Los hechos ocurridos en Ucrania y
Crimea, conducirán a que Rusia redoble su decisión y voluntad de apoyar al
gobierno sirio. El factor energético que involucra a Irán y a Siria, hace
patente que el asedio internacional contra estos países busca que Occidente
establezca mecanismos alternativos al abastecimiento ruso de gas a Europa.
Sergio Rodríguez Gelfenstein / Especial para Con Nuestra
América
Desde Caracas,
Venezuela
Durante los primeros meses de este año, la agenda
política internacional ha estado copada en gran medida por los acontecimientos
ocurridos en Ucrania y Crimea, dada su importancia en el trazado de una
situación que significa un punto de inflexión en las relaciones internacionales
que no habían pasado por un hecho tan determinante desde las acciones
terroristas en Estados Unidos en septiembre de 2001.
Sin embargo, en Siria el conflicto sigue
desarrollándose en una dirección que las potencias occidentales no pudieron
prever y al cumplirse, durante el mes de marzo pasado, tres años del inicio de
los enfrentamientos, la oposición, con el apoyo de Estados Unidos y Europa no
ha podido lograr el objetivo supremo que se trazó cual era el derrocamiento del
gobierno de Bashar al Assad.
Al contrario, el ejército sirio,
con el apoyo de Hezbollah, ha logrado recuperar importantes zonas que hasta
hace pocas semanas o meses dominaban las
fuerzas mercenarias y la oposición armada. En el marco de los cambios
estratégicos en la zona de operaciones llevadas a cabo por las fuerzas
militares gubernamentales, se ha producido la liberación de la ciudad de
Yabrud, principal bastión de la oposición militar al norte de la capital muy
cercana a las fronteras libanesas, la que hoy se encuentra en manos del
ejército sirio como paso previo a la liberación definitiva de la franja
fronteriza con Líbano. En ese marco, el
pasado lunes 14, fuentes militares informaron que unidades de las
fuerzas armadas restauraron la seguridad y estabilidad en el poblado de
Maloula, La misma fuente agregó que además, tropas del ejército restablecieron
el control sobre el poblado de Sarkha ubicado en la región de Qalamoun. De
igual modo, asumieron el mandato en las montañas que rodean el poblado, e
impusieron su presencia en la montaña de Tshalma y zonas circundantes a ella
que se avecinan a la ciudad de Kasab. Todós estos poblados están ubicados en la
zona rural de Damasco.
Estas acciones responden a la decisión del
gobierno de recuperar en su totalidad las principales ciudades del país antes de
las próximas elecciones presidenciales que se deben realizar a mediados de año.
Una postergación del proceso comicial no es por ahora una opción en la que los
dirigentes sirios hayan pensado, a pesar del conflicto.
Por otra parte, las fuerzas
militares de oposición siria, así como el apoyo regional y el de las
principales potencias occidentales se ha comenzado a debilitar, por lo que
nuevamente recurren a patrañas que no han podido demostrar respecto del uso de
armas químicas por parte del gobierno. En este ámbito, sigue extendiéndose en
el bloque occidental la preocupación por el futuro de Israel ante el fortalecimiento
de las fuerzas árabes y musulmanas que lideradas por Irán parecieran haber
superado lo más difícil de la coyuntura tanto en el país persa como en la
propia Siria.
A fin de debilitar la alianza anti
sionista, Israel realizó incursiones armadas al este del Líbano e incrementa
sus acciones terroristas contra Gaza, pero cada vez más reciben respuestas de
las fuerzas militares de la resistencia.
Analistas especializados en el
Medio oriente, opinan que el gobierno sirio, mantiene su autoridad sobre
alrededor de un 55% del territorio del país en el que se encuentran las
principales ciudades, mientras que el 45 % restante controlado por la oposición
está conformado en su mayoría por zonas desérticas, de poca concentración
poblacional y escasa infraestructura. Sin embargo, estas áreas tienen relevante
importancia por encontrarse en ellas la principal zona de producción petrolera
del país que se encuentra virtualmente paralizada por las acciones de guerra,
en particular el fuego de la aviación y la artillería gubernamental.
