estudio del cómo y el por qué el pueblo de Cuba ha podido resistir firmemente ante las arremetidas del bloqueo imperialista (estadounidense y de algunos países europeos) sugiero considerar en las reflexiones críticas las siguientes proposiciones o tesis de diferentes niveles de abstracción:
PRIMERA.- En la historia de la Revolución Cubana desde 1959 hasta hoy se deben estudiar como un todo integral (lo fáctico con sentido histórico-dialéctico de espacio y tiempo) los tres ejes de interacción más significativossobre los que se desarrolla los acontecimientos, principalmente en tres tipos de procesos (tesis 20) en los que el bloque histórico cubano –ante las agresiones de EEUU- va construyendo dialécticamente el presente -siempre mediante la transformación de las contradicciones antagónicas y no antagónicas, entre fuerzas y contrafuerzas, expresadas algunas en tensiones y otras en estado latente, sin dejar de tener significados sobre las estructuras objetivas y subjetivas de ambos contendientes- en aras para la agredida Cuba de un imaginario futuro mejor y más promisorio. Los tres ejes son:
a) el eje interno entre las fuerzas del cambio de la mayoría del pueblo (más del 95% conforman el bloque histórico o sujeto histórico cubano) y las estructuras objetivas y subjetivas capitalistas o no socialistas heredadas (social, económica, política y genéticamente). Sobre ese eje de conflictividad-cooperación interno giran tres fuerzas en pugna para formar otros dos ejes pero con actores externos:
b) segundo, el integrado por ese bloque histórico cubano y por otra parte el imperialismo y sus actores subordinados (estados, corporaciones y megacorporaciones) y
c) el tercer eje, también protagonizado por el sujeto histórico cubano en cooperación, comercio o solidaridad con las fuerzas externas latinoamericanas, caribeñas, asiáticas, europeas y norteamericanas que son capaces de ejercer su soberanía e independencia en sus decisiones y se relacionan armónicamente o sin mayores conflictos con Cuba.
SEGUNDA.- En esencia, es una batalla antimperialista donde las tres fuerzas políticas y económicas de cada eje de interacción y/o de desarrollo se enfrentan o cooperan a diario, y que a su vez se les articulan directa o mediadamente, de una u otra forma, y con una mayor o menor intensidad, extensión y ritmo el resto de las fuerzas de la humanidad, principalmente de los pueblos; tendencia de agrupación bipolar que cada año transcurrido crece más y va polarizando más las batallas políticas al interior de las sociedades, y que se expresa en los procesos electorales presidenciales y legislativos nacionales, así como en los propios actores multilaterales como el Movimiento de Países No Alineados, la Organización de Cooperación de Shanghai, la Organización del Tratado del Atlántico Norte, la Asamblea General de la ONU y en algunos de los organismos internacionales, cada uno con sus particularidades y singularidades.
TERCERA.- El tema central que nos ocupa –como sus temas articulados- deben estudiarse desde la filosofía de la praxis y la emancipación que facilitan la comprensión dialéctica de los sujetos-objetos de estudio gracias a su concepción de la realidad en transformación y por ello la comprensión de la sociedad como un todo en desarrollo, configurado por clases, grupos, sujetos colectivos y bloques históricos en conflictos; el Estado controlado por algún grupo que responde a una clase hegemónica para trazar las políticas y dirigir la economía; y el ser social y la personalidad individual en integral interacción.
CUARTA.- A partir de esa filosofía emancipatoria y liberadora resulta coherente reconocer la necesidad de la interpretación más cabal del significado de la metodología de investigación social de orientación marxista (2) para comprender la dialéctica entre transformaciones revolucionarias cubanas, apoyos externos y bloqueo imperial, siendo este bloqueo -no solo embargo- la esencia de la política exterior de EE.UU hacia Cuba socialista desde 1959.
QUINTA.-Al conformarse esa interacción –durante seis décadas- y su entorno regional y mundial, se debe configurar el todo concreto que hoy debemos tratar de interpretar y que forma parte de un todo regional, intercontinental y de una totalidad global -plena de transformaciones, contradicciones, tensiones y tendencias. Son precisamente las tensiones el tipo de fenómeno internacional o nacional que deben ser estudiadas como estado crítico de una contradicción pues son de diferentes relevancias con significados inmediatos y mediatos para los actores involucrados en los procesos que van a conformar el todo concreto al que se llega por aproximaciones sucesivas en medio de diversos tipos de tensiones internas y externas (Wong, 2019a).
SEXTA.- La resistencia revolucionaria mostrada por el pueblo de Cuba frente a esa política exterior estadounidense, agresiva (Borón,78) de tipo fascista -porque pretende aniquilar a un pueblo de hambre y enfermedades inducidas- tiene una génesis y un desarrollo, por ello dialéctico como toda realidad, y hoy, esa totalidad caracterizada por tener cualidades socialistas (Wong,2019b,197) muestra una situación histórico-concreta a comprender en sus interacciones con esas totalidades antes mencionadas en las cuales hay macroestructuras objetivas y subjetivas, cada una con significados precisos en los procesos desencadenados por la interacción de las políticas exteriores en conflicto, cooperación e interaccionando en procesos estocásticos de diferentes amplitudes.
