Andrés Mora Ramírez /
AUNA-Costa Rica
“El problema económico lo es, fundamentalmente, de
cultura…”
Omar Dengo
España: los bancos antes que la educación pública, la lógica neoliberal del gobierno de Mariano Rajoy. |
Europa, la vieja y civilizada Europa, cumple así
con el sacrifico que exigen los tecnócratas en el altar del dios Mercado,
como lo vivimos en América Latina desde hace más de 30 años, con el inicio de
la contrarreforma económica y social neoliberal. Las masivas protestas
ocurridas en España esta semana, en la huelga general convocada por el
sector de educación pública,dan prueba de la inocultable guerra social y
cultural que han desatado los devotos del dogmatismo fiscal y la austeridad, en
medio de la crisis capitalista contemporánea: allí vemos a las fuerzas bárbaras
del neoliberalismo, que intentan inclinar la balanza a su favor en las nuevas
condiciones en que se resuelve, en nuestro tiempo, el conflicto entre
civilización y barbarie.
El caso español ilustra bien las prioridades del mundo
al revés del capitalismo y, en particular, del gobierno neoliberal del
presidente Mariano Rajoy: mientras ordena un recorte del 21% del gasto público
en educación para el próximo curso lectivo, se informa que destinará “casi el triple del presupuesto para educación a
rescatar un solo banco español en riesgo de quiebra, Bankia (antes Caja
Madrid), que recibirá al final del proceso de “salvamento” más de 15 mil
millones de euros” (La Jornada,
23-05-2012).
Esta irracionalidad y desproporción de los planes de
austeridad y ajuste financiero en España fue cuestionada por el Comité sobre
los Derechos Económicos, Sociales y Culturales de la ONU, instancia que emitió una
resolución en la que denuncia que las medidas aplicadas por el gobierno de
Rajoy ponen en peligro “la protección y promoción de la capacidad creativa e investigativa del
Estado”español, y perjudican “el disfrute de los derechos de personas y grupos desfavorecidos y
marginados, especialmente los pobres, las mujeres, los niños, las personas con
discapacidad, los adultos y los jóvenes desempleados, las personas mayores, los
gitanos, los migrantes y los solicitantes de asilo” (La Jornada,
22-05-2012).
No hay futuro bajo la sombra del neoliberalismo. Por
eso, una vez más lo decimos: los pueblos europeos y de todo el mundo, así como
lo que quede de sus dirigencias políticas más lúcidas, deberían mirar, con
gesto fraterno y apertura intelectual, las experiencias y trayectorias
latinoamericanas de la última década. Y en el caso específico de la
educación, junto a las políticas desplegadas por los gobiernos progresistas,
conviene que analicen el ejemplo de los jóvenes y la sociedad chilena en su
lucha por la gratuidad y la universalización del acceso a la educación pública
de calidad.
Por supuesto, esta es también una invitación a romper
con prejuicios fuertemente arraigados –como el eurocentrismo- y aprender, con
humildad, de los otros, esos a los que por mucho tiempo se miró por
debajo del hombro: no para copiar ni imitar lo que aquí, en nuestra América, a
fuerza de resistencias muy prolongadas y factores político-culturales propios,
ha sido creación original y heroica; sino para que redescubran, en sus propios
contextos, que la historia no está escrita; que nadie ha puesto el punto final
en el devenir de la humanidad; que los barrotes del pensamiento único
neoliberal no pueden enjaular las justas aspiraciones sociales de bienestar y
solidaridad; y que, en definitiva, como proponía la Segunda
Declaración de La Habana (1962), la historia, siempre, la hacen los pueblos: los explotados,
los pobres, los vilipendiados, “los mayoritarios en todos los
aspectos, los que acumulan con su trabajo las riquezas, crean los valores,
hacen andar las ruedas de la historia, y que ahora despiertan del largo sueño
embrutecedor a que los sometieron”.
NOTA
[1]Gamboa, Emma (1971). Omar Dengo. San José, CR:
Ministerio de Cultura, Juventud y Deportes. P. 173
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