En el marco legal,
político e institucional que se acaba de crear en Venezuela con motivo del
categórico pronunciamiento nacional a favor de la paz y en contra de la
violencia, resulta inamisible el dualismo. O se actúa en el terreno de la
violencia o se actúa en el terreno de la paz.
José Vicente Rangel / Cubadebate
1) Solo aquellos que se empeñan en rechazar la realidad,
niegan la exitosa respuesta de los ciudadanos a la propuesta del presidente
Nicolás Maduro –basada en lo dispuesto por la Constitución Bolivariana del 99–,
respecto a la opción de una Asamblea Nacional Constituyente. Se empecinan en
desconocer que, mayoritariamente, el país le dio su respaldo en comicios
impecables como los del 30 de julio y que cometieron el gravísimo error
político de no participar en ese evento cívico.
2) Si como sucedió con posterioridad, la mayoría de partidos
de la MUD adoptó la decisión de participar en el proceso electoral para escoger
gobernadores de Estado, ¿no era acaso más beneficioso y coherente para el país
y para la oposición participar en el proceso de elegir a los miembros de la
Asamblea Nacional Constituyente? ¿No habría resuelto la MUD los problemas que
ahora se le plantean, y estaría en mejores condiciones para desenvolverse en el
nuevo escenario? Conste que no pretendo dar lecciones políticas a gente
veterana sino, simplemente, hacer una reflexión con la finalidad de aclarar el
panorama.
3) Actuar en la legalidad requiere coherencia. No es
recomendable manejarse en el marco de la ambigüedad, eludiendo la realidad y
buscando fórmulas para engañar al adversario. Esto lo escribo a conciencia, y
guarda relación con lo que ocurre en la actualidad con la actitud de los dirigentes
de oposición que mantiene en ascuas a sus seguidores en la calle. ¿Cómo
explicarle a esta gente que lo que no se hizo, en circunstancias más favorables
que las actuales, ante la elección constituyente, es decir, participar, se haga
ahora en un contexto más complicado?
4) Pero hay, de por medio, otro elemento de duda que afecta
la credibilidad de la oposición. Tanto por lo que paladinamente declaran
algunos de sus voceros como por lo que se deduce de sus pasadas y recientes
actuaciones. Me refiero a la advertencia que esos voceros deslizan,
constantemente, sobre una combinación de las vías: la pacífica y democrática, y
la que se expresa cuando exaltan la violencia para presionar al gobierno
constitucional. En otras palabras, continuar trabajando como lo hicieron por
más de cien días con el cuento del “derecho a manifestar pacíficamente”, por un
lado, y, por el otro, el empleo de las formas más aberrantes de terrorismo.
5) Son constantes las expresiones en el campo opositor de que
hay que impedir que la calle se enfríe. Pero ya el país está plenamente
consciente –debido a la dura experiencia vivida durante la última actividad
terrorista–, lo que eso significa. Por eso el pueblo participó activamente en
los comicios del 30-J, y más de ocho millones de compatriotas rechazaron la
violencia y dijeron sí a la paz. Sería ir contra ese mandato popular aceptar la
tesis de la doble vía; consistente en actuar, simultáneamente, en el ámbito de
la legalidad, Y, al mismo tiempo, usar la violencia.
En el marco legal,
político e institucional que se acaba de crear en Venezuela con motivo del
categórico pronunciamiento nacional a favor de la paz y en contra de la
violencia, resulta inamisible el dualismo. O se actúa en el terreno de la
violencia o se actúa en el terreno de la paz. Quienes pretendan quebrantar este
principio básico de la democracia, del Estado de derecho, serán sancionados
como lo pauta la Constitución y leyes de la República, y quienes se acojan a lo
que prevé el ordenamiento jurídico de la nación disfrutarán de todas las
garantías que este consagra. Por algo los venezolanos comenzamos a disfrutar
del nuevo clima que se ha creado con motivo del veredicto popular del 30-J. De
los efectos renovadores del proceso constituyente.
Laberinto
La torpeza se instaló
en la Casa Blanca. El presidente Donald Trump, cada día se parece más a un
elefante en una cristalería. En el poco tiempo que tiene en el cargo se ha
abierto frentes peligrosos en política exterior, política interna y en lo
financiero y económico. Se exhibe ante el mundo como un matón de barrio. Cae
con facilidad en las provocaciones cotidianas del gobernante norcoreano que
siempre lo saca de quicio. Endurece las relaciones con Rusia y China, y, al
mismo tiempo, recula con una ligereza impropia del presidente de la mayor
potencia mundial…
Es sorprendente la
banalización por Trump del poder. Respecto a Venezuela, con su inefable
actitud, le ha hecho un favor a Maduro. Logró que cambiara, al menos
públicamente, la actitud de mandatarios cipayos de la región –Colombia, Chile,
Argentina, Brasil, Perú, México–, los cuales pasaron, de alentar la injerencia
en los asuntos internos de Venezuela, incluso la intervención militar, a
condenar cualquier intento en esa dirección, después que hablara Trump. También
dejó en la estacada a la oposición interna. La puso a parir una declaración a
lo Cantinflas, en la que se rechaza la intervención militar que apoyaba por un
rechazo sinuoso y ambiguo, revelador de los nexos crematísticos que mueven a
esa relación…
Pero al personaje no
hay que subestimarlo. Cuenta con demasiado poder y representa una alianza de
los intereses más turbios de EEUU. Es el hombre del sector financiero más
agresivo y voraz, y el líder de los halcones de las Fuerzas Armadas y los
organismos de inteligencia y seguridad. Con la misma facilidad con que monta un
negocio de ropa para él –o para su hija– en cualquier lugar del mundo, es capaz
de invadir naciones o apelar a prácticas comerciales inmorales para a afectar
su seguridad económica. El destino del mundo, en manos de este personaje que
brota del vientre podrido del imperio, es inseguro e impredecible…
Venezuela está en la
mira. No nos equivoquemos. Pero aceptemos el desafío con inteligencia, con
audacia creadora y con coraje. Como siempre lo hemos sabido hacer los
venezolanos en momentos difíciles, cuando somos retados…
El acto de guerra
consumado contra el Fuerte Paramacay (Carabobo), sede de la poderosa 41 Brigada
Blindada, revela la existencia de planes audaces para golpear a la institución
armada, así como la determinación de los factores insurreccionales de avanzar
en la aventura golpista hasta las últimas consecuencias…
En la madrugada del
domingo 13 de los corrientes, un grupo integrado por mercenarios,
paramilitares, oficiales retirados y activos de la Fanb ingresó a la unidad
militar y logró apoderarse de un centenar de fusiles y otras armas…
Desde luego, quienes
planearon y ejecutaron la operación subestimaron la capacidad de repuesta del
personal de tropa y oficiales leales a la Constitución. Esa reacción, que
frustró otros aspectos sombríos del plan, confirma que el golpismo no tiene
futuro y que aquellos que actúan en esa línea deben reflexionar sobre los
efectos que acarrea…
La propia institución
castrense tiene la respuesta, y todo indica su disposición a repeler cualquier
agresión y a sancionar a los culpables con todo el rigor de la justicia
militar. El Alto Mando está consciente de su responsabilidad, unido en torno a
la legalidad y defensa de la soberanía nacional, como se desprende del mensaje
de sus voceros…
Hasta ahora, en esta
aventura, aparecen comprometidos dirigentes políticos locales, pero las
investigaciones revelan nombres de personajes destacados de la política.
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