SÉPTIMA.- Defínase Resistencia Revolucionaria como categoría de las ciencias sociales y políticas decolonizadas que debe comprenderse como herramienta para dar sentido a esa expresión cualitativa de “capacidad de acción colectiva”(CAC) como factor del potencial del Estado en un país en transformaciones revolucionarias. En el caso de Cuba, como también el de Nicaragua, Venezuela, China, Vietnam o la República Democrática de Corea (RPDC) entre otros, dicha CAC en el caso de una revolución profunda denota dinamismo, sagacidad, audacia, talento, virtudes y voluntad de transformación ante las adversidades y los grandes retos, y que solo la clase trabajadora (obrera, campesina, intelectual, administrativa, militar) es quien la porta para lograr la resistencia revolucionaria de orientación anticapitalista y antimperialista. También en el caso cubano, el significado que tuvo y tiene en el desarrollo revolucionario el liderazgo de Fidel y de los líderes articulados a él en toda la geografía nacional debe ser bien estimado en el estudio si bien es evidente su capacidad para unir voluntades en busca de crear sistemáticamente espacios de posibilidades oportunas y pertinentes para las acciones y operaciones viables de transformación socialista.
OCTAVA.- Las agresiones y posturas contrarias al derecho internacional público y las iniciales campañas mediáticas contra Cuba se inician -como conflicto bilateral interestatal- en el primer año de revolución en el poder, específicamente a un mes del triunfo revolucionario (2 febrero 1959) con el intento de atentado frustrado del mercenario estadounidense Allen Robert Mayer (EP,5) contra el Comandante en Jefe, Fidel Castro, mientras en los medios de comunicación comienzan a difundirse imágenes falsas del nuevo liderazgo revolucionario cubano que inciden negativamente para incrementar el diferendo. Cinco meses después ocurre la decisión del Senado de EE.UU del 8 de julio de 1959 de facultar al Presidente para suspender ayuda a todo país que confisque propiedades norteamericanas sin justa compensación en clara referencia a la decisión soberana del Gobierno Revolucionario (3 de marzo) de nacionalizar la Cuban Telephone Company, aunque también una decisión -como acción preventiva de presión- ante el posible relacionamiento de Cuba con la Revolución China para lo cual estaba encargado el Comandante Ernesto Che Guevara quien había viajado al campo socialista y a la República Popular China (12 de junio). Al día siguiente de la decisión del Senado estadounidense, el Consejo de Ministro de Cuba emite (9 de julio) una ley para sancionar a quienes atenten contra la estabilidad de la Nación (EP,ibid).
NOVENA.- Esa medida gubernamental cubana iniciándose el gobierno del pueblo es coherente con las transformaciones organizativas y movilizadoras que se llevaban a cabo en 1959 para elevar el nivel de las CAC, como la realización de congresos de trabajadores azucareros, de obreros del comercio, del primer foro de reforma agraria, el primer desfile cívico-militar (26 de julio) con asistencia de más de un millón de personas, la visita del líder y expresidente mexicano Lázaro Cárdenas, la primera compra de 170 mil toneladas de azúcar por la URSS y al mismo tiempo medidas económicas y sociales que favorecieron el poder adquisitivo del pueblo (rebajas tarifas eléctricas y telefónicas), entre otras, y que comienzan a definir el rumbo soberano que tomaba el gobierno cubano y a incrementarse las medidas estadounidenses para tratar de detener la revolución social desarrollada a solo 90 millas de EE.UU. Con estas tesis se hace énfasis en la génesis de la gestión política soberana del gobierno revolucionario siguiendo las ideas del sociólogo y politólogo boliviano René Zabaleta quien consideró como imprescindible en el estudio de una revolución o un proceso político relevante su momento constitutivo o su origen (Zavaleta,2009)
DECIMA.- La prepotencia imperial, característica de los aparatos estatales e ideólogos de EE.UU, el aún vigente marcarthismo anticomunista que descabezó el movimiento social contestario en el sistema político estadounidense de los años cincuenta (Hernández,2005) y la firmeza ético política del pueblo rebelde antidictatorial, apoyado moral y económicamente por actores antimperialistas, unida a la legitimidad política del liderazgo popular dirigido por Fidel en aras de fortalecer la independencia y la soberanía de Cuba con medidas internas y una política exterior de alianzas socialistas, constituyen cuatro dimensiones significativas –insertas en los tres ejes- con sus componentes y elementos diversos a estudiar en la génesis del diferendo cubano-estadounidense y con la metodología configuracionista latinoamericana y marxista que postula una teoría de la acción pertinente al reconocer la autoconstrucción del propio sujeto transformador mediante la creación “de espacio de posibilidades para la acción viable” más que acciones directas para alcanzar fines, “que se convierte en la manera en la que se construye el sujeto, muy cercano a las preocupaciones actuales de las perspectivas sobre movimientos sociales” (De la Garza,2010,242).