Desde el punto de vista económico,
el bloqueo comercial, financiero y energético de Occidente y las monarquías árabes desde hace
3 años ha deteriorado notablemente el poder adquisitivo de la población. La
inflación en 2013 llegó al 117%. Así mismo, la escasez de productos se ha hecho
cotidiana, a la par de la especulación y el acaparamiento sobre todo en las
zonas controladas por la oposición donde la hambruna y la desnutrición han
alcanzado niveles alarmantes. La guerra
ha tenido un costo de 34 mil millones de dólares para las reducidas arcas del
país según la revista The Economist.
Este contexto permite entender las
razones por las que el ejército sirio se ha propuesto continuar desarrollando
ininterrumpidamente la ofensiva contra
los bastiones que conserva la oposición. Sin embargo, el ritmo y la
intensidad de la misma estará determinado por consideraciones de carácter
más político que militar a partir de las posibilidades de control
permanente de los territorios recuperados. A su vez, las últimas acciones
exitosas han elevado la moral y auto estima de los soldados del ejército
gubernamental lo cual ha devenido en el éxito en las operaciones sobre el
terreno.
Por el contrario, la oposición
está permeada por la confrontación interna
que impide una coordinación operativa de sus acciones. Esto ha
conllevado a una caída del apoyo popular a las fuerzas militares opositoras,
Así mismo, la merma en el apoyo internacional recibido hasta ahora, debido a su
incapacidad para lograr el derrocamiento del presidente sirio y la preocupación
de Estados Unidos y sus aliados por el inevitable soporte que están dando a
fuerzas terroristas como Al Qaeda y Al Nusra inciden negativamente en la
posibilidad de consolidar un frente
unido de la oposición.
En otro ámbito, el análisis no
puede obviar el cambio de gobierno en Egipto y sus repercusiones en Siria, toda
vez que tal hecho, produjo una fragmentación de
la coalición árabe anti siria. Mientras Catar y Turquía apuntalan a los
Hermanos musulmanes deplorando el derrocamiento del ex presidente Mursi, Arabia
Saudita, Bahréin y los Emiratos Árabes Unidos han aplaudido tal hecho. Esta
situación ha llevado a un nivel tal de confrontación que sauditas y cataríes
retiraron sus respectivos embajadores. Así mismo, esto ha significado un
deterioro en los mecanismos habituales de ingresos de armas a través de Turquía
para la Coalición Nacional Opositora Siria que se ha visto debilitada política
y diplomáticamente.
En el plano internacional, vale
resaltar que los hechos ocurridos en Ucrania y Crimea, conducirán a que Rusia
redoble su decisión y voluntad de apoyar al gobierno sirio. Por una parte, el
factor energético que involucra a Irán y a Siria, hace patente que el asedio
internacional contra estos países busca que Occidente establezca mecanismos
alternativos al abastecimiento ruso de gas a Europa y por otro, el apoyo de
Turquía como miembro de la OTAN a las fuerzas opositoras sirias y su aceptación
de la intervención estadounidense y europea en Ucrania han generado tensión en
sus relaciones con Rusia. Todo esto augura un mayor involucramiento diplomático
de Moscú a favor de Damasco y un mayor sustento logístico a sus fuerzas
militares.
En el futuro inmediato, se augura
una profundización de las acciones de las fuerzas militares gubernamentales
para seguir liberando territorios del control de la alianza de la oposición armada y los grupos
terroristas. El objetivo es preparar las condiciones para la ofensiva final que
recobre todo el espacio geográfico del país.
Esto creará condiciones para la realización de las elecciones presidenciales a las cuales la oposición llegará muy disminuida después de los grandes golpes recibidos, lo cual presagia un nuevo triunfo electoral del presidente Al Assad, derrumbando el objetivo imperial de terminar con su gobierno a fin de asestar un golpe de grandes dimensiones a Irán, verdadero objetivo imperial en la región.
Esto creará condiciones para la realización de las elecciones presidenciales a las cuales la oposición llegará muy disminuida después de los grandes golpes recibidos, lo cual presagia un nuevo triunfo electoral del presidente Al Assad, derrumbando el objetivo imperial de terminar con su gobierno a fin de asestar un golpe de grandes dimensiones a Irán, verdadero objetivo imperial en la región.
No hay comentarios:
Publicar un comentario