sábado, 16 de diciembre de 2023

Argentina: Patas cortas

 La mentira tiene patas cortas y como cortas, se agotan muy pronto. No obstante, como la inmensa mayoría ilusionada que votó al actual presidente argentino, el ciudadano, Javier Gerardo Milei, le ha dado crédito a todo lo dicho en su primer mensaje a espaldas del Congreso de la Nación, ignora la cortedad de su grandilocuente discurso.
 
Roberto Utrero Guerra / Especial para Con Nuestra América
Desde Mendoza, Argentina

Un presidente totalmente distinto de la persona exaltada que incitaba a la violencia con la motosierra en la mano, ahora controlado y sonriente volcó la violencia en palabras, no contra la casta, sino contra la pesada herencia del gobierno anterior, proponiendo desde el vamos recortes presupuestarios y aumentos sostenidos de precios y tarifas de servicios públicos que superarán varias veces los niveles recientes. Lo dijo sonriente, aplaudido y vitoreado por la Guardia del cielo, como si fuera el nuevo mesías elegido para sacar a flote a la Argentina. Sonriente, con cierta timidez por lo venturoso de su aventura que de los set de televisión lo instaló en tiempo récord en la primeramagistratura, una verdadera metamorfosis kafkiana, un Gregorio Samsa melenudo. 
 
A Max Brod, amigo de Franz Kafka, le debemos la fortuna de no haber destruido su obra y legarnos la literatura de este autor imprescindible para entender la modernidad. Por el contrario, al periodista Alejandro Fantino en su programa Animales sueltos, le cupo la desgracia de descubrir en 2016, al entonces anónimo economista histriónico de ojos azules que ahora está sentado en el sillón de Rivadavia por cuatro años. Ya no hay lugar para reclamos y Fantino, como Poncio Pilatos se lavó las manos y cedió a otros su hallazgo como si fueran los huevos de la serpiente. Título del maravilloso film de Ingmar Bergman que, curiosamente comienza el 23 de septiembre de 1923, en Berlín, cuando la República de Weimar llega a la cumbre de la hiperinflación y comienza la persecución a los judíos, comenzando el ascenso del fascismo. Cien años más tarde y del otro lado del charco, regresamos al futuro menos deseado.
 
El presidente Javier Gerardo Milei, sin inmutarse y fiel a la escuela austriaca que profesa, habló de una inflación del 15.000% dejada por la gestión anterior. El dato es una burrada, como otros tantos lanzados al espanto; como los datos de la pésima educación pública o, que el país estaba bañado en sangre, reclamando el combate al narcotráfico y al crimen organizado; momento en que sus seguidores vivaban ¡Policía! ¡Policía! Y desde nuevo, el consabido latiguillo: ¡No hay plata! ¡No hay plata!
 
Nada nuevo, en La doctrina del Shock. El auge del Capitalismo del Desastre, publicado en 2008, la periodista canadiense Naomi Klein postuló que las experiencias traumáticas colectivas, como los tsunamis o los efectos devastadores del huracán Katrina, han sido aprovechadas para instaurar el denominado “capitalismo del desastre”, una doctrina basada en los presupuestos políticos, económicos y sociales desarrollados por Milton Friedman, cuyo objetivo es desmantelar los restos del Estado de Bienestar y promover a nivel global el modelo de desarrollo neoliberal. 
 
Nada nuevo desde Celestino Rodrigo y Martínez de Hoz en adelante, quien desmanteló la industria nacional para dar paso a las pésimas importaciones chinas que aunque de pésima calidad, su precio irrisorio las justificaba, mientras el mundo financiero comenzaba a abarcarlo todo. Martínez de Hoz se jactaba que era lo mismo fabricar hierro que caramelos y desindustrializó al país. La feroz dictadura impuso un disciplinamiento social atroz con consecuencias conocidas y ahora negadas y puestas en discusión, pero que, de la mano de la ministra Bullrich, vuelve a reinstalar la represión con una novedad, debe ser costeada por los causantes. El costo de los operativos de las fuerzas policiales que desactiven las manifestaciones y piquetes, deberán pagarlo las organizaciones gremiales y sociales que lleven a cabo las manifestaciones, dando por tierra con la “doctrina garantista” vigente hasta ahora.
 
Nada nuevo, Ley de Orden social de 1910 y, como si fuera poco, si los manifestantes fueran extranjeros dar aviso a la Dirección de Migraciones, como la centenaria Ley de Residencia. ¿Será por eso que el presidente Milei recordó a Julio Argentino Roca?
 