DECIMOPRIMERA.- De manera que la resistencia revolucionaria del pueblo cubano –cada año de forma más unida, nacional y coherente contra el bloqueo imperial- con el ideal independentista como bandera, de casi doscientos años y el ideario emancipador reconstruido en la conciencia popular con la praxis revolucionaria a partir de 1959- se va originando y va dando lugar a la formación del bloque histórico o la autoconstrucción del sujeto histórico, en tanto la mayor parte del pueblo cubano -en ejercicio de la política emancipadora- respondió como Nación a las iniciales agresiones y posturas injerencistas del gobierno de Dwigth Eisenhower, el primero de los trece gobernantes estadounidenses fracasados (3) en sus intenciones de derrotar la Cuba revolucionaria hasta con operaciones armadas como la invasión mercenaria por Playa Girón que fue aniquilada en abril de 1961 en 72 horas por las poco preparadas pero valerosas fuerzas cubanas, ya durante el recién iniciado gobierno de John F. Kennedy quien heredó el compromiso del presidente Eisenhower de poner fin al proyecto emancipador de los “barbudos de la Sierra Maestra” y a sus relaciones con la URSS o la R.P.China, o meses después en la denominada “Crisis de los Misiles” o “Crisis de Octubre” de 1962 entre EE.UU por un lado y la URSS con Cuba por el otro que fue un punto en espacio, tiempo y significados que marcaría el inicio de una nueva dinámica en las relaciones bilaterales, las cuales se afectaron por el incremento de normas jurídicas imperiales, medidas de bloqueo y la política injerencista de desabastecer comercial y financieramente a Cuba para obligar a la incipiente clase capitalista cubana a emigrar a La Florida y rescatar sus capitales depositados pero congelados en bancos norteamericanos y así poder incorporarlos a las inversiones en EE.UU.
DECIMOSEGUNDA.- Al emigrar la burguesía criolla hacia el sur de EEUU y repatriarse hacia Cuba cientos de cubanos antibatistianos para establecerse en su patria, la histórica, amplia y tradicional emigración cubana en La Florida queda a merced -como víctima, casi igual que hoy- de la política contrarrevolucionaria en general, y anticubana en particular, de Washington, tanto de quienes dominan en el Deep State (4) como de esos políticos de origen o descendencia cubana que han escalado al poder en estructuras estatales negociando cargos a cambio de apoyo electoral protegidos por los grupos mafiosos financiados por agencias e instituciones que disponen del uso de los impuestos cargados al pueblo estadounidense. Todos forman una compleja estructura de variados poderes (jurídicos, políticos, financieros, económicos, mediáticos, policiales, paramilitares y militares) que en han logrado colocar la decisión de mantener o cesar el bloqueo contra Cuba fuera del alcance de cualquier presidente o gobierno estadounidense que no esté dispuesto a transformar al sistema o régimen político que está llevando al abismo al país. Por todo ello, el conflicto entre EEUU y Cuba tiende a depender del levantamiento del bloqueo y por ello –si no se produce una desestructuración revolucionaria- de cómo vaya ascendiendo al poder por la vía electoral las fuerzas políticas pacifistas y humanistas –manifestadas políticamente en los cinco últimos años- que en alianzas o consenso con ciertas fuerzas económico-financieras impulsen el necesario cambio estadounidense, ya sea por razones geopolíticas profundas o por simple conveniencia de esas medianas y grandes empresas –sobre todo de sus intereses globales de interactuar sin trabas con los más de siete mil millones de seres humanos distribuidos en 189 países- y no les conviene continuar apoyando al stablishment yanqui perdiendo competitividad frente a las también corporaciones globales de potencias emergentes antes colonizadas o necolonizadas por los gobiernos europeos o estadounidenses, como son China, India, Suráfrica, Brasil, Vietnam o cediendo espacios comerciales ante las corporaciones rusas que comienzan a fortalecer sus capacidades financieras y tecnológicas en áreas no solo militares, de seguridad o espaciales.
DECIMOTERCERA.- Todos los gobiernos de EE.UU, desde Eisenhower hasta el hoy presidente Biden, han sido portadores e instrumentistas de los intereses hegemónicos de grupos de poder vinculados al “complejo militar-financiero-comunicacional” (Wong,2015,1) dado el significado geopolítico de la Isla caribeña en la geoestrategia estadounidense hacia sus principales contendientes Rusia y China, pero también instigados y presionados mediante negociaciones en procesos electorales internos por el grupo dominante de esa clase social capitalista de origen cubano, establecida en La Florida y ramificada por otros estados de la unión, y cada año con mayor poder político y económico para no solo tener mayores capacidades de acción en EEUU sino también en otras regiones como son la de Centroamérica, El Caribe y Suramérica, a través de los gobernantes que se pliegan voluntariamente o por medio del poder compensatorio y del poder codigno, según la clasificación de los tipos de poder del astuto embajador de la Casa Blanca en la India a la orden de John F.Kennedy. (Galbraith,1983)
DECIMOCUARTA.- El actual gobierno de Joe Biden –a la orden del denominado Deep State o Estado Profundo y apoyado por el aparato burocrático de carrera o Beltway- continúa sin eliminar nada del bloqueo genocida de 60 años, ni ninguna de las 243 medidas contrarrevolucionarias en ejecución trazadas por el anterior presidente Donald Trump, por lo cual viola así, como Estado agresor, la soberanía de la Nación cubana y su derecho a la no injerencia externa en sus asuntos internos. Biden sigue irrespetando el derecho a la autodeterminación del pueblo de Cuba y sus derechos humanos cuando sigue ejecutando la política criminal y extraterritorial con sanciones unilaterales e ilegales para cortar los vínculos comerciales, financieros e inversionistas extranjeros que pudieran apoyar el desarrollo cubano. Según la más reciente declaración de la Cancillería de Cuba, emitida por su subdirectora de Estados Unidos, Johana Tablada, reseñada por Prensa Latina “una de las acciones más hostiles de Biden fue oficializar la acusación sin pruebas de Trump de que Cuba patrocina el terrorismo” y de que “esa oficialización provocó daños adicionales a las autoridades cubanas, al incrementar la persecución financiera contra entidades de la isla caribeña, ya de por sí insoportables debido al bloqueo implantado por Washington hace más de seis décadas”(PL,2021)
DECIMOQUINTA.- El actual mandatario yanqui ha ratificado hasta ahora lo dispuesto en materia político-jurídica, migratoria y económica por sus antecesores con el bloqueo multidimensional comercial, económico y financiero, en el cual actúan más de quinientas instituciones o dependencias estatales y privadas de EEUU y sus aliados para provocar cuantiosas pérdidas a la economía cubana que ya sobrepasan el millón de millones de dólares y al tiempo que ocasionan miles de problemas a la salud, la alimentación, la educación, la industria, la agricultura, la ganadería, las tecnologías, las ciencias, el deporte y en general al bienestar de la ciudadanía cubana. A pesar de ello Cuba resiste, sigue transformándose enfocada en la construcción socialista y la preservación de los logros alcanzados en toda la formación socioeconómica y política cubana con significados concretos internacionales.
