sábado, 16 de julio de 2022

Volviendo a casa

 Como el hijo pródigo, Evo Morales volvió nuevamente a Argentina, lo que para él es como volver a casa. Recordemos que estuvo asilado en Buenos Aires desde diciembre de 2019 hasta noviembre de 2020, luego del golpe de Estado realizado en su país. 

Roberto Utrero Guerra / Especial para Con Nuestra América
Desde Mendoza, Argentina

Lo hace justamente en estos días, cuando el ex asesor de Seguridad de la Casa Blanca, John Bolton confesó haber ayudado a planear golpes de estado en diferentes países, entre los que se descuentan los realizados en la región recientemente.

 

Recordemos también la participación de Alberto Fernández, entonces electo presidente como también del mandatario mexicano Manuel Andrés López Obrador y Mario Abdo de Paraguay, para ayudar a salir a Evo con vida en aquel oscuro momento. 

 

Momento más que oscuro, en que el gobierno argentino se debatía entre si el hecho era un golpe de estado o no, pateándose la pelota entre el presidente Macri y el canciller Jorge Fauri, quien se excusaba diciendo que el caso ya estaba solucionado.

 

Más allá de aquel mal trago, la presencia de Evo en el país siempre es motivo de alegría porque su presencia refuerza la esperanza de volver al proyecto de la Patria Grande como fue después de la Cumbre de Mar del Plata en 2005, donde el comandante Hugo Chávez mandó el ALCA al carajo. 

 

A partir de entonces los presidentes Néstor Kirchner, Inácio Lula da Silva, Fernando Lugo, Rafael Correa y Chávez trabajaron intensamente en torno de la Unasur.

 

Entrañable como siempre y con el cariño que tiene por nuestro país, en el que asistió a la escuela en Calilegua, Jujuy siendo niño, repartió su tiempo en charlas y entrevistas, en las que puso de manifiesto sus actuales responsabilidades.

 

En ese sentido, “se enorgullece del proceso de cambio que lideró durante 14 años y que hoy continúa Luis Lucho Arce, su ex ministro de Economía. Por lo que expone que por ahora sólo piensa en dirigir el Movimiento al Socialismo MAS, al que define como una gran familia.

Estuvo con el presidente Alberto Fernández y en dos presentaciones, en el Instituto Patria y en la sede del Partido Justicialista, en el Día de la Confraternidad Argentino Boliviana en homenaje al nacimiento de Juana Azurduy, además de dar una charla en la Universidad Nacional de Rosario.

 

Evo insiste cada vez que puede, que estar aquí es como volver a casa, tiene tantos recuerdos y cariño del pueblo argentino, desde que estaba comenzando como dirigente cocalero allá por los años 1994 y 1995. 

 

De allí que califique que sus viajes son siempre un encuentro entre amigos, hermanos y compañeros. 

 

De allí también que para nosotros su presencia es una bocanada de aire fresco, un recordatorio de que no estamos solos en este proyecto colectivo, que juntos podemos crecer, dado que la región tiene muchos recursos en este momento tan particular del mundo.

 

Evo tiene muy claro el rol del progresismo en este momento: “Los legados de Kirchner, Chávez y Fidel van cumpliéndose en América Latina y el Caribe. Cuando buscábamos la integración de Sudamérica con Celac, Estados Unidos lo que hizo fue crear la Alianza del Pacífico para continuar con las políticas del ALCA. Crearon el Grupo de Lima para atacar permanentemente a Maduro. Argentina, México, Perú, Chile, Colombia. ¿Dónde está ahora el Grupo de Lima? Claro, Estados Unidos lamentablemente es bueno para apuntar sanciones económicas a los países libres o promover golpes de Estado, pero de eso nos estamos liberando. Antes daba miedo ser expulsado de la OEA, ahora es un lujo. Eso está cambiando. Estados Unidos ya no tiene hegemonía en Latinoamérica. Ya no es una potencia económica, a lo sumo puede ser potencia militar. Que yo sepa en la década del 30 o 40, Estados Unidos tenía más del 40 por ciento del PBI mundial. Ahora está rondando el 20 por ciento. China estaba hace 30 o 40 años con el ocho por ciento del PBI mundial y ahora está con más del 30 por ciento. Estados Unidos sólo vive de guerra. Esa doctrina inmoral, la doctrina Monroe de ‘América para los americanos’ va terminándose. Nosotros en cambio hemos propuesto ‘América Plurinación de los pueblos para los pueblos’.”[1]

