Por estos días es fácil
darse cuenta de que ni las peores previsiones parecen capaces de prever la
infinita capacidad de desastre de este gobierno.
Eric Nepomuceno / Página12
Por estos días el
gobierno encabezado por Michel Temer publicó en los grandes medios de
comunicación avisos de página entera trazando loas a sus conquistas e indicando
que 2017 será el año de la remontada. Pues por estos días el Fondo Monetario
Internacional, el FMI, que puede ser acusado de cualquier cosa excepto de
cercanía con el PT de Lula da Silva, lanzó sus nuevas proyecciones para la
economía global en este nuevo año. Y Brasil aparece en lugar de destaque: si
todo va bien, si no hay sorpresas, el PIB crecerá un escuálido 0,2 por ciento.
De los países que integran el G-20, que reúne las mayores economías del mundo,
Brasil será el que menos crezca, si es que crece. Nadie en el gobierno comentó
la proyección del sacrosanto FMI, capilla mayor para los rituales neoliberales
retomados por los que usurparon el poder.
Por estos días el
gobierno de Temer, surgido a raíz del golpe institucional que destituyó a la
presidenta Dilma Rousseff, aseguró que ya en el primer trimestre, a lo sumo en
el segundo, habrá creación de nuevas plazas de trabajo, recuperando parte de
los millones de empleos perdidos en los últimos diez o doce meses. Pues por
estos días la Organización Internacional del Trabajo, que puede ser clasificada
de todo, menos de extremista, difundió sus previsiones para el desempleo en el
mundo. Una vez más, Brasil aparece en lugar de destaque: este año, de cada tres
trabajadores que alrededor del planeta perderán sus empleos, uno será
brasileño. Millones serán.
Por estos días el
gobierno brasileño aseguró que ya se notan signos claros de recuperación en el
sector industrial. Pues por estos días un órgano vinculado con ese mismo
gobierno comprobó que desde que Temer usurpó la presidencia, el consumo de
bienes industriales se desplomó 10 por ciento en el país.
Por estos días el
gobierno se vanaglorió por haber logrado reducir drásticamente la inflación, lo
que es verdad. Pues por estos días se olvidó de mencionar que la inflación de
desplomó porque también el consumo se derrumbó de manera tenebrosa, llevando al
cierre miles de comercios y pequeñas y medianas empresas a lo largo y a lo
ancho del mapa.
Por estos días Michel
Temer, con sus pronunciamientos y discursos siempre llenos de palabras sonoras
y absolutamente vacías de contenido, sigue dando muestras de sus dones de
acróbata soberano para esquivar la balacera de denuncias que alcanzan a los
operadores del golpe que lo instaló en el poder. Pues por estos días surgieron
nuevas y consistentes denuncias contra algunos de los más fuertes integrantes
del círculo de sus más íntimos. Y ya se sabe, por estos días, que muchas más
vendrán. Lo que no se sabe es cuántos de los que lo defienden sobrevivirán en
el Congreso y en el gobierno.
Por estos días, frente a
ese cuadro absolutamente desolador, sin embargo, surgen declaraciones de
integrantes de la pandilla que se apoderó del poder y que sí, merecen crédito.
Vale mencionar al menos un ejemplo: el patético ministro de Justicia, Alexandre
de Moraes, aseguró que la situación en las cárceles brasileñas estaba bajo
control. Pues por estos días quedó claro que él dijo la verdad: una sucesión de
matanzas y rebeliones dejaron al menos 130 muertos en catorce días, la mayoría
de ellos degollados, mutilados y algunos, quemados vivos. La situación sí, está
bajo control, pero de los dos mayores cárteles de narcotraficantes actuantes en
el país, y que sobornan y corrompen a toda clase de funcionarios y magistrados
corruptibles y sobornables, frente a la impotencia tenebrosa del Estado.
Por estos días, en fin,
se supo que la decorativa primera dama, Marcela Temer, una ex señorita de una
ciudad del interior de San Pablo, sólo habla a la prensa con expresa
autorización del señor su esposo. Le toca a él, como corresponde, leer las
respuestas que la asesoría de la dama en cuestión prepara para que ella
conteste, por escrito desde luego, lo que le preguntan los periodistas.
Contestar en vivo, ni pensar…
Por estos días es fácil
darse cuenta de que ni las peores previsiones parecen capaces de prever la
infinita capacidad de desastre de este gobierno.
Por estos días resulta
duro saber que faltan muchos otros más para que llegue diciembre.
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