DECIMOSEXTA- Las tendencias causales del fracaso de EEUU en derrotar la Revolución Cubana y del éxito del pueblo de Cuba en hacer fracasar las políticas anticubanas de trece (13) presidentes estadounidenses radican tanto en la dialéctica de procesos internos-externos de Cuba como del propio sistema imperial global y en el desarrollo de diferentes procesos internos-externos de EE.UU lo que presupone toda una compleja estructura de doctrinas, políticas, potenciales, estrategias, poderes en ejercicio, condiciones y situaciones en que se deciden las políticas y ocurren los desenlaces de las tensiones mientras las contradicciones que le dan origen se agudizan o se aminoran (Wong,2019a).
DECIMOSÉPTIMA.- Cuando se dice “proceso” se están presuponiendo génesis y desarrollo constantes de proyectos y sus ejecuciones, desarrollo de acontecimientos y transformaciones en todas las esferas de la vida. Procesos con disímil carga estocástica que condiciona las fuerzas y contrafuerzas en pugna o en cooperación, aunque predominando en ellos estructuras objetivas que fortalecen o debilitan tanto el bloqueo imperial como la resistencia cubana y que ambos procesos son de compleja desestructuración, y también plenos de subjetividades que tienden a profundizar -fortaleciendo o debilitando- las estructuras objetivas a transformar, así como el mundo de la vida y sus tres componentes: el “mundo social” o el conjunto de representaciones sociales que se comparten en sociedad, el “mundo subjetivo” o ideas privilegiadas de cada quien y el “mundo objetivo” o la cultura que cada ser humano inserto e interaccionando con otros en cada uno de los procesos lleva muy por dentro y tiene significados compartidos con sus connacionales.
DECIMOCTAVA.- En su esencia, el conflicto entre EE.UU y Cuba es también una dialéctica entre culturas diferentes: la cultura de las transformaciones independentistas y emancipadoras en plena génesis y desarrollo en Cuba y la cultura del pragmatismo hegemónico estadounidense en una nueva fase de su crisis y en plena “guerra fría” contra la URSS y sus aliados o simpatizantes, entre ellos, los siete países del campo socialista antes mencionados, Cuba, Yugoslavia, la República Popular China, India, la República Democrática de Corea, Mongolia, Vietnam del Norte, Egipto liderado por Gamal Abdel Nasser, Irak hasta el golpe de Estado contra el simpatizante socialista y líder iraquí Abdul Karim Kassim, Ghana liderada por Kwame Nkrumah hasta el golpe de Estado en su contra en 1965, Siria, Argelia, Mali liderada por Modibo Keita, Guinea Conakry presidida por Ahmed Sekou Touré, entre otros, con quienes la Revolución Cubana también comenzó a fortalecer sus relaciones bilaterales. Una obra ilustradora del tema es “La cultura como fundamento del movimiento de liberación nacional”(Cabral,1972) “Por el arraigo popular del legado de Fidel en la cultura cubana y por la decisión soberana de ese pueblo y sus líderes actuales, dirigidos por el ya legendario comandante de la Sierra Maestra y genio militar Raúl Castro Ruz, de continuar la obra transformadora de la Revolución en Cuba, seguirá ello constituyendo un valladar infranqueable a los planes estadounidenses de entrometerse en los asuntos internos de Cuba para “cambiar el régimen” como si se tratara de un problema de reingeniería en una empresa”(Wong,2016).
