sábado, 16 de agosto de 2025

Argentina: Reencarnando al hombre sin atributos

 “El hombre sin atributos” es una novela del austríaco, Robert Musil, cuyo reconocimiento póstumo llega décadas de fallecido el autor en 1942. Su personaje principal es Ulrich, un burgués de 32 años que se desenvuelve en Kakania, una ciudad del imperio austrohúngaro ya en decadencia. 

Roberto Utrero Guerra / Especial para Con Nuestra América
Desde Mendoza, Argentina

Curiosamente o no, nuestro presidente es un férreo cultor de la escuela austríaca de economía y su principal afán es destruir al Estado desde adentro, algo que ni los cultores del Estado gendarme del siglo XIX daban por hecho; cuestión en la que hasta coincidían con los anarquistas que no lo reconocían y se oponían a todo tipo de autoridad sobre los hombres. Ambas corrientes terminaron rindiéndose ante la necesidad de una organización superior que ordenara los intereses de los diversos estamentos de la sociedad, en donde también prosperaran instituciones dedicadas a la educación, la salud o la protección social, conforme lo exigía la modernidad.
 
Curiosamente o no, las actuales autoridades nacionales insisten en volver a la precaria pre modernidad en su porfiada necesidad de destruir al Estado y sus instituciones y, como un perro, terminan mordiéndose el rabo. No exageramos, el gobierno libertario se alejó de la Organización Mundial de la Salud y ha quedado excluido de la protección ecuménica en casos de pandemias. Único país en el mundo que no está en la OSM, mientras Rusia y Ucrania comparte este espacio científico, porque la ciencia no tiene fronteras, salvo en la estrecha mente de Milei. También ha usado la motosierra con el Instituto Nacional del Agua, una institución liminar protectora del líquido elemento destruido por idénticas políticas.
 
Curiosamente o no, estamos obligados a hurgar en un pasado, dado que el monstruo libertario se refugia en una epifanía protohistórica en donde los poderosos ordenan la vida de los débiles y miserables, disfrutando de su maldad, en una orgia de mal gusto, celebrada por las redes sociales, solícitas a plegarse al alarido del león de invierno. 
 
De allí que semana a semana Argentina es noticia en materia de crueldad inhumana en donde sus máximas autoridades hacen alarde de sus acciones destructivas republicanas. Sumisos al imperio y sus instituciones financieras, no tienen la mínima vergüenza de mostrarse rodeados de ex funcionarios de la J.P. Morgan como fue el último discurso presidencial emitido por cadena nacional desde la Casa Rosada, donde anunció que si no se cumplía a rajatabla con el déficit cero, “lo iban a sacar con los pies para adelante”, en una expresión suicida de heroísmo barato, al que la ex presidenta presa en su domicilio, corrigió con acertado tino de sentido común, “que sería con un chaleco de fuerza.” 
 
Y... razones tiene, el presidente Javier Gerardo Milei sigue obsesionado peleando en sus redes contra el niño autista de 12 años, Ian Moche, mientras millones de personas en todo el país sufren sus políticas de hambre, desocupación, falta de recursos y una escalada de precios que desafían sus mentirosas cifras de inflación a la baja. Queja que también alcanza a los grandes holding de la industria láctea subvencionados por el Estado, como La Serenísima de Mastellone, dada la baja de consumo.
 
Todo un panorama de degradación que ha legitimado la crueldad de castigo a los viejos que todos los miércoles protestan frente al Congreso de la Nación, agredidos por parte de las fuerzas de seguridad que gasean y apalean a los periodistas, a pesar de que la Justicia pudo comprobar en estos días, durante más de tres horas con peritos especializados, cómo fue baleado el fotógrafo Pedro Grillo por parte de uno de los policías. Felizmente Pablo, salió bien de la nueva operación a que fue sometido, justamente esta semana, como informó su padre a lo medios.
 
Todo un panorama de crueldad que es legitimado por el ministro Federico Sturzenneger en la destrucción agresiva del Estado, donde la falta de personal en la ANMAT dejó un saldo de casi cien víctimas muertas por fentanilo que no fue debidamente controlado. Hecho que desde luego, tendrá consecuencias todavía impredecibles.
 
La cúpula del poder libertario recluida en sus búnquers de campaña orientada a las elecciones de septiembre en la provincia de Buenos Aires, ha optado por mantener al presidente encerrado en Olivos, blindado por su tropa de trolls, aunque no pueden evitar la circulación de videos que comprometen la vida íntima del presidente y las amistades que circulan por la residencia presidencial. 
 
Seguramente, cuando todo pase, cuando este gobierno atraviese las puertas de la historia, muchos de ellos no van a querer ser parte de esa historia, cómplices de cosas aberrantes. 
Seguramente, muchos mega empresarios que costearon la campaña libertaria van a arrepentirse de haber llevado a la presidencia a un engendro pandémico, capaz de decir y hacer las barbaridades que ellos no fueron capaces de realizar y ahora, viendo que el fruto de sus políticas derrumbaron las ventas en todo el país de manera jamás realizada, querrán cortarse las venas. Pero... es tarde. 
 
Seguramente, muchos de los votantes jóvenes entre dieciocho y veinticinco años, sobre todo varones, se siguen sintiendo representados por el león con peluca que grita barbaridades por las redes y en sus discursos de campaña; indiferentes a sus padres que los siguen manteniendo, convencidos empresarios conductores de Uber o distribuidores de bienes a domicilio, que miran indiferentes como se destruyen las pequeñas y medianas empresas, fieles a un individualismo que ha ido arrasando con todas las instituciones que van de la familia al Estado, pasando por organizaciones territoriales como los barrios, los clubes, las parroquias, o de trabajadores, como los sindicatos, cooperativas o mutuales que, desde su creación le sirvieron a los individuos para salir de la miseria. 
 
Pero esos jóvenes que ignoran la historia, les han remachado pandemia de por medio, que no tienen pasado o, peor aún, que todo es culpa del pasado. Perdidos en una identidad difusa, armada con relatos de tic toc de segundos de duración, andan por la vida prendiéndose al discurso del odio que les enciende las venas y les da un sentido a su frágil existencia. Sin duda una deuda social que habrá que recuperar.
 
El hombre sin atributos que hoy reencarna el presidente Milei erigido sobre atributos que no tiene, sigue el derrotero de la obra de Robert Musil, publicada como decíamos, en las primeras décadas del siglo pasado, post depresión, con todas las calamidades pasadas. Una obra que ponía en relieve la crisis de la modernidad, cuya despersonalizada burocracia expuso previamente Franz Kafka en El proceso, mientras que El hombre sin atributos recién fue reconocido años más tarde de la muerte de Musil, ocurrida en 1942. 
 
Lanzado de pleno en la campaña electoral de la provincia de Buenos Aires, la noche del jueves, Javier Milei se instaló en la ciudad de La Plata, bajo el eslogan “kirchnerismo Nunca más”. Campaña sin atributos, sin relato de campaña, basada exclusivamente en el odio al enemigo, enardeciendo a la horda que lo escucha, su paupérrimo discurso sólo puede entusiasmar al pensamiento binario de sus seguidores, quienes, frustrados en sobrevivir a la malaria generalizada, se consuelan en destruir al enemigo ocasional que tienen enfrente, hoy le toca el turno al peronismo encarnado en el kirchnerismo, como también lo ha sido Juntos por el Cambio o el PRO. Y... destruir, no es lo mismo que construir.
 
El hombre sin atributos se diluye en la imposibilidad de continuar sosteniendo el sofisma que lo llevó a la presidencia. Con una salud mental endeble, seguido de cerca, muy de cerca por su hermana Karina, hace dos días le cambió el médico, renunció el Dr. Manuel Emilio Estigarribia y asumió el Dr. Cristian Luis Martelletti, especialista en cirugía en general, quien tendrá rango y jerarquía de subsecretario y estará bajo la órbita de la Secretaría General de la Presidencia.
 
Próximo a cumplir los 54 años en octubre, Javier Milei, 22 más que Ulrich, el hombre sin atributos, con una cuadrilla de cuidadores de ánimo, maquilladores y peinadoras de su peluca aleonada, encabezados por su hermana, el Jefe, según declaraba rindiéndole tributo presidencial, como armadora nacional de La libertad avanza a la pastelera tarotista, en el acto de La Plata este jueves. Cabe destacar, que su admirado presidente, el general Julio Argentino Roca, asumía su segunda presidencia en 1898 con 54 años también, pero... ya había recorrido a caballo el país cinco veces, mientras Javi no lo conoce, aunque ha dado la vuelta al mundo las veces que “el zorro” recorrió Argentina. 
 
Este viernes, 15 de agosto, declarado feriado por el fallecimiento del Padre de la Patria, General José de San Martín a conmemorarse el domingo 17 en su 175 aniversario, el presidente y su gabinete va  a permanecer reunido con su Gabinete en Casa Rosada, determinando la lista de representantes de todo el país, como también tratar el tema del fentanilo. La reunión anunciada es con empanadas y la película de Guillermo Francella, Homo argentum. Un verdadero festín gorila.
 
El hombre sin atributos expone, “Sólo hay una pregunta que realmente merece pensarse y esa pregunta es: ¿cuál es la vida auténtica?” En el segundo libro cuenta su viaje hacia la verdadera vida, un “otro estado” al cual se llegaría por el amor y el erotismo como vías místicas. Antes descrito como “una persona religiosa a la que, simplemente le ocurre que no cree en nada por el momento”, ahora Ulrich, como un asceta, busca la supresión de la individualidad y la comunión con el otro, la trascendencia en una forma de androginia.” Musil no alcanzó a terminar la novela, debido a que lo sorprendió la muerte. El final elegido por los editores, fugados de la sociedad, situados en un jardín edénico, ‘los criminales’ entienden que sólo desafiando la moral burguesa podrán encarnar la felicidad.[1]
 
Su reencarnación local pospandémica, grosera y brutal, exagerada y fomentada por sus adláteres, se sigue sumergiendo en la violencia como única alternativa de relación, como única posibilidad de praxis política. Una alternativa apocalíptica oscura sin futuro que ofrecer...


[1] Javier Lorca, El hombre del siglo, en ocasión de publicarse la versión argentina de El hombre sin atributos, Edit. Seix Barral, en Radar libros, 30 de abril de 2005.

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