sábado, 28 de enero de 2017

Cumbre de la CELAC: América Latina y el Caribe confirman su agenda propia

La situación económica y financiera mundial, en momentos en que Donald Trump asumió la presidencia de EEUU, es la más grave que se haya conocido hasta ahora. La desigualdad social es mayor que nunca, la pobreza continúa creciendo y no hay forma de luchar por cambiar esta injusta e inmoral situación, si no es a partir de consenso y la unidad de nuestras naciones.

Rubén Armendáriz / ALAI

En la dominicana Punta Cana quedó en claro que no habrá gobierno en América Latina y el Caribe, progresista o neoliberal, al que le pueda ir bien solo, o si se aparta de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), y eso es lo que refleja la declaración política final del organismo regional suscrito por 33 países de la región que, no por casualidad, fue invisibilizado por  los medios hegemónicos.

“Conscientes de que la CELAC es el mecanismo de concertación, unidad y diálogo político de la totalidad de la América Latina y el Caribe, ratificamos este espacio como un ámbito para la promoción de los intereses comunes de nuestros pueblos”, señalaron los mandatarios y jefes de estado.

Lo cierto es que la situación económica y financiera mundial, en momentos en que Donald Trump asumió la presidencia de EEUU, es la más grave que se haya conocido hasta ahora. La desigualdad social es mayor que nunca (seguimos siendo el continente más desigual), la pobreza continúa creciendo (pese a los progresos en los últimos tres lustros) y no hay forma de luchar por cambiar esta injusta e inmoral situación, si no es a partir de consenso y la unidad de nuestras naciones.

La decisión unánime fue la de avanzar hacia la integración política, económica, social y cultural, sustentados en un equilibrio entre la convergencia y la diversidad de nuestros países; en la construcción de soluciones propias para promover y mantener la paz, el desarrollo inclusivo y sostenible de nuestros pueblos hasta alcanzar la erradicación total del hambre y la pobreza, e impulsar la agenda regional en los foros globales y la cooperación con otros estados, regiones y organizaciones internacionales.

Los países de la región subrayaron la importancia de instrumentar medidas orientadas a promover y proteger los derechos de las personas en situación de vulnerabilidad, incluidos los pueblos indígenas y los afrodescendientes, migrantes, personas con discapacidad y las mujeres, y promover la igualdad de género y el trabajo decente; así como erradicar el trabajo infantil como parte de las acciones encaminadas a priorizar los derechos de las niñas, niños y adolescentes como sujetos de derecho.

La búsqueda de la unidad

La historia es clara: en el siglo XX América Latina y el Caribe permanecieron desunidos, mientras desde la Organización de Estados Americanos (OEA), el panamericanismo solo sirvió para apoyar injerencias, invasiones, injerencias armadas, golpes de Estado dirigidos desde Washington, que seguía considerando a nuestra región su patio trasero.

Recién a inicio del siglo XXI comenzaron a darse pasos en pos de la búsqueda conjunta del futuro. Fue nueve años atrás, también en República Dominicana, que el Grupo de Río –antecesor de la CELAC- logró sin la injerencia de EEUU y Canadá una solución al conflicto desatado por la incursión de tropas colombianas en Ecuador.

Poco después, en diciembre de 2008, en Salvador de Bahía, los mandatarios de la región se reunieron por primera vez en la Cumbre de América Latina y el Caribe por la Integración y el Desarrollo. En Cancún se decidió que en Caracas se celebrara la reunión constitutiva de la CELAC, en diciembre de 2011, bajo la consigna de unidad en la diversidad política e ideológica de la región.

En este lapso ha habido avances y retrocesos, pero –al decir de Rafael Correa- nunca se había avanzado tanto en nuestra región. Aun cuando varios presidentes –quizá para quedar bien con el nuevo presidente estadounidense- no viajaron a República Dominicana, aunque sí lo hicieron sus representantes, que firmaron la Declaración Política.

Vale la pena leer la Declaración Política

Para la consolidación de América Latina y el Caribe como Zona de Paz, la CELAC hizo un llamado a todos los Estados a que respeten los postulados de esta proclama en sus relaciones con la región, dirigidos a la solución de controversias por medios pacíficos y al reconocimiento del derecho de los Estados a tener su propio sistema político, económico, social y cultural como base indispensable para fomentar la paz y la armonía en la región.

Resaltó el carácter de zona libre de armas nucleares de nuestra región, establecido en el pionero Tratado de Tlatelolco y reafirmó la necesidad urgente de avanzar hacia el objetivo principal del desarme general y completo bajo estricto control internacional y lograr la prohibición y eliminación total de las armas nucleares.

En su última cumbre) la CELAC reiteró su rechazo a todo acto de terrorismo en todas sus formas y manifestaciones, incluyendo su financiamiento y destacó la importancia de las tecnologías de la información y las tecnologías de la comunicación, incluido el internet, como herramientas para fomentar la paz, el bienestar humano, el desarrollo, el conocimiento, la inclusión social y el crecimiento económico.

Reafirmó el uso pacífico de las TIC e instó a la comunidad internacional a evitar y abstenerse de realizar actos unilaterales, como los que tienen como objetivo subvertir sociedades o crear situaciones con el potencial de fomentar conflictos entre Estados. Al propio tiempo, subrayó la necesidad de que, con el uso de las TIC, no se vulnere el derecho a la privacidad de las personas.

Reiteró el rechazo de la región a la aplicación de medidas coercitivas unilateral es contrarias al derecho internacional, incluyendo las listas y certificaciones que afectan países de América Latina y el Caribe y reafirmó el llamado al gobierno de EEUU a que, sin condicionamientos, ponga fin al bloqueo económico, comercial y financiero que impone a Cuba desde hace más de cinco décadas, y que aún se encuentra vigente. Asimismo, reclamó la devolución a la República de Cuba del territorio que ocupa la Base Naval de los Estados Unidos en Guantánamo.

Los 33 países de la región reiteraron su compromiso con el fortalecimiento de mecanismos que permitan prevenir, detectar, sancionar y combatir la corrupción, mejorar la eficiencia y la transparencia en la gestión pública, promover la rendición de cuentas en todos los niveles, así como la participación ciudadana en la fiscalización de asuntos públicos y el acceso a la información conforme a las legislaciones nacionales y convenios internacionales suscritos por los Estados.

Sobre la cooperación tributaria internacional, instó a fortalecer los marcos regulatorios, promocionando los intereses de los países en desarrollo y apoyando iniciativas intergubernamentales para combatir la elusión y evasión fiscales, la corrupción y el lavado de dinero que, utilizando ciertas prácticas crean incentivos para transferencias ilícitas de activos que causan efectos negativos en la economía, en particular para los países en desarrollo.

La Celac reiteró asimismo el  compromiso con la implementación del Plan para la Seguridad Alimentaria, Nutrición y Erradicación del Hambre y, en concordancia con la Declaración Especial sobre Financiamiento para el Desarrollo, abogó por el logro de un entorno propicio para el desarrollo sostenible y la superación de los desafíos que presenta el financiamiento para el desarrollo.

En ese sentido, reiteró el llamamiento a los países desarrollados para cumplir con el compromiso de destinar el 0,7% de su ingreso nacional bruto a la Ayuda Oficial para el Desarrollo (AOD), al tiempo que anunció que seguirá promoviendo el uso de criterios que utilicen indicadores multidimensionales para la medición acertada de las realidades complejas y diversas del desarrollo de los países de la región.

Los mandatarios saludaron la Nueva Agenda Urbana, aprobada en la Conferencia Hábitat III (Quito, octubre de 2016) y reafirmó su compromiso con el desarrollo urbano sostenible y con el ideal común de una ciudad para todos, la igualdad en el uso y el disfrute de ciudades y asentamientos humanos, para garantizar que las generaciones presentes y futuras, sin discriminación, puedan crear ciudades y asentamientos justos, seguros, sanos, accesibles, asequibles, resilientes, sostenibles, a fin de promover la calidad de vida para todos

Asimismo, reiteraron el compromiso para promover la equidad e igualdad de género y para erradicar todas las formas de violencia contra las mujeres, adolescentes y niñas, así como impulsar su empoderamiento político y económico, eliminando los obstáculos sociales que lo impiden, aprobando y fortaleciendo políticas públicas y leyes para promover la igualdad entre los géneros para garantizar el pleno acceso a la educación y a la justicia, así como a la autonomía económica y financiera, y a la participación y representación política.

La CELAC instó a la implementación de políticas públicas para garantizar en todos los niveles, la cobertura universal y gratuita de la educación, inclusiva y de calidad, con permanencia, perspectiva de género e interculturalidad, sin discriminación, que respete la capacidad creativa y los conocimientos ancestrales y el respeto hacia los saberes de otras culturas, para que todos desarrollen capacidades de pensamiento crítico, razonamiento lógico, creativo e innovador.

Los jefes de Estado reconocieron que los jóvenes constituyen un segmento significativo de nuestras poblaciones, y se comprometieron a proveer mayores oportunidades, y dotarlos de las habilidades y conocimientos que faciliten su completa participación en los procesos de toma de decisión en el desarrollo sostenible de nuestras sociedades.

Consciente de la vulnerabilidad de la región frente al cambio climático y los desastres, de origen natural y antrópico, la CELAC reconoció la importancia de fortalecer la implementación del Marco de Sendai para la Reducción del Riesgo de Desastres 2015-2030 y el cumplimiento de todas sus metas en la región, como contribución a la prevención y a la gestión integral del riesgo de desastres y de las pérdidas ocasionadas por ellos, tanto en vidas, medios de subsistencia y salud como en bienes económicos, físicos, sociales, culturales y ambientales de las personas, las empresas, las comunidades y los países.

Asimismo, la Cumbre hizo un llamado a alcanzar el más alto compromiso político para combatir el Cambio Climático como una prioridad urgente y acogió  con beneplácito la entrada en vigor del Acuerdo de París, aplicable a los Estados signatarios y Partes bajo la Convención Marco de la Naciones Unidas sobre Cambio Climático, el 4 de noviembre de 2016. Invitamos a todos los países signatarios que todavía no han depositado sus respectivos instrumentos de ratificación y/o adhesión a hacerlo lo más pronto posible.

Tras reconocer la importancia de fortalecer las acciones de mitigación y adaptación, de conformidad con la Convención Marco de la ONU sobre Cambio Climático y tomando en consideración que nuestros países están ubicados en una región altamente vulnerable al impacto del cambio climático, llama a los países desarrollados a cumplir sus compromisos en materia de financiamiento, con recursos nuevos y adicionales, tecnología y construcción de capacidades, incluyendo la movilización de 100 mil millones de dólares anuales para los países en desarrollo, a partir de 2020 y la puesta en pleno funcionamiento del Fondo Verde.

Acordó seguir impulsando medidas para incentivar la protección de los ecosistemas, la reducción de la deforestación y la degradación, la conservación y el uso sostenible de la biodiversidad y las especies de flora y fauna silvestre amenazadas por el comercio internacional, y trabajar para lograr la gestión ambientalmente adecuada de las sustancias químicas y de todos los desechos.

Los países latinoamericanos y caribeños reafirmaron que el problema mundial de las drogas es una responsabilidad común y compartida, que debe abordarse de conformidad con las convenciones de la ONU, piedra angular del sistema de fiscalización internacional, en un entorno multilateral mediante una cooperación internacional más efectiva. Exigieron un enfoque integrado, multidisciplinario, equilibrado, sostenible, amplio, respetuoso de los Derechos Humanos y basado en la evidencia científica.

La CELAC reconoció que la Ciencia, la Tecnología y la innovación son ejes transversales en los planes nacionales y regionales de desarrollo, y que su impulso permite construir sociedades del conocimiento, que incrementan la capacidad productiva, sostenible y competitividad de nuestros países, subrayando la importancia de propiciar la creación y producción de tecnologías.

Destacó que los medios de implementación que figuran en los Objetivos de Desarrollo Sostenible, incluyen la movilización de recursos financieros, así como la creación de capacidad y la transferencia a los países en desarrollo de tecnologías ecológicamente racionales en condiciones favorables, e incluso en condiciones concesionales y preferenciales.

Convencidos de que la CELAC es el espacio idóneo para la expresión de nuestra identidad y rica diversidad cultural, la Cumbre saludó la decisión de la Asamblea General de la ONU de proclamar el 2019 como el Año Internacional de Idiomas Indígenas, comprometiéndose con la implementación de programas de recuperación, preservación, desarrollo, aprendizaje y divulgación de los diferentes idiomas indígenas que forman parte de nuestras culturas.

Los mandatarios acordaron continuar trabajando con los mecanismos regionales y subregionales de integración en el ámbito de la cooperación, para el establecimiento de procedimientos que mejoren la coordinación y el diálogo a todos los niveles, tomando en cuenta las necesidades especiales de los Estados miembros más vulnerables de nuestra comunidad.

Tras destacar la necesidad de un sistema de comercio no discriminatorio, justo, basado en normas claras, realizables e inclusivas, el organismo regional reconoció el valor de avanzar en la integración y la complementariedad de nuestras economías, promoviendo las alianzas público-privadas y la participación de todos los sectores de la sociedad comprometidos con el pleno desarrollo, propiciando mecanismos que aumenten sustancialmente el comercio intrarregional y extra regional, de conformidad con las leyes y usos establecidos.

Asimismo, destacó la necesidad de fortalecer las capacidades y el rol de las micro, pequeñas y medianas empresas (MIPYMES) para participar en el comercio internacional.

La CELAC resaltó la unidad como la base para enfrentar de manera coordinada los retos de un mundo en constante proceso de cambios, transformaciones aceleradas y globalización, así como, los riesgos e incertidumbres que se ciernen sobre la economía de la región y a nivel global, entre estos la volatilidad del mercado financiero internacional y el proteccionismo, y expresó la determinación de adoptar medidas pertinentes para prever, evitar o mitigar posibles efectos en nuestras economías y la pérdida de puestos de trabajo.


Los países del región compartieron una visión integral de la migración internacional basada en un enfoque de derechos humanos que rechaza la criminalización de la migración irregular, así como todas las formas de racismo, xenofobia y discriminación contra los migrantes y que reconoce las contribuciones de éstos en los países de origen y destino y reiteraron su compromiso para promover una migración ordenada, regular y segura.

Destacaron, asimismo, la decisión de algunos gobiernos de eliminar políticas migratorias discriminatorias y selectivas que afectan los flujos migratorios en la región, e instaron a la eliminación de mecanismos de esta naturaleza.

Reiteraron el carácter latinoamericano y caribeño de Puerto Rico y, al tomar nota de las decisiones adoptadas por el Comité Especial de Descolonización de la ONU, lo reafirmaron como asunto de interés del organismo. Los países de la CELAC se comprometieron, además, a seguir trabajando en el marco del derecho internacional para lograr que América Latina y el Caribe sea un territorio libre de colonialismo y colonias, tras reiterar el firme respaldo regional a los legítimos derechos de Argentina en la disputa de soberanía por las Islas Malvinas, Georgia del Sur y Sándwich del Sur y los espacios marítimos circundantes.

La CELAC reiteró la importancia del fortalecimiento del multilateralismo y, en ese sentido, su compromiso con la reforma integral del sistema de las Naciones Unidas, e instó a profundizar los esfuerzos intergubernamentales para promover la necesaria reforma del Consejo de Seguridad, incluidos sus métodos de trabajo, con vistas a transformarlo en un órgano transparente, representativo, democrático y eficaz. Asimismo, consideró fundamental la revitalización de la Asamblea General y del Consejo Económico y Social.

Rubén Armendáriz

Investigador del Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico

1 comentario:

Unknown dijo...

Nos da tristeza la ausencia de América Central, ¿Por qué? Hoy más que nunca nos necesitamos unos a otros todos los Países de América Latina. Aquí se supo muy poco. Gracias por este artículo. F