DECIMONOVENA.- En cuanto a los procesos en Cuba, en estos sesenta y dos (62) años de revolución social y de bloqueo imperial agresor formando un todo pleno de contradicciones, estos se deben investigar vinculándolos y estudiarlos en su interacción constante y en sus significados para el desarrollo de la vida cubana y de su sistema social y político-administrativo, así como para la familia cubana, incluyendo la parte residenciada en otros países. El bloqueo de EE.UU ha causado innumerables daños a la sociedad y esta se ha transformado por necesidades creadas a partir de las estrategias y operaciones tácticas del bloqueo y sobre la base de los principios revolucionarios y políticas emancipadoras trazadas por el Partido Comunista de Cuba en sus congresos e impulsadas por el gobierno en alianza con las organizaciones políticas y de masas que se fueron creando y desarrollando (Comités de Defensa de la Revolución (CDR) por cada cuadra vecinal en cada ciudad o poblado, Federación de Mujeres Cubanas (FMC) organizadas en núcleos de federadas en cada institución y espacio territorial urbano y rural, la Unión de Pioneros José Martí (UPJM) formado por escolares organizados en cada escuela de la República, Federación de Estudiantes de la Enseñanza Media (FEEM) organizada en cada secundaria básica y preuniversitario o bachillerato del país, Federación de Estudiantes Universitarios (FEU) con núcleos de acción en cada universidad o instituto superior, Unión de Jóvenes Comunistas (UJC) organizada con los jóvenes elegidos en asamblea ejemplares en el trabajo y el estudio de cada institución laboral o escolar, el PCC organizado por núcleos al igual que la UJC, y las asociaciones o uniones de profesionales como la Unión Nacional de Escritores y Aristas de Cuba (UNEAC), la Unión de Periodistas de Cuba (UPC), la Unión Nacional de Juristas de Cuba (UNJC), Asociación de Combatientes de la Revolución Cubana (ACRC), Asociación Cubana de Humoristas (ACH), entre otras, todas actuando con normas y planteando grandes proyectos acordados en sus congresos quinquenales o conferencias y asambleas anuales, a los cuales asisten y los nutren mayoritariamente las y los delegados elegidos democráticamente en sus bases, pero también todas estas organizaciones políticas y de masas condicionadas de una u otra forma en su proyección y accionar por la dialéctica defensa socialista-bloqueo imperial, y por la dinámica operacional de los tres ejes mencionados en la tesis I .
VIGESIMA.- Los procesos en las políticas exteriores de ambos estados-sociedades y los internos que configuran los ejes antes mencionados están constituidos por elementos causales tendenciales de los cambios de la correlación de fuerzas entre ambos estados, sea el fracaso de la política exterior de EEUU hacia Cuba o el éxito de la política interna y externa cubana para resistir el bloqueo y seguir transformando su sociedad y Estado. En esa dialéctica transformaciones revolucionarias-bloqueo imperial- pudieran agruparse para su estudio inicial los tres siguientes procesos tanto en Cuba como en EE.UU:
a) Proceso de ampliación progresiva con sus altas y bajas del potencial del Estado socialista-antimperialista cubano y deterioro progresivo del potencial de EEUU que aunque tienen relaciones concomitantes entre ambos potenciales no llega a ser un juego de suma cero. El potencial del Estado es la base del ejercicio del poder del gobierno y de las instituciones estatales en lo interno y en sus ejecuciones externas. Y en ese potencial tienen su significado tanto las estructuras objetivas como los mundos de la vida (social, cultural e individual) de la ciudadanía.
b) Proceso de fortalecimiento y ampliación de la capacidad de acción colectiva de Cuba y deterioro de la de EEUU donde los procesos de integración nacional avanzan en Cuba y se obstaculizan en EEUU. La capacidad de acción colectiva constituye la condición clave en el desarrollo del país y las condiciones que sustentan las expectativas de éxito de las estrategias de política exterior.
c) Proceso de desarrollo subjetivo acorde a las doctrinas, la cultura, las políticas y sus estrategias que en el caso de Cuba resultan más coherente con la historia, con su sociedad y con la realidad mundial, mientras que en el caso de los gobiernos de EEUU el desarrollo subjetivo presenta contradicciones muy significativas para sostener un bloqueo de ese tipo contra un país y este consiga un verdadero consenso social más que político para llevar a cabo una agresión de mayor violencia militar contra Cuba.
VIGESIMOPRIMERA.- Es necesario reconocer que las pretensiones de validez del discurso estadounidense para justificar el bloqueo contra Cuba son significativamente débiles por ser vulnerables pues aunque tienen su legalidad interna por las negociaciones y leyes anticubanas logradas en el Congreso a espaldas del pueblo -entre los políticos y la mafia de origen cubano- son fuertemente cuestionadas externamente por los defensores del derecho internacional público que fue y es violado frecuentemente por los gobernantes. Otra pretensión de validez invalidada es que las justificaciones carecen de veracidad al proclamar algo contra Cuba que no cumplen con otros gobiernos lacayos que realmente son lo que tienen los problemas que le achacan a Cuba, y también, sobre todo, las pretensiones imperiales presentada por los gobiernos estadounidenses carecen de aceptación social de la verdad sobre Cuba que es apreciada por la sociedad estadounidense con muchas dudas o como mentiras al compararlas con la verdadera realidad cubana y reconocidas como surgidas en su país por intereses de grupos elitistas de interés. Mientras que las tres pretensiones de validez (Habermas,1981) del discurso revolucionario cubano cada día son más acordes a la realidad nacional e internacional y por ello se amplían las capacidades de entendimiento entre Cuba y ese alto por ciento de gobiernos opuestos al bloqueo que impone EE.UU, al tiempo que se fortalece más el camino al socialismo elegido por el pueblo cubano, como queda evidenciado en la mayor y más pertinente organización del Poder Popular -con su amplia red en cada rincón del país- funcionando a través de instituciones públicas, movimientos sociales, organizaciones políticas y de masas que cosechan los frutos de legitimidad, consenso social y estabilidad política con la culminación exitosa de cada proceso eleccionario sui generis en Cuba: la Isla de la Libertad o la Llave del Golfo como indistintamente la han denominado en la historia.
