Gerardo Morales es la expresión de un racismo tolerante para los “indios permitidos” y de un racismo violento para los indios rebeldes. Por eso inventa minorías incapaces de posición política propia. Cual mala película de héroes y villanos, se propone a sí mismo como el Agente del Orden contra los Agentes del Caos. Si fuera una película: el héroe del Orden se llamaría Gerardo, la villana del Caos... sí, ya se puede usted imaginar.
Ramón C. / Para Con Nuestra América
Desde Jujuy, Argentina
En la Carta Abierta “Por la Argentina de la paz y la verdad” (publicada el 20/07/2023), G. Morales delimita (inventa, imposta, desea) un enemigo interno: el kirchnerismo. Una vez más, pretende dividir la lucha docente de la lucha indígena. Morales dice que los docentes son pacíficos, por eso tienen razón en su demanda salarial. Pero él no tiene la culpa de los malos salarios, la tiene el kirchnerismo que no puede con la inflación. Pero nada dice de que los docentes no solo reclaman salarios, sino también: ¡Abajo la Reforma! ¿Será porque son manipulados por los agentes del caos?
En cambio, para Morales los que cortan las rutas son “sectores violentos organizados”, “organizaciones sociales kirchneristas”. Según Morales, ellos utilizan a los indígenas: “despliegan como escudo la defensa de distintas minorías, enhebrando un relato ideológico que les de justificación y legitimidad política”.
Entonces, el Tercer Malón de la Paz sería una “minoría” utilizada y manipulada por los kirchneristas y la “extrema izquierda”. Inventa que: “Prueba de ello es la escena que el kirchnerismo y su mano de obra barata, la extrema izquierda, han intentado montar en la provincia de Jujuy.” Las preguntas son: ¿Morales cree realmente que el Tercer Malón de la Paz es una organización violenta? ¿O es lo que quiere hacer creer? ¿Morales cree que las comunidades de los pueblos y naciones indígenas son incapaces de justificar su propia posición? Parece que la realidad superó al caudillo del orden.
Morales pretende hacer creer que en Jujuy se está viviendo un “golpe de estado” para implantar una “dictadura de las minorías”. Dice: “queriendo instalar que los representantes del sistema democrático y republicano son usurpadores que llegan solo por las fallas del sistema, por lo tanto, son equiparables a los dictadores. Ha nacido una nueva e insólita intención de organizar las sociedades: “La Dictadura de las Minorías”.” Para Morales el sistema no falla, por eso él no es un dictador sino un demócrata. ¿No falla? Una Constitución que podría expresar un “contrato social” se aprueba entre gallos y medianoche, se continúa con represión a los pueblos indígenas en Abra Pampa y Purmamarca y luego a los pueblos indígenas y ciudadanos en la capital jujeña, con métodos que hasta cualquier policía honesto reconoce son propios de la dictadura. Un sistema democrático que precisa para “sostenerse” del terrorismo de estado, ya no es democrático.
“¡Morales, vos sos la dictadura!” se canta en las calles de Jujuy. ¿Quiénes cantan?, ¿las minorías sin cabeza propia, manipuladas por los “agentes del caos”? Otra vez: el kirchnerismo es el agente del caos, el organizador del caos, el malo malo malo.
Morales explica la realidad a partir de una oposición: el caos versus el orden. Él es el Orden, los malos son el Caos. Dice: “El problema en Argentina es que el caos sí está siendo organizado, ¿adivinen por quién? No se equivocan: por el kirchnerismo.” Según él, los agentes del Caos quieren más poder, por eso rompen el Orden de Jujuy” “Por eso tanta violencia: si se acaba la impunidad se acaba el caos, y si se acaba el caos, se acaban sus privilegios. Hoy, desvirtuando el día de la memoria en conmemoración del Apagón de Ledesma, estas cúpulas burócratas anuncian su arribo a la provincia, para seguir intentando instalar el caos en el pueblo jujeño”.
Morales asegura que su Orden es democrático y pacífico. Que su Orden acabó con la impunidad y los privilegios de los kirchneristas (raro que no mencione a Milagro Sala, se ve que su psicólogo le enseñó algunos tips). La visión maniquea del caudillo del orden es simple: la Democracia y el Orden soy YO. La Dictadura y el Caos son ELLOS. Morales usa la palabra “dialéctica”, pero no parece entender su complejo sentido ni su movimiento histórico.
Morales se siente injuriado. Es una “ignominia”, se queja, de que pongan a las “comunidades” en contra de su Orden.
Dice que los emisarios del Caos “han enviado abogados, funcionarios y agentes de inteligencia a las comunidades originarias, a intranquilizar y convulsionar a los pueblos con mentiras tales como que la nueva Constitución de la provincia de Jujuy los despoja de sus tierras y les prohíbe la protesta”. Esto es una ignominia, se victimiza el agente del Orden.
Su orden es el siguiente: dice que hasta 2015 el “Instituto jujeño de Colonización” era quien se encargaba de la relación del Estado provincial con los “pueblos originarios”. Agrega que ese instituto fue eliminado por “su” Constitución. Entonces hasta el 2023 siguió existiendo ese Instituto. ¿Para qué? Y segundo: ¿la colonización terminó con la nueva constitución?
La política de asimilación de indígenas se realiza con instituciones como la Secretaría de Pueblos Indígenas. Y con políticas PARA los indígenas, no desde pueblos indígenas sin patrones. ¿Qué hizo?: dice Morales que otorgó como “nadie” títulos de propiedad comunitaria, que aplicó políticas de participación aplicando la consulta previa, libre e informada. ¡Si, lo dice! Y más aún, afirma que su gobierno garantiza la participación en las ganancias de “proyectos estatales”.
Ante tamañas “certezas” (violencia es mentir) que quiere hacer creer Morales, queda ir a la realidad para constatar cuántos títulos de propiedad comunitaria “otorgaron”, cuántos procesos de participación según el Convenio 169 de la OIT se realizaron, cuántas ganancias hay para los pueblos indígenas de los “proyectos estatales” (Morales se cuida de no incluir a los proyectos privados). Pero un detalle de la realidad oculta: mayorías indígenas abrumadoras le dicen NO, tanto en la Constituyente como en la Marcha del Tercer Malón, que hoy continúa en los múltiples cortes de rutas. La reducida cantidad de comunidades que Morales reunió (queremos creer que sin manipular ni amenazar) contrasta con la cantidad de comunidades, pueblos y naciones indígenas que participan del Tercer Malón de la Paz. Estos son los agentes del Caos.
¿Ahora bien, hay indígenas que apoyan el Orden de Morales? Sí. Natalia Sarapura y un séquito de personas de “comunidades”. Para Morales, esas son comunidades que no se dejan manipular, que son conscientes y libres en sus decisiones. Esos a quienes Morales llama “indígenas verdaderos”. ¿Y los otros? ¿Los miles que recuperaron el territorio indígena de Quebrada y Puna cortando las rutas del colonialismo? Esos son los “indígenas falsos”, los engañados y manipulados por los agentes del Caos. Son una minoría, dice Morales. ¿Qué raro, no? Los indios que apoyan a su Orden son verdaderos, inteligentes, participativos y mayoritarios. Los que se oponen a su Orden son indígenas falsos, manipulados, violentos y minoritarios.
Hay un racismo tolerante. Es aquel que tolera a los indígenas dóciles al Orden que impone Morales. El discurso de Natalia Sarapura como diputada nacional es una gran muestra de lo que puede el racismo tolerante con los sumisos. Pero el agente del Orden (Morales) no duda en aplicar su racismo violento para quienes se le oponen. Las balas en los ojos del Tercer Malón de la Paz son una prueba.
Según Morales, Francia tiene problemas de segregación racista. Interesante qué él traiga el tema del racismo en su carta. Pero en Jujuy no hay racismo, ¿no?, no hay segregación, ¿verdad? Y más, cree que en Francia no hay manipulación, pero sí en Jujuy. Parece que Morales se siente un Macron. Solo que allá no estarían los agentes del Caos.
El detalle es que el Orden que defiende Morales es el Orden de la minería extractivista, es el Orden del Litio. Y en ese Orden Mundial del Litio, sus archienemigos del caos, lo que llama “kirchnerismo”, tampoco parecen estar tan lejos de ese Orden, aunque haya diferencias de métodos para ordenar. Ese Orden, es el Orden del racismo extractivista del capitalismo mundial.
El agente del Orden del Litio no acepta, o quizá lo ve pero no quiere que se vea, que cuando ya no hay patrones, los de “abajo” ponen en peligro el sistema de patrones. El Tercer Malón de la Paz está formado por indígenas sin patrones. Cuando eso sucede, el Caos se avecina. Si, para los patrones. Como cuando una fábrica produce con obreros sin patrones. ¿Es un Caos? Sí, para los patrones. El Tercer Malón de la Paz es el agente de otro “orden”, que se construye sin patrones desde la diversidad de colores de la Wiphala, del Agua y por la Vida. Es otro orden, realmente justo, desde y para los pueblos.
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