El pasado domingo 4 de mayo, se celebraron las
elecciones generales en Panamá, resultando
ganador el vice-presidente de la nación Juan Carlos Valera, del Partido
Panameñísta. Valera era aliado del
Presidente Martinelli. Por diferencias de enfoque, rompieron su relación.
Valera y su partido no obtuvieron la mayoría en la Asamblea Nacional, por lo
que tendrá que gobernar por consenso o alianzas con otros partidos.
Dr.
Carlos Pérez Morales* / Especial para Con Nuestra América
Desde Puerto Rico
Juan Carlos Varela, presidente electo de Panamá. |
La República de Panamá ha sostenido un
sorprendente crecimiento económico durante los pasados años, desafiando la
crisis económica mundial. Ésto se debe
en gran medida a los aportes monetarios del Canal los cuales han aumentado el
ingreso nacional. La trasferencia del Canal interoceánico a su jurisdicción ha
permitido este crecimiento. Esta
transferencia ocurrió en diciembre de 1999, en virtud de los tratados Torrijos-Carter. A pesar de este gran crecimiento económico,
el mismo no ha beneficiado a la mayor parte de los habitantes de la
nación. Una tercera parte de su
población vive bajo el nivel de pobreza.
Existe una enorme brecha entre un pequeño
grupo de personas y empresas y la mayoría de la población. Persiste
gran diferencia en la distribución de la riqueza del país. Esta pequeña élite ha gobernado el país
durante casi todo el tiempo republicano, con excepción de la época de la
dictadura militar de Omar Torrijos.
Durante este período los trabajadores y campesinos tuvieron acceso al
llamado poder legislativo. También los
estudiantes ocuparon cargos menores en el poder ejecutivo. El nuevo presidente de la república tendrá
que enfrentar ese grave problema. No
sabemos como lo hará ya que es miembro de ese poderosa élite. Se espera que defienda sus intereses de
clase. Juan Carlos Varela es un
destacado empresario de la industria licorera de la nación.
Los precios de la canasta básica aumentaron
dramáticamente durante la presidencia de Martinelli. Valera, durante su campaña política prometió
bajar los mismos mediante un control de precio. No se sabe hasta que punto las
fuerzas del mercado se lo permitirán en una economía capitalista como es la de
Panamá.
Existe en Panamá una gran preocupación relacionada
con el control de la rama legislativa por otros partidos. Se desconocen las habilidades de Valera para
establecer consensos que le permitan gobernar y llevar a cabo su programa
político.
Otro grave problema que enfrentará será la
terminación de las megas obras comenzadas por Martinelli, que requerirán
grandes sumas de dinero al igual que el pago de la deuda externa.
El aumento de la producción agropecuaria,
mermada en parte por el Tratado de Promoción Comercial, con Estados Unidos,
tiene que ser una prioridad en su gobierno.
Una reforma constitucional es imprescindible
para modernizar el país y combatir grandes problemas entre ellos la debilidad
de la rama judicial. Esta rama de gobierno necesita de reformas urgentes para
garantizar su independencia, evitar la corrupción gubernamental e impartir
verdadera justicia en Panamá.
El combatir el crimen y la delincuencia, así
como la corrupción es un imperativo.
Varela tendrá que decidir si los estamentos de
seguridad pública van a seguir controlados por Estados Unidos. Este país los domina con el “propósito de
combatir las drogas” aumentando así su militarización. Las Fuerzas Públicas no pueden seguir siendo
utilizadas como instrumento represivo contra los trabajadores y los indígenas.
La minería en el país es controlada por
compañías foráneas exportadoras que controlan esta riqueza natural. Debe crearse legislación para resolver esta
grave situación. Enfrentar el grave problema de contaminación que causa la
minería de cielo abierto es una situación apremiante.
Los graves problemas que enfrenta la educación
en Panamá en todos los niveles requieren de la atención urgente del Presidente
Valera. Hay que mejorar los currículos
educativos y la formación de docentes que puedan poner este servicio a la
altura del siglo XXI. Se tiene que
atender el grave problema del mejoramiento y establecimiento de escuelas en las
zonas rurales. En la rama de la
educación superior, las universidades tendrán que atender el fortalecimiento de
la Ciencias Naturales y las carreras tecnológicas sin menoscabo alguno de las
Ciencias Sociales y de las Humanidades.
Esta tarea es urgente y necesaria
para poder suplir el personal que sostendrá
el crecimiento económico del país.
En términos de salud se debe garantizar y prestar
estos servicios como los derechos humanos lo requieren. Hay que mejorarlos en
todo el país incluyendo las zonas rurales y las comarcas indígenas. Las escuelas de medicina tienen que
actualizarse incluyendo la preparación de especialistas y sub-especialistas.
*Docente Jubilado, Universidad de Puerto Rico en Humacao.
No hay comentarios:
Publicar un comentario