VIGESIMOSEGUNDA.- Expuestas las anteriores tesis, ahora se pueden presentar -en este resumido trabajo- las cuatro (4) etapas y las nueve (9) subetapas –con solo algunos rasgos claves- de los cambios de la correlación de fuerzas que las caracterizan, en esa dialéctica política expresada como: bloqueo imperial vs transformaciones cubanas, o como agresión imperialista antisocialista vs defensa de la revolución social, las cuales son las siguientes:
1) De 1953 a 1972.- Es la etapa del reinicio de la lucha armada y civil antidictatorial, liderada por Fidel Castro, primero con el asalto al principal cuartel militar de la dictadura batistiana, luego con las guerrillas desde la Sierra Maestra y su triunfo popular el 1ro de enero de 1959 que inician la consolidación del proceso independentista y es la génesis de la verdadera república soberana cubana, enfocada al socialismo con las nacionalizaciones desde 1959 a 1962 de las empresas claves de la infraestructura y la producción, en poder de EE.UU, y la sistemática recuperación por sus trabajadores organizados en el PURSC (Partido Unido de la Revolución Socialista de Cuba 1962-1965) y después por el PCC (1965-actual) e de las empresas nacionales abandonadas por sus propietarios capitalistas criollos. Dichas nacionalizaciones correspondieron a las promesas hechas por el líder cubano, Comandante en Jefe, Fidel Castro, sobre todo cuando el gobierno de Eisenhower inició desde el mismo año 59 acciones para obstaculizar el proceso de transformaciones. Esa interacción de soberanía contra injerencia se va desarrollando conjuntamente como va transcurriendo la vida en la Nación caribeña por lo que se va formando una nueva cultura de resistencia revolucionaria al ir venciendo las estrategias de guerra imperiales y uso de medios violentos contra Cuba por lo que desde la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS) y con la aprobación del Gobieno Revolucionario cubano se comienza a desplegar una estrecha colaboración, cada vez más amplia, desde la compra del azúcar que dejó de adquirir EE.UU, el aprovisionamiento militar de armas, equipos y vehículos, hasta la construcción de maquinarias para la industria azucarera incluyendo la transferencia de tecnologías, asesoramiento y formación de profesionales. Por parte de EE.UU hay un debilitamiento de su poderío con los gastos y derrotas en la guerra de Vietnam, y dominio en América Latina por la victoria del socialista Salvador Allende en Chile. El asesinato del Che Guevara en Bolivia 1967 vendría a catalizar la marcha más intensa de procesos revolucionarios en Asia y África, así como de gobiernos militares-civiles nacionalistas en América Latina dada las amplias protestas antiestadounidenses y la solidaridad con Cuba de los pueblos. Esta etapa se puede estudiar en tres momentos o subetapas 1953-1959, 1960-1963 y 1964-1972 delimitadas por diversos acontecimientos concatenados.
2) De 1972 a 1991.- Etapa de desarrollo de a) una institucionalidad político-administrativa-financiera más estructurada con visión socialista y autocrítica, b) profundización de relaciones con la URSS y sus 15 repúblicas que fortalecen el desarrollo de la infraestructura del archipiélago cubano y la alimentación de la ciudadanía cubana, c) inicio del primer intento integracionista con varios de los siete países integrantes del llamado campo socialista, d) reanimación de las relaciones con los gobiernos de América Latina y el Caribe, e) mejor preparación de la estrategia de la Guerra de todo el Pueblo para enfrentar la escalada amenazante del neoconservadurismo yanqui en voz del presidente Ronald Reagan y los ideólogos neoconservadores (Lechner,1982), luego de sus fracasos y derrota en Vietnam y e) ayuda eficaz para lograr la independencia o la mayor capacidad de autodeterminación de varios pueblos de América Latina (Panamá, Nicaragua, Granada, El Salvador, Perú, Bolivia, Surinam, Guyana, Jamaica y Argentina) de África (Angola, Guinea Bissau-Cabo Verde, Guinea Conakry, Libia, Etiopía, Mozambique, Zambia, Zimbabwe y avances para Namibia y Suráfrica). Esta etapa tuvo tres momentos 1972-1976, 1976-1981 y 1981-1991 que deben ser configurados –como se dijo antes- a partir del desarrollo de las contradicciones expresadas en tensiones de diversos tipos entre EE.UU y Cuba. Tensiones que son originadas por las obcecadas políticas de intromisión e injerencia de EEUU y el desarrollo acelerado de la resistencia revolucionaria expresada, tanto en la imposibilidad de EE.UU para marginar a Cuba del desenlace bélico en Angola como en las derrotas militares y/o políticas de EEUU en Vietnam (1975), Irán, Nicaragua y Granada (1979), y en la restauración político-militar neoconservadora en el país norteño con el gobierno de Ronald Reagan y el séquito de ideólogos ultrarreaccionarios (Bell, Rumsfeld, Bolton, Berszinsky, Fukuyama) que incrementan su atención sobre la URSS y el campo socialista para destruirla, lo cual, con su consumación ocasiona las peores condiciones económicas, financieras y comerciales que haya afrontado la Revolución Cubana dado su nivel de integración socialista que se había logrado. Todo se reflexiona y se sintetiza en las políticas y estrategias generales acordadas en los Congresos del PCC (1 de 1975, 2 de 1980 y 3 de 1986) (Granma,2021) en http://www.granma.cu/octavo-congreso-pcc.