Pero la gente de a pie, la que desconoce los términos de la macroeconomía y se pierde en la retórica académica de la que disfruta el nuevo mandatario, ve lo inmediato, lo que está al alcance de su mano y su bolsillo. Su razonamiento es llano y claro, como me comentaba el verdulero del barrio, un hombre joven tal vez votante libertario: desde la semana pasada no tengo clientes y si no vendo tendré que cerrar, porque no puedo bancar mucho tiempo. Fíjese – continuaba el hombre entusiasmado – la gente que más compra son los laburantes, la gente de abajo, los ricos del barrio de enfrente eligen con cuidado, piden precios y descuento y terminan llevándose dos o tres cositas. Los otros no, por eso me parece que ajustar los salarios no va a dar resultados y mire, que estamos a una semana de las Fiestas. 
 
Simple y claro, como mucha gente que entrevistan los medios en la calle, para saber cómo han recibido las primeras medidas del ministro Luis Toto Caputo, los que dicen que era necesario, pero que ya se empieza a sentir la dureza. Dureza que, en pocas horas a elevado el precio de los combustibles a nivel dólar, 50 por ciento más que la semana pasada. Todo acordado por los grandes proveedores de combustibles del país que han celebrado este 13 de diciembre, un nuevo aniversario del Día del Petróleo argentino. Cómo no van a celebrar si tiene carta blanca para aumentar precios, como ya lo han hecho las compañías de electricidad y gas que amenazan con multiplicar sus tarifas como en tiempos de Macri. Ajuste, ajuste y más ajuste, sobre todo eliminación de empleos públicos a la mitad y mínimo incremento a salarios y jubilaciones. 
 
Pero ahora ha aparecido un personaje muy particular, Manuel Adorni, vocero presidencial que transmite diariamente lo acordado en reuniones de Gabinete. Un economista cuarentón recibido en la Universidad de La Plata. Sus ojos extraviados que intentan borrar cualquier emoción, le permiten decir atrocidades sin siquiera moverle un pelo, característica que han llamado la atención de los medios, alineados o no. Impertérrito, puede decir lo que antes decía su jefe, con cara de nada. Respaldado en el voto ciudadano, promete utilizar los beneficios de los Decretos de Necesidad y Urgencia DNU para imponer la voluntad del nuevo gobierno que, como comenzó de espaldas del Congreso, la voluntad de los diputados y senadores que representan a todos los argentinos, quedará excluida. Situación que ya hemos visto prosperar en la región.
 
El gobierno libertario ya estatizó la deuda privada como hizo Domingo Cavallo en 1982, cuando era presidente del Banco Central. Nada nuevo. Conforme lo informado por el ministro Luis “Toto” Caputo, el Banco Central emitirá Bonos para la Reconstrucción de una Argentina Libre BOPREAL, por 30 mil millones de dólares para rescatar la deuda de las empresas importadoras, a los que podrán acceder en pesos los importadores de bienes y servicios, que se liquidarán en 2027. Hasta el nombre del bono es una humorada, Argentina Libre.
 
Tampoco se dinamitó el Banco Central de la República Argentina como predicaba el ciudadano Milei antes de transformarse en presidente, descubrió que seguía siendo una institución importante para bicletear deudas en esa Argentina libre, atada de pies y manos por su ministro Caputo.
 
De oxímoron en oxímoron, esta es la crónica de una muerte anunciada, no por la improvisación constante o la prueba y error de cada medida, sino porque esto ya ocurrió varias veces y los finales fueron cada vez más trágicos.
 
Podemos hablar de patas cortas por las mentiras expuestas por el presidente y sus funcionarios, como por el tiempo de gracia que se le otorga a cada gobierno entrante, cien días se agotarán en la medida que se agote la paciencia de los propios votantes que ya se muestran arrepentidos. En esa especulación de tiempos y reacciones tanto de las medidas aplicadas como las de reacción de los sectores más vulnerables, van a transcurrir estos primeros meses del verano austral donde la mayoría ya renunció a las vacaciones por la simple ecuación o comemos o salimos, algo atroz. Por eso debemos volver a un oxímoron repetido hasta el cansancio, tanto como lo que machaca el ministro Caputo que jamás sintió hambre ni se sentó a la mesa de los seis chicos de cada diez que son pobres en el país – dato que repite como loro –, país que produce alimento para diez veces su población y no puede darle por decreto el alimento a ese 50% de la población que ya es pobre. Si la semana pasada titulábamos La perversidad al poder, bien podríamos cambiarla por La hipocresía al poder.

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