sábado, 20 de septiembre de 2025

El gobierno de Estados Unidos se fascistiza

 El gobierno encabezado por Donald Trump ha aprovechado el asesinato del propagandista de extrema derecha Charlie Kirk para desatar una verdadera cacería contra todo aquel que difiera de lo que considera que es el pensamiento políticamente correcto. 

Rafael Cuevas Molina / Presidente AUNA-Costa Rica 

Para él, el enemigo es la que llaman “izquierda radical”. La administración Trump y sus aliados en el Congreso y en todo el país, han impulsado una narrativa coordinada que amenaza con una persecución feroz contra una amplia pero aún no identificada gama de fuerzas de izquierda, desatando una verdadera guerra.
 
Trump comentó este martes que “la izquierda radical ha hecho tremendo daño al país, pero lo estamos arreglando”, y un día antes acusó: “tenemos a unos grupos bastante radicales y se han salido con la suya en el asesinato”.
 
Por su parte, el asesor presidencial Stephen Miller, dijo el pasado lunes respecto a esta “izquierda radical” que “Es un vasto movimiento de terror doméstico”, contra el cual “vamos a usar todos los recursos que tenemos en el Departamento de Justicia, de Seguridad interna y a través de estos organismos del gobierno vamos a identificar, irrumpir, desmantelar y destruir estas redes y hacer segura otra vez a América… Lo haremos a nombre de Charlie”.
Una vocera de la Casa Blanca, Abigail Jackson, acusó que las organizaciones de izquierda han “nutrido disturbios violentos, organizado ataques contra oficiales de seguridad pública”, y hasta coordinan lugares para almacenar armas y otros instrumentos para uso en disturbios, y aseguró que “el gobierno de Trump llegará al fondo de esta vasta red que incita a la violencia en comunidades estadunidenses”.
 
Este miércoles, el Departamento de Seguridad Interna emitió un llamado a los medios, a “grupos izquierdosos, y a políticos de santuarios de inmigrantes a poner fin a su demonización” de los agentes federales de esa secretaría, la cual incluye a la agencia de control de inmigración (ICE). Pero el comunicado fue más lejos, acusando a los medios y la “izquierda extrema” de promover “la retórica odiosa dirigida contra el presidente Trump y aquellos que lo apoyan”.
 
Es evidente el uso de este asesinato para actuar contra la izquierda, lo que genera alarma de que se trate de un retorno a otros momentos de la historia de Estados Unidos, en los que se usó el espionaje y las acciones represivas del FBI y otras agencias contra agrupaciones del movimiento de derechos civiles, como el que se erigió contra la guerra de Vietnam en los años 60, o el macartismo de los cincuenta.
 
Por cierto, ya hay algunos ejemplos de cómo funciona este tipo de intimidación en algunos circuitos académicos y en los medios. La Universidad de California en Berkeley –que era un bastión progresista– compartió 160 nombres de profesores (entre ellos la internacionalmente reconocida Judith Butler) y estudiantes con el gobierno de Trump como parte de una supuesta investigación de “incidentes antisemitas” relacionados con las protestas contra el genocidio de Israel en Gaza, y cuatro profesores de Brooklyn College, parte de la Universidad de la Ciudad de Nueva York, fueron despedidos por participar en esas protestas.
 
Toda esta alharaca contra la “izquierda radical “se hace a pesar de que, en una investigación de 2024, el propio Departamento de Justicia concluyó que la gran mayoría de los ataques violentos domésticos son perpetrados por ultraderechistas; sin embargo, ese informe ha sido removido del sitio oficial en estos días. El mismo asesinato de Kirk fue perpetrado por Tyler Robinson, de 22 años, un anglosajón estadunidense de familia republicana, y hasta ahora, los fiscales no han ofrecido ninguna evidencia de que Robinson tenga vínculos con alguna red o actúe con otros. Cuando fue arrestado, el gobernador republicano de Utah, Spencer Cox, se lamentó: “es uno de nosotros” –o sea, aparentemente desilusionado de que no era migrante, activista de izquierda ni de una minoría racial. 
 
En Estados Unidos están viviendo un verdadero proceso de fascistización que tiene expresiones al interior del país, como las que hemos descrito aquí, pero también en el exterior. La actitud de gendarme matón y arbitrario que exhibe en el Caribe frente a las costas de Venezuela es otra de sus expresiones. 
 
El mundo atraviesa por un momento histórico sumamente peligroso. El lento proceso de recomposición del orden mundial eleva la agresividad de la potencia dominante que, con el enorme potencial bélico que posee, amenaza con querer resolver su paulatina pérdida de hegemonía por la vía violenta. 
 
Donald Trump y la camarilla fascistoide que lo acompaña, representan la respuesta más radical de la derecha norteamericana a esta situación. El problema central aquí es que, en su huida hacia adelante, pueden llevarse a toda la humanidad entre las patas. A estas alturas de la historia, con el potencial destructivo que poseen, lo que nos estamos jugando es la supervivencia de la especie.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Siemprebhan side fascistas