3) De 1991 a 2006.- Con el inicio del periodo especial comienza un nuevo momento crítico entre EE.UU y Cuba por la ilusión anticubana de los presidentes George Bush, Bill Clinton y G.W.Bush y la crisis económica y comercial que incentiva el bloque pero todo contrarrestado por la mayor formación integral de todas las generaciones cubanas que en los treinta años pasados transformaron sus conciencias y la realidad cubana, manifestado en innumerables logros, entre ellos, una preparación militar de más de 1 millón de combatientes, unos 400 mil de ellos con experiencias de guerra contra el imperialismo nuclear surafricano, y un avance considerable en las ciencias médicas, la industria farmacéutica y el turismo para finales de esta etapa donde también está el empeoramiento de la salud de Fidel, el surgimiento y desarrollo de las relaciones con Venezuela, los nuevos proyectos con China y Rusia, la creación del ALBA y el inicio del cambio de la correlación de fuerzas con EEUU en América Latina aún con mayores amenazas de EEUU desde el derribo de las Torres Gemelas en 2001. Con la consolidación del poder bolivariano en Venezuela, Bolivia y Ecuador, y el regreso a la dirección del Estado nicaragüense del sandinista Daniel Ortega, el pueblo cubano recibe un rotundo respaldo y a su vez incrementa el potencial y las CAC de Cuba pues en el ALBA-TCP se concentra el 10% de las reservas mundiales de hierro y manganeso, de las mayores reservas de petróleo y gas del mundo, entre otras potencialidades. Para mayores datos compilados léanse los documentos de los congresos lV y V (1991 y 1997) del PCC (Granma,2021) Esta etapa tiene dos amplios momentos. 1991-1999 y 1999-2006 delimitados por el eje de las relaciones bilaterales Cuba-Venezuela, Cuba-China, Cuba Rusia, el despegue definitivo de la R.P.China como contrapeso económico y comercial del poderío estadounidense, y el incremento de los lazos bilaterales Rusia-R.P.China que significan un poderío militar-económico-nuclear de grandes proporciones.
4) De 2006 al 2021.- Se inicia la transición del poder de la generación del Centenario a las nuevas generaciones crecidas con las tareas revolucionarias y experimentadas, donde el pueblo ratifica su voluntad socialista, ratifica en el poder a la nueva dirigencia en el sistema del Poder Popular que va fortaleciendo su organización, renovando la práctica socialista y la solidaridad internacional. Cuba fortalece sus relaciones con los países ALBA, Asia, África, Rusia y los euroasiáticos, con los del BRICS salvo con Brasil a partir del golpe de Estado contra la presidenta Dilma Roussef. El ascenso del llamado grupo Obama pareció beneficiar pero efímeramente a Cuba, entre otros hechos, por la liberación de los 5 Héroes Cubanos y porque el presidente Barack Obama dio el paso -acordado con el entonces presidente Raúl Castro- para restablecer las reuniones interpresidenciales e impuso -aunque solo al final de su período- menos prohibiciones de transportar turistas y de viajar a Cuba por sus connacionales y emigrantes cubanos, siendo el propio presidente un viajero a La Habana que provocó algunas expectativas en Cuba pero no fue bien apreciado debido a su postura contra la Revolución Venezolana –hermana de la cubana- al decretarla “amenaza inusual y extraordinaria” para la seguridad nacional de EEUU. Sin embargo, todo lo mejorado en las relaciones bilaterales es desechado por la agresividad supremacista del presidente Donald Trump que aprueba 243 nuevas medidas contra Cuba y hace caso omiso al potencial de la Zona Especial de Desarrollo del Mariel para las perspectivas futuras comerciales de EEUU con quienes comercian e invierten en Cuba y vuelve a emitir los improperios anticomunistas del marcarthismo como argumentos falaces de sus decisiones. Biden por su parte sigue los derroteros anticubanos de Trump iniciando su presidencia ratificando a Cuba en la funesta lista de gobiernos “patrocinadores del terrorismo” con lo cual –entre otras consecuencias- le falta el respeto mostrándose indigno y mentiroso ante el 97% de la comunidad internacional que no reconoce a Cuba como tal sino como una víctima del terrorismo de EE.UU con el bloqueo. En el caso de EEUU su detallada periodización interna recabaría un mayor espacio y tiempo lo que se dejará para un trabajo posterior porque será otro complemento de estas tesis. La mayor estabilidad política de Cuba y la cada vez mayor inestabilidad política de EE.UU condicionan el rumbo de las relaciones bilaterales y el futuro de la eficacia del bloqueo imperial contra Cuba. Todo lo anterior marca cierta tendencia a los cambios de postura desde la Casa Blanca que solo se consolidarán si continúa avanzando la generación de los llamados “millennials” (Jalife-Rahme,2020) en su camino con sus líderes hacia el congreso y hacia la presidencia de ese país. Esta etapa tiene dos amplios momentos: 2006-2014 y 2015-2021 con el eje delimitador -en la incidencia para las relaciones bilaterales Cuba-EEUU- del avance económico, tecnológico y social de Cuba con su actualización del modelo socialista (PCC,2021), su ZEDM y sus necesarias estructuras de desarrollo que desde ella se van extendiendo por la zona occidental y central de la Isla caribeña. La ZEDM “es considerada como una de las obras más complejas que se ha ejecutado en Cuba, la futura terminal de contenedores es el inicio de la primera Zona Especial de Desarrollo del país y está destinada a convertirse en la principal puerta de entrada y salida del comercio exterior cubano” (Ecured,2021b). Para ilustrar con detalles sobre Cuba léanse los documentos de los congresos del PCC (V de octubre 1997, VI de abril 2011, VII de abril 2016 y VIII de abril 2021 (Granma,2021).
VIGESIMOTERCERA y última.- A manera de tesis conclusiva: El desarrollo del conflicto político entre Cuba y Estados Unidos, como proceso plagado de contradicciones insolubles, transcurre con continuas tensiones debido, por un lado, a la obstinada política exterior intervencionista, injerencista y belicista del imperialismo estadounidense contra una Nación vecina pacífica, democrática y solidaria, que colocan a Washington en el banquillo de los violadores consuetudinario de los principios y normas del derecho internacional público, compartiendo el primer lugar con la entonces Suráfrica del apartheid, considerados como los gobiernos más cuestionados, criticados por oportunismo político en tiempos de pandemia por Covid-19 y condenados por la comunidad internacional en la Asamblea General de la ONU. Mientras que también EE.UU es el estado más repudiado mundialmente por los pueblos de los cinco continentes quienes se solidarizan con el pueblo caribeño. Por otro lado, la firme postura independentista, soberana y socialista de Cuba para conducir su propio desarrollo y su política exterior –respaldada por la Carta de Naciones Unidas- es concebida por cada gobierno de Washington, más no por su sociedad, como una amenaza a los intereses hegemónicos del complejo militar-financiero-comunicacional estadounidense como “configuración triádica de orden global y naturaleza imperialista” (Wong, 2015,1) desde donde se deciden las políticas y estrategias internas contra la oposición, sea de los milennials o de fuerzas de centroizquierda y externas de EE.UU, por lo que dicho desarrollo del diferendo tenderá a continuar con tensiones y deterioros de la imagen y sentido del otrora poderío hegemónico estadounidense que se contradice cada día más con las aspiraciones de los pueblos y deseos de paz sin imposiciones de la casi totalidad de los gobiernos del mundo.
NOTAS
(1) Recuérdese que la URSS estaba formada por Rusia, Moldavia, Ucrania, Bielorrusia, Azerbaiyan, Armenia, Georgia, Turkmenistan, Tayikistán, Uzbeskistán, Kirguistán, Kazajistán, Lituania, Letonia y Estonia, y el llamado campo socialista lo integraban la República Democrática de Alemania (RDA), Bulgaria, Checoslovaquia, Hungría, Polonia, Rumanía y la URSS. Hoy varias de esas repúblicas están identificadas con la alianza sino-rusa y otras gobernadas por élites proimperialistas que lejos de lograr consolidar su poder están siendo cuestionadas por sus pueblos.
(2) Para actualizarse en el debate sobre la metodología marxista sugiero estudiar las obras: “La Teoría Marxista Hoy. Problemas y Perspectivas” compilación de A.Borón, J.Amadeo y S.González, editado por CLACSO en 2006; “El Método Marxista y el Configuracionismo Latinoamericano” en “Tratado de Metodología de las Ciencias Sociales: Perspectivas Actuales” compilación de Leyva y De la Garza, ediciones del FCE, 2010; “La Metodología Configuracionista para la Investigación Social” de E.De la Garza, coedición Gedisa-UAM Iztapalapa, 2018; “Tras el Buho de Minerva” de A.Borón, ediciones Clacso,2000; “Marxismo tardío. Adorno y la persistencia de la dialéctica” de F.Jameson, ediciones del FCE, 2010; “Definición de Marxismo” de varios autores en enciclopedia Ecured, 2021c; “Marxismo contra Sociología” de Iñaki Gil, editorial Trinchera, 2012; “El Enfoque Sur” de Thalia Fung y otros, editorial del MES, La Habana, 1993; “Marx, el capital y la locura de la razón económica”, ediciones Akal, 2019 y “Razones para ser Anticapitalistas”, ediciones CLACSO, 2020, ambos de David Harvey; entre otras referencias bibliográficas.
(3) Los gobiernos de EE.UU que han fracasado en su intento por derrotar la Revolución Cubana son, por orden cronológico: D.Eisenhower, J.F.Kennedy, L.B.Jhonson, G.Ford, R.Nixon, J.Carter, R.Reagan, G.Bush, B.Clinton,G.W.Bush, B.Obama, D.Trump y J.Biden quien continúa con la misma política de bloqueo contra Cuba que la de sus predecesores.
(4) Deep State o en español “Estado Profundo” es la terminología usada actualmente para designar esa estructura de poder que actúa conspirativa y encubiertamente desde las entrañas de la política . Para ampliar puede consultarse el artículo de Alfredo Jalife-Rahme ¿El «deep State» o el «complejo militar industrial de Beltway» tras la cabeza de Trump? Publicado en Rebelión el 25 de agosto de 2018.
REFERENCIAS
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Zavaleta Mercado, René (2009) La autodeterminación de las masas / René Zavaleta; compilador Luis Tapia. Siglo del Hombre Editores y Clacso, Bogotá, 2009.
Datos del autor
(*) Politólogo (UH), Internacionalista (ISRI), Magister (Flacso), Doctor en Seguridad de la Nación (UMBV) y profesor de las maestrías en Derecho Internacional Público (UBV), en Política Exterior de Venezuela (IAEDPG) y en Filosofía de la Guerra (UMBV); profesor del Seminario de África en la EEI-Faces. Coordina asuntos internacionales en la TSS y Dirige en la UBV el Centro de Estudios en Economía Política (CEEP) con atención investigativa para los temas y curriculums de tres PFG: Economía Política, Estudios Políticos y de Gobierno y Relaciones Internacionales. Es co-fundador y Presidente de Planeación, Organización y Desarrollo de la asociación civil Tricontinental de las Relaciones Internacionales y la Solidaridad (TRISOL) y co-fundador coordinador del movimiento Corresponsales Voluntarios del Pueblo.
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