 

Su experiencia de vida y conducción, ya que Evo fue y es el primer representante de pueblos originarios en más cinco siglos, desde la llegada de los españoles – discriminado en Europa por la misma razón, cuando le negaron espacio aéreo para volar al avión presidencial boliviano con él a bordo en 2013 –, en ser presidente de un país americano, como disfrutar de la perspectiva que da la distancia del ejercicio poder administrativo, permitiéndole observar los procesos socioeconómicos mundiales y de la región, con un profundo conocimiento, sobre todo, práctico, ya que sus mandatos marcaron un antes y un después en Bolivia, hecho destacado nada menos que por el Banco Mundial.

 

De allí la innegable autoridad y respeto que despierta el hermano y compañero Evo Morales cuando expone la actual situación de la región frente al descalabro del mundo dejado por la pandemia y las consecuencias de la guerra de Ucrania y las apetencias nefastas que la rodean, como también las posibilidades que tenemos frente a esto, cuando se espera ansiosamente la llegada de Lula a la presidencia del gigante latinoamericano para reforzar y consolidar esta segunda ola de progresismo.

 

Es un abanderado en fomentar la caída del vergonzoso bloqueo de más de seis décadas a Cuba que mantiene el imperio. Bloqueo criminal que blindó la entrega de insumos para vacunas durante la pandemia y sigue aislando virtualmente a la isla.

 

Cuando explica la necesidad de explotar el litio en forma conjunta entre los tres países productores a través de la instalación de fábricas propias, lo hace tras haber golpeado las puertas de las potencias occidentales, Corea del Norte y Japón, a sabiendas que a ellos les interesaba quedarse con la materia prima. 

 

A pesar de todo, Evo buscó especialistas extranjeros que adiestraron a jóvenes profesionales bolivianos, habiendo instalado laboratorios y fábricas de batería de litio como también están previstas otras de insumos y subproductos que, en un principio llegarían a la cantidad total de 42 en 2029[2].

 

Evo Morales es mucho más que un dirigente político y un extraordinario líder latinoamericano y de los condenados de esta bendita tierra; segundo de tres hermanos de una humilde familia aymara que residía en una pequeña aldea rural del altiplano boliviano, familia que compartía el pan cotidiano en extrema pobreza, trabajando en tarea agrícolas y ganaderas. Situación que los llevó a migrar a Jujuy, a los cañaverales azucareros a cortar caña, donde aprendió las primeras letras en aquella escuelita de Calilegua que siempre recuerda. 

 

Pobre como la mayoría de sus hermanos, lleva la solidaridad en los huesos, comparte desde siempre lo que tiene al alcance de la mano y, cuando tuvo desde el gobierno la posibilidad de producir riqueza desde el Estado, la distribuyó entre sus hermanos de su república plurinacional, cuya Carta magna, junto con la de Ecuador, son un modelo jurídico avanzado en la región y el mundo que – a los efectos didácticos, cuando el mundo se encuentra acorralado por un cambio climático, negado por las potencias industriales –, vale la pena transcribir el primer párrafo del preámbulo de ese preciado documento consagrado durante el gobierno de Evo Morales Ayma: 

 

“En tiempos inmemoriales se erigieron montañas, se desplazaron ríos, se formaron lagos. Nuestra amazonia, nuestro chaco, nuestro altiplano y nuestros llanos y valles se cubrieron de verdores y flores. Poblamos esta sagrada Madre Tierra con rostros diferentes y comprendimos desde entonces la pluralidad vigente en todas las cosas y nuestra diversidad como seres y culturas. Así conformamos nuestros pueblos, y jamás comprendimos el racismo hasta que lo sufrimos desde los funestos tiempos de la colonia.”[3]

 

Volver a casa para Evo, tenerlo entre nosotros, es subir desde el Sur hacia la entraña América y total, pura raíz de un grito destinado a crecer y a estallar, como en “Canción con todos”, del Armando Tejada Gómez y el César Isella, donde Todas las voces todas, toda la sangre puede ser canción en el viento y liberan nuestra esperanza con un grito en la voz.



[1] Página 12, 13 de julio de 2022.

[2] Ibídem.

[3] Preámbulo de la Constitución Política del Estado CEP, República Plurinacional de Bolivia, 7 de febrero de 2009.

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