sábado, 15 de julio de 2023

Guatemala, los amigos del chanchullo y las elecciones

 En Guatemala, los amigos del chanchullo están desbocados. Asustados por el pase a la segunda ronda de las elecciones de una opción política que promete pedirles cuentas, hacen malabarismos y se sacan de la manga trucos de ilusionista ante un público escéptico que lo único que quiere es que se hagan a un lado y dejen de molestar.

Rafael Cuevas Molina / Presidente AUNA-Costa Rica

En Guatemala, a los amigos del chanchullo también se les conoce como Pacto de Corruptos. Es decir, se trata de una alianza entre gente que ha hecho de la política un medio para estar en el lugar apropiado desde donde lucrar. Bien situados, estratégicamente colocados, hacen o acrecientan capitales a los que bien se les puede llamar botín. 
 
Un ejemplo significativo es el del ex jefe de Estado, general  Otto Pérez Molina. Otto Pérez creó una red mafiosa denominada La línea, que evadía impuestos con la excusa de que se los robaban los políticos corruptos, y por lo tanto, preferían robárselos ellos a cambio de darles una parte a funcionarios de gobierno. 
 
Pero el caso La línea tiene sus antecedentes: en los años setenta, otros dos generales crearon una red poderosa que sirvió para llevar a cabo operaciones de contrabando y otras actividades ilícitas, dando origen a dos grupos: el Sindicato y la Cofradía.
 
Asimismo, otra red de contrabando, la Moreno, controlaba en los años 90 el movimiento de contenedores, el valor de los productos importados y el tipo de mercancías que se movían. Tomaban control de los contenedores, los que luego eran devueltos al propietario después de pagar una suma de dinero (es decir, un secuestro en toda forma). Este dinero era repartido dentro de la estructura, que involucraba a la Policía Nacional, la Guardia de Hacienda, el Ministerio de Finanzas Públicas, el ejército y el Ministerio Público.
 
Son solo unos cuantos ejemplos.
 
Como cualquier bandido que se respete, los amigos del chanchullo tratan de evadir sus responsabilidades y hacen todo lo posible para tener la sartén por el mango de las instituciones que, si funcionaran correctamente, los metería en la cárcel como lo que son, viles delincuentes.
 
La red mafiosa que constituye los amigos del chanchullo también quiere hacer mutis por el foro y se consideran injustamente perseguidos porque se les pide cuentas de crímenes que cometieron durante los más de 36 años de enfrentamiento armado en el país. Empezando por firmitas como el general Efraín Ríos Montt, genocida que, sin inmutarse, oyó en el juicio que se le siguió en los tribunales de justicia los testimonios de decenas de sobrevivientes de las masacres que se cometieron en el país cuando gobernó con pasión mesiánica.
 
Son solo unos cuantos ejemplos relevantes, aunque aislados, del cúmulo de delitos y crímenes de esta clase gobernante que tiene en su haber un prontuario que no tiene nada que envidiarle al de esos mafiosos que son extraditados hacia el Norte. De hecho, varios de ellos lo han sido.
 
Así que nadie se extrañe que entren en pánico cuando un partido político que hace de la lucha contra la corrupción una de sus principales banderas tiene las opciones de llegar al gobierno.
 
Dado el hartazgo de la población con la corrupción, no hay partido que no levante esa lucha y se llene la boca proclamándola, pero ya sabemos que no es más que parafernalia que termina en agua de borrajas.
 
Este caso es distinto. El partido al que ponen trabas es uno nuevo, sin compromisos políticos ni vínculos con entes mafiosos, comandado por gente conocida por su honestidad, y que llevan como candidato presidencial al hijo de uno de los dos referentes de gobierno honesto que ha tenido el país en toda su historia.
 
Por eso es que están asustados y desbocados y apenas han empezado con sus chanchullos. Vendrán tiempos difíciles en los que van a hacer hasta lo imposible para evitar que el partido Semilla y Bernardo Arévalo lleguen a la presidencia. Hay que estar atentos, porque no vacilarán en tomar medidas que afiancen el autoritarismo y la arbitrariedad que están haciendo carrera en Centroamérica.

1 comentario:

Francisco Morales Santos dijo...

Los que éramos niños y alcanzamos beneficios de los gobiernos de Juan José Arévalo y Jacobo Arbenz, hemos sido testigos del desangramiento y la corrupción por parte de las mafias enquistadas en el poder y por lo mismo hacemos nuestro este clamor: ¡Guatemala nunca más!