sábado, 16 de diciembre de 2023

Argentina: Milei, al que no esté de acuerdo, garrote

 Las primeras medidas anunciadas por el nuevo gobierno de Javier Milei en Argentina son un verdadero batacazo contra la población, sobre todo para el espectro social que se encuentran en ese 40% de pobres que tiene que hacer malabarismos para sobrevivir diariamente.

Rafael Cuevas Molina / Presidente AUNA-Costa Rica

De golpe y porrazo los precios subieron de la noche a la mañana hasta un 25%, se devaluó el peso casi en un 100%, se recortaron obras públicas, se suprimieron subsidios al transporte y la energía y se elimninaron los contratos laborales de quienes habían sido nombrados este año en la administración pública. Eso, al segundo día de estar en la Casa Rosada, habrá que ver qué pasa con las medidas más draconianas anunciadas durante la campaña, como la dolarización de la economía.
 
A sabiendas que la gente no se puede quedar con los brazos cruzados ante esta situación, la ministra de Seguridad, la excandidata a la vicepresidencia por la “derecha tradicional” que fue derrotada en la primar vuelta de las elecciones, Patricia Bullrich, amenazó con represión indiscriminada, anunciando un tiempo de enfrentamientos callejeros justificados en los mismos argumentos que utiliza la derecha en todo el continente, es decir, el derecho a la libre circulación.
 
Una vez anunciadas estas primeras medidas, el Fondo Monetario Internacional mostró su beneplácito y apoyo. Consideró que el ajuste (esa palabrita que tanto le gusta al FMI) apuntaba en la dirección correcta al proponerse disminuir el déficit público.
 
Claro que es un ajuste cuyo peso no se reparte de la misma manera en los hombros de todos los argentinos. Como ya se sabe, con los préstamos que esta agencia internacional otorgó al país en el período de Mauricio Macri se hicieron enormes capitales que inmediatamente fueron sacados del país. Se trata del mayor endeudamiento jamás ocurrido por un solo país en la historia del FMI, que dejó la nación exhausta y ha obligado al Estado a esfuerzos inmensos durante el período presidencial del peronista Alberto Fernández que, en buena medida, son los causantes del inmenso deterioro económico y social que está sufriendo.
 
Ante este panorama, la población argentina se encontró nuevamente ante una situación similar a la vivida a inicios del siglo XXI, cuando la crisis a la que llevó el menemismo privatizador orilló a la sublevación popular y a la generalización de la consigna “que se vayan todos”, y que quedo emblematizada con la huida en helicóptero del presidente Fernando de la Rúa de la casa de gobierno.
 
Ahora la sublevación popular se expresó en la elección desesperada de un desaforado que se presenta como un out sider que dice oponerse a quienes llama “la casta”, lo que hace referencia a los políticos que gobernaron hasta ahora el país. No se trata, sin embargo, más que de otra propuesta  de shock neoliberal como ya han habido antes en nuestros países  latinoamericanos en los últimos 40 años, solo que en una versión más radical, colindante con posiciones neofascistas, alineada con grupos, partidos políticos y personajes de extrema derecha de América y Europa como Vox de España, Jair Bolsonaro de Brasil, Álvaro Uribe de Colombia, Víktor Orbán de Hungría o Donald Trump de Estados Unidos.
 
Estos grupos, partidos y personajes de extrema derecha han sabido recoger las angustias de un mundo en crisis ofreciendo salidas radicales como las que ha ofrecido Milei. Son salidas basadas en el nuevo sentido común neoliberal cimentado en estos 40 años, culminación y summum de las ideas individualistas del sálvese quien pueda propugnadas desde siempre por el capitalismo, que descree de los proyectos sociales solidarios e incluyentes y ofrece represión a quienes, desde la desesperación, protestan.

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