El desarrollo de que en
verdad se trata hoy es el de nuestra especie a lo largo de los últimos cien mil
años en su doble y simultánea dimensión biológica y sociocultural. Los
problemas de ese desarrollo incluyen, por supuesto, aquellos que se derivan de
las condiciones creadas por ese proceso en el curso de los últimos cinco siglos
– y del XX al XXI en particular –, desde el extraordinario crecimiento de
nuestro número hasta la formación de una primera comunidad mundial de los
humanos.
Guillermo Castro Herrera /
Especial para Con Nuestra América
Desde
Ciudad Panamá
“Cuando de una concepción se pasa a
otra, el lenguaje precedente permanece, pero
se usa metafóricamente. Todo el lenguaje se ha convertido en una metáfora y la historia de la semántica es también un aspecto de la historia de
la cultura: el lenguaje es una cosa viva y
al mismo tiempo un museo de fósiles de una vida pasada”.
Antonio
Gramsci,
Cuadernos de la Cárcel, 2 (1930 – 1932), p. 150.
Ediciones
ERA, México, 1984.
Poco se dice del
desarrollo sostenible que vaya mucho más allá de la necesidad de encontrar
alguna solución duradera a los graves conflictos que hoy aquejan a las
relaciones de las sociedades humanas entre sí, y con su entorno natural. Y es
que, en efecto, el mayor de los desafíos que encara el desarrollo sostenible
sigue siendo el de encarar su imprecisión, útil quizás para transacciones
políticas de corto plazo, pero que dificulta en realidad la definición de
acuerdos puntuales sobre temas concretos.