sábado, 2 de noviembre de 2024

Incoherencias políticas en América Latina

 Varios amigos me han preguntado sobre lo que ocurre en América Latina en los últimos tiempos porque surgen acontecimientos que no pueden entender y ciertamente en ocasiones resulta difícil dar una explicación.

Hedelberto López Blanch / Rebelion

El primer caso es la llegada a la presidencia de Argentina de Javier Milei, un personaje ultraconservador, proestadounidense y prosionista que ha sumido al país en una vorágine de miseria y desempleo.
 
Varios factores se unieron en ese suceso como fueron las profundas divisiones dentro del peronismo, la debilidad del gobierno de Alberto Fernández que abrió un enorme espacio a la derecha argentina y las fuertes campañas de los medios de comunicación hegemónicos dentro y fuera del país que endulzaron o “engañaron” a muchos ingenuos. La derecha aprovechó los errores de las fuerzas progresistas y de la izquierda.
 
De esa forma el mitómano Milei pudo entrar a la Casa Rosada y pasar por encima de las decenas de miles de muertos y desaparecidos que dejó la última dictadura cívico-militar (1976-1983).
 
Otro espinoso caso es la división del Movimiento Al Socialismo (MAS) de Bolivia motivado por la posición asumida por el expresidente Evo Morales y sus contradicciones con el actual mandatario Luis Arce Cotacora.
 
Todo comenzó en junio de 2019 cuando Evo fue derrocado por un golpe de Estado derechista y el presidente se refugió en Argentina. Tras grandes movilizaciones populares se logró ir nuevamente a elecciones las que fueron ganadas por Luis Arce con apoyo del MAS.
 
La pugna entre Arce y Morales se profundizó y en octubre de 2023 el Tribunal Constitucional Plurinacional suspendió la reelección indefinida en el país con un fallo que inhabilitó la posible candidatura de Evo.
 
Morales afirma que tiene derecho a presentarse nuevamente como candidato presidencial mientras han ocurrido choques fuertes entre miembros del MAS que apoyan indistintamente a Evo o Arce.
 
Este hecho y otros más entre los dos contendientes está provocando que las fuerzas de derecha boliviana, que ya intentaron un golpe de Estado militar contra Arce en junio de este año, se alcen con la victoria en las elecciones programadas para 2025. O sea, la derecha boliviana esta sentada en el banquillo observando cómo se desgastan entre sí los movimientos de izquierda.
 
El último episodio ha sido escenificado por Brasil al no reconocer la contundente victoria obtenida en las urnas por el presidente venezolano Nicolás Maduro y de esa forma se ha acercado a las posiciones de la derecha occidental encabezada por Estados Unidos sobre la Revolución Bolivariana.
 
La censura de Brasil impidió que Venezuela entrara como socio del BRICS+ durante la XVI Cumbre del Grupo realizada en Kazán, Rusia.
 
En una conferencia de prensa al concluir la Cumbre, una periodista preguntó al presidente Vladimir Putin sobre este hecho a lo que el mandatario respondió: “la posición de Rusia sobre Venezuela no coincide con la de Brasil… el presidente Nicolás Maduro ganó las elecciones honestamente, ha formado Gobierno y le deseamos éxito a su Gobierno y al pueblo de Venezuela”.
 
Por su parte, Caracas tildó esa decisión de inexplicable e inmoral que mantiene lo peor de las políticas de Jair Bolsonaro contra la Revolución Bolivariana.
 
Las explicaciones de varios analistas acerca de los motivos de estos fenómenos van desde las fuertes presiones que está ejerciendo Washington en la región, a la que aún estima como su “patio trasero”, la fuerte manipulación de los medios de comunicación hegemónicos controlados por los grandes capitales y también por el debilitamiento, en los últimos años, de los movimientos de izquierda en Latinoamérica.
 
Lo cierto es que las fuerzas de la izquierda progresista están sufriendo un debilitamiento que solo puede ser resuelto con la comprensión de que el verdadero enemigo de nuestros pueblos ha sido siempre el imperio estadounidense que con su tesis de divide y vencerás esta intentando lograr su objetivo final de volver a dominar toda la región para su beneficio.
 
Es la hora de despertar y unir a nuestros pueblos para forjar la Patria Grande sin padecer el yugo opresor del Norte.    

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