Las figuras más visibles de entre los miles de asistentes a la marcha en la CDMX, fueron personajes impresentables en términos de democracia, aun en la versión limitada de la misma cual es la democracia electoral.
Carlos Figueroa Ibarra / Para Con Nuestra América
Desde Puebla, México
¿Quiénes salieron a las calles en la Ciudad de México y en 45 ciudades de 20 entidades el domingo 13 de noviembre? La bandera esgrimida fue la defensa del Instituto Nacional Electoral (INE), supuestamente en peligro por una supuesta dictadura, la de Andrés Manuel López Obrador. Esa supuesta dictadura ha planteado una reforma constitucional electoral que ha agitado a las derechas de México. Un sondeo hecho entre los manifestantes reveló que el 66% adversan al gobierno de AMLO, pero curiosamente el 54% afirman que México vive en democracia. El problema de la inseguridad y la violencia fue considerado el problema principal del país por el 29% de los auscultados. Solamente el 1% consideró un problema el que el árbitro electoral de México (INE) se encuentre en peligro. Entonces, ¿quiénes y por qué salieron a las calles?
Mi lectura de dichas manifestaciones es que fue la derecha la que salió a las calles. Fueron personajes de derecha los que estuvieron agitando a la opinión pública para que dichas manifestaciones, principalmente la de la capital de la república, fueran lo más vigorosas posibles. Las figuras más visibles de entre los miles de asistentes a la marcha en la CDMX, fueron personajes impresentables en términos de democracia, aun en la versión limitada de la misma cual es la democracia electoral.
Veamos algunos de ellos. El ex presidente Vicente Fox (principal impulsor del fraude electoral de 2006); Margarita Zavala, esposa del ex presidente Felipe Calderón (directamente involucrada ella y su familia en el fraude que favoreció a su cónyuge); la ex dirigente magisterial Elba Esther Gordillo (operadora activa en el referido fraude); Roberto Madrazo (impulsor de un escandaloso fraude que lo llevó a la gubernatura de Tabasco en 1995); Claudio X. González (involucrados él y su padre en el fraude de 2006); Claudia Ruiz Massieu Salinas (integrante del grupo político beneficiado con el fraude electoral de 1988); Francisco Labastida Ochoa (candidato presidencial beneficiado financieramente con el robo a PEMEX de 1,100 millones de pesos de hace 22 años).
También estuvieron José Narro (ex rector de la UNAM degradado a operador del PRI en la fraudulenta elección en el Edomex de 2017); Ulises Ruiz (ex gobernador oaxaqueño involucrado en sangrientos hechos represivos de 2006 contra la Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca (APPO); Javier Lozano (político derechista participante en el despido de Carmen Aristégui de su espacio radiofónico).
Los que el domingo 13 de noviembre marcharon (12 mil, 60 mil o más si se toma en cuenta a las manifestaciones en el interior del país) con una consigna deplorable (“El INE no se toca”), fueron convocados por esa clase política vinculada a la perversión de la democracia, la corrupción y la represión. En su mayoría fueron integrantes de las clases medias (altas, medias y bajas) que sustentan posturas correspondientes a las diversas formas de conservadurismo. Participó también la derecha neoliberal que está en contra de las políticas sociales de la 4T, que se siente afectada por las reasignaciones de recursos que se hacen en nombre de la austeridad republicana y el combate a la corrupción.
Además participó la derecha neofascista que blasona el fundamentalismo religioso (vi un manifestante con un letrero que decía “¡Viva Cristo Rey!”), el clasismo (veáse tuit que pregona “Y si le decimos al INE que solo puedes votar con la Prepa terminada.... y pumm se acabó Morena”) y el racismo descarado: la señora manifestante que gritaba desaforadamente refiriéndose a AMLO: “indio de Macuspana tienes unas patas rajadas que ni siquiera el mejor zapato te quita lo naco pendejo”. La derecha neofascista-el Frente Anti-AMLO (FRENA) participó por supuesto-, dice defender la democracia gritando consignas de odio.
¿El INE no se toca? Puede someterse a discusión de qué manera se toca. Pero que hay que tocarlo, hay que tocarlo. El Instituto Federal Electoral (IFE) hoy INE tiene un historial esencialmente deplorable. Convalidó los fraudes de 2006 y 2012; es dispendiosamente caro; sus consejeros son producto de arreglos cupulares de la partidocracia y en los últimos años más que árbitro ha actuado como un partido opositor al gobierno de la 4T. La gran mayoría de los manifestantes del 13 de noviembre, no tuvieron al INE como preocupación. Salieron a marchar porque forman parte del 30% del país que adversa a AMLO desde la derecha.
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