La eventual influencia del gobierno guatemalteco en la elección
del próximo director de este centro académico genera polémica. “¿Acaso creen que Flacso es una dependencia
gubernamental y que por tanto es potestad del poder ejecutivo quitar y poner
titulares de dicha dependencia?”, dice el autor de este artículo.
Carlos Figueroa Ibarra / Especial para Con Nuestra América
Desde Puebla, México
El domingo 20 de mayo
de 2012 un rotativo publicó en su columna de rumores
políticos una noticia que ha cimbrado en
los últimos días diversos círculos
académicos de Guatemala (véase www.elperiodico.com.gt/es/20120520/domingo/212451/). Con el significativo
título de “Flacso cooptada” y solamente
con 62 palabras, dicha columna ha provocado una enorme inquietud y hasta
indignación. Esto es lo que yo he percibido a través de múltiples correos
electrónicos que desde entonces estoy recibiendo. Dice la referida columna: “La
Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (Flacso) estará de pésame. Según
informaciones provenientes de México, el gobierno de Otto Pérez Molina ha
decidido hacer valer su prerrogativa de nominar al nuevo director de la
entidad. Esto nunca había ocurrido en Guatemala. El Gobierno propone al
sociólogo Carlos Cáceres Ruiz, quien justamente vive en México, y desestima la
propuesta de la propia Facultad”.
Lo aseverado en dicha
columna me concierne por diversos motivos. He sido docente de Flacso-Guatemala
en su maestría y doctorado en ciencias sociales, he sido y soy asesor de
estudiantes de maestría y doctorado de Flacso tanto en Guatemala como en México
y, además, hoy tengo el honor de ser
Consejero a título personal del Consejo
Superior de Flacso. El Consejo Superior de Flacso está integrado por 7
representantes gubernamentales de distintos países suscriptores del convenio de
Flacso a nivel latinoamericano y 6 consejeros más que actúan a título
personal. El Consejo Superior es uno de los órganos de conducción de Flacso
a nivel latinoamericano, además de la Secretaría General, el Comité Directivo y
la Asamblea General. La noticia referida
me sorprendió en tanto que Consejero de
Flacso he recibido la agenda de la reunión del Consejo Superior y de la
Asamblea General. Allí se consigna como uno de los puntos la ratificación de la
elección del Dr. Oscar López Rivera como
nuevo Director de Flacso-Guatemala.
La agenda que he recibido de parte de la
Secretaría General para el caso de la elección del nuevo director de
Flacso-Guatemala, viene acompañada del Acta de su Consejo Académico del 1 de febrero de 2012 en
donde se consigna la propuesta, curriculum del Dr. López Rivera y su plan de
trabajo para los próximos cuatro años. Y algo muy importante: un oficio del
Ministerio de Relaciones Exteriores del 19 de marzo del año en curso en la que
el Vicecanciller Iván Espinoza expresa que la cancillería está cierta de que
“la elección del Dr. López Rivera fortalecerá su institucionalidad (de Flacso),
ampliará los aportes de la Sede Académica de FLACSO a la sociedad guatemalteca
y mejorará los vínculos académicos latinoamericanos en beneficio de la región”. Cabe agregar que el oficio de la Secretaría General de Flacso fechado en San
José, Costa Rica, el 19 de enero del presente año, pone como fecha límite para
presentar candidaturas el 19 de marzo de 2012. Así las cosas, la candidatura
del Dr. López Rivera cumple con todos los requisitos institucionales y de
temporalidad. No sería el caso de la candidatura que los rumores propalan.
Si fuera cierto lo que
hasta el momento de escribir estas líneas es solamente murmuración, la pregunta
obligada es si el gobierno actual o alguno de sus ministerios sindicados de
esta actitud golpista e intervencionista, saben cuál es la naturaleza de
Flacso. ¿Acaso creen que Flacso es una dependencia gubernamental y que por
tanto es potestad del poder ejecutivo quitar y poner titulares de dicha
dependencia? No es cierto lo que dice la columna referida de que es
prerrogativa del gobierno de turno nombrar
al Director de Flacso. A los directores de sedes los nombra la Asamblea
General a propuesta del Consejo Superior,
quien a su vez se hace eco de la propuesta hecha por el Consejo
Académico de la sede y del beneplácito del gobierno respectivo. Cabría recordar que el Acuerdo constitutivo
de Flacso signado también en San José, entre el 5 y 8 de junio de 1979, en su
artículo I sobre Naturaleza y Fines de
Flacso dice lo siguiente: “La Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales,
denominada en adelante FLACSO, es un organismo internacional de carácter regional
y autónomo, constituido por los países latinoamericanos y del Caribe, para
promover la enseñanza e investigación en el campo de las ciencias sociales.”
Lamento profundamente
que el nombre de mi muy cercano y querido amigo Carlos Cáceres Ruiz haya sido
asociado a este rumor que de ser cierto acentuaría la imagen intervencionista y
centralizadora del actual gobierno. No puede uno sino recordar las incidencias
para nombrar al nuevo Procurador de Derechos Humanos. Y le corresponde a mi amigo desmentir o
afirmar la veracidad del mismo. Al gobierno
de Pérez Molina le convendría también ser inequívoco en este asunto, porque si
fuera cierto todo lo que se dice, la cancillería quedaría exhibida como
chapucera en las sesiones del Comité
Directivo, Consejo Superior y Asamblea General que se celebrarán en pocos días
en la ciudad de Quito.
Allí estaré para
corroborar lo que aquí he escrito.
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