La situación económica en el mundo se agudiza, a pesar de que los indicadores oficiales gubernamentales y de los grandes monopolios echen campanas al vuelo.
Cristóbal León Campos / Para Con Nuestra América
Desde Mérida, Yucatán. México.
Han surgido otras expresiones de confrontación que incrementan la agudización de las contradicciones del sistema capitalista, que además y dicho sea de paso, son las razones verdaderas de la crisis económica global que afrontamos y no la pandemia, pues el Covid-19 llegó solamente a dejar a la luz esas ya existentes laceraciones, la precarización de la vida de millones de seres humanos en el mundo, responde a la contradicción entre capital y trabajo, algo demostrado por Carlos Marx en diversos escritos, y que en estos momentos de aguda realidad, se ha podido observar cuando ha acontecido la suspensión laboral de algunos de los sectores productivos, ya que el verdadero origen de la acumulación radica en el trabajo, es decir, en la producción.
El empobrecimiento y el desempleo creciente son síntomas profundos de este nuevo ciclo de contracciones capitalistas, que por otra parte, no solamente acrecienta el ejército de