Democracia y soberanía
nacional, he aquí la divisa que ha estado guiando al Ecuador de hoy. Imposible olvidar que esa
divisa ha resultado cara a muchos países de Latinoamérica.
Carlos Figueroa Ibarra / Especial para Con Nuestra América
Desde Puebla, México
Todo aquel o aquella
que conozca de cerca la realidad mexicana puede saber del poderío que pueden
llegar a tener los grandes medios de comunicación principalmente electrónicos.
A ese poderío que da la capacidad de difundir imágenes, ideas de manera masiva, se une el hecho de
que los grandes medios de comunicación forman parte de las cúspides
empresariales. Esto significa que cuando se habla del poderío de los grandes
medios de comunicación, lo que generalmente se hace es un eufemismo que esconde
lo que en realidad es: el gran poder fáctico que ejerce la clase dominante en
un país. Esto es exactamente lo que sucede en México, en donde el duopolio
Televisa-TVAzteca ha sido capaz de linchar a políticos (como sucedió
con Cuauhtémoc Cárdenas en 1999 en ocasión del asesinato del conductor
Paco Stanley), borrar de videos la imagen de otros (como le sucedió al político
del PAN Santiago Creel), entrarle a la guerra sucia en plena campaña electoral
(como le sucedió a Andrés Manuel López Obrador en 2006 y 2012) y finalmente
construir una imagen y lograrla poner en el sillón presidencial (como le
sucedió a Enrique peña Nieto en 2012).
La Sociedad
Interamericana de Prensa olvida estos hechos y
pone el grito en el cielo cuando
los gobiernos de izquierda o centro izquierda (llamados progresistas)
buscan poner remedio a esa dictadura mediática. Entonces se unen al coro
neoliberal denunciando las “leyes mordaza” que en realidad buscan democratizar
el acceso a los medios de comunicación y frenar el poder fáctico
burgués-mediático. El 14 de junio de 2013, después de mucho tiempo de discusión
y 14 meses de congelamiento en la Asamblea de Ecuador, se aprobó La Ley
Orgánica de Comunicación la cual junto a la Ley de Medios Audiovisuales
aprobada en Argentina, constituyen dos grandes hitos en la lucha por la
democratización de la información. En el caso de la ley ecuatoriana podemos observar aspectos loables como son
los siguientes: la comunicación social concebida como un servicio público; la
no censura previa pero responsabilidad ulterior con respecto a lo que se publica; la prohibición de la
precarización laboral de los trabajadores de la comunicación; criterios
laborales de equidad en materia de
género, interculturalidad, discapacidad e intergeneracionalidad; la
redistribución de las frecuencias radiofónicas a tres tercios entre medios
privados, medios públicos y medios comunitarios; eliminación de los monopolios
en radio y televisión; reversión de concesiones si son mal usadas por los
concesionarios. Además existirá la obligación de destinar un 60% de la
programación en el horario apto para
todo público, difusión de contenidos de producción nacional y regulaciones para el pago de derechos de autor que
favorecen al mismo.
Todo lo anterior
implicará un avance democrático, porque una democracia con dictadura mediática
es una democracia de baja calidad. Además Ecuador está dando muestras de una
ejemplar vocación de soberanía. Los Estados Unidos de América ha mostrado su
vocación imperial en el caso de Edgar
Snowden. Hace algunos meses el titular del Departamento de Estado, John Kerry,
volvió a repetir la expresión ya en
desuso de que “América latina es el traspatio
de los Estados Unidos”. A Evo Morales, varios países le impidieron aterrizar hace unos días
cuando venía de regreso de Europa hacia su patria. Y ahora ante las amenazas
estadounidenses de suspenderle a Ecuador las preferencias arancelarias (APTDEA)
-si le concede asilo a Snowden-, el gobierno de Correa ha decidido renunciar a
dichas preferencias y ofrecer a
Washington los costos arancelarios de dichas preferencias para
una capacitación en materia de derechos humanos…
Democracia y soberanía
nacional, he aquí la divisa que ha estado guiando al Ecuador de hoy. Imposible olvidar que esa
divisa ha resultado cara a muchos países de Latinoamérica.
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