Acontecimientos políticos alrededor del mundo en los últimos años han
puesto en cuestión la solidez de la democracia. Los autoritarismos han ganado
adhesión de la ciudadanía en varios países, incluyendo a democracias
occidentales como Estados Unidos, Italia, Alemania, Suecia, Brasil, entre
otras.
Manuel Barrera Romero / Especial para
Con Nuestra América
Desde
Santiago de Chile
Ciertos excesos
como la corrupción, la inseguridad provenientes de la delincuencia, la
inmigración indiscriminada, la extrema desigualdad, la marginación de grandes
poblaciones producto de la globalización, son algunos de ellos.
En algunas
experiencias, como la de Brasil, la combinación de inseguridad y corrupción ha
sido el trampolín perfecto para el triunfo de un exmilitar apoyado por una gran
cantidad de electores y rodeado de militares para gobernar. En Alemania, Suecia
y Francia el exceso de migrantes han fortalecido al extremismo de derecha. En
Italia también se han combinado corrupción, rechazo a la inmigración para
desplazar el tradicional “stablisment” político del gobierno, por parte de
tendencias populistas de derecha.
El caso de México
es paradigmático. Una elevada corrupción en todas las esferas estatales y
privadas combinada con poderosos carteles de la droga que asesinaban a diestra
y siniestra en la impunidad ha dado origen a un gobierno populista y mesiánico
de izquierda que plantea la inauguración de un nuevo régimen político,
económico, social y cultural en el país. Una apuesta riesgosa por lo
difícil de concretar. Tiene a su favor su elección democrática por una
gran mayoría de los electores, que considera que esta sea la última posibilidad
de eliminar esos flagelos en democracia.
De modo que la
democracia hay que cuidarla, no soporta determinados excesos. Hacia el futuro
el riesgo mayor proviene de un capitalismo que genera grandes desigualdades
económicas y sociales. Por el lado del desarrollo tecnológico también aparece
el peligro de que un importante porcentaje de la población caiga en la
irrelevancia laboral.
¿Qué sigue para adelante?
a.- ¿Estaremos en presencia de la consolidación de un "nuevo
desorden internacional"?; ¿Se
encaminan los nacionalismos al aislamiento (el Brexit, el proteccionismo
de Estados Unidos, el independentismo catalán y otros) opuesto a la cooperación, el intercambio y la
globalización)?
b.-La crisis financiera del 2008/9 que aún repercute en la economía
de muchos países, especialmente en
Europa y Norteamérica. La crisis de los inmigrantes. Las guerras que desangran a varios países. El
terrorismo internacional.
El surgimiento de los populismos de derecha e izquierda. El lado obscuro de la globalización. El
surgimiento de China como potencia económica y política. El autoritarismo y armamentismo ruso.
La amenaza de todos estos procesos, con la incertidumbre que
suponen, han liquidado la teoría optimista, surgida después de la caída de la Unión Soviética, de un
mundo ordenado por la democracia representativa
y la economía de mercado. A todo lo cual se suma el cambio climático con los desastres naturales.
La idea de un statu quo de duración indefinida apoyado en aquellas
supuestas sólidas columnas, ha quedado
descartada. La política de Trump ha hecho patente la incertidumbre y el desconcierto de la
situación actual. Es por todo ello que se asiste a un deterioro de la democracia, como lo demuestran los bajos
porcentajes de participación electoral.
Un riesgo es que la democracia se convierta en mediocracia y otro mayor es que de paso a autoritarismos,
como los que ya lo hemos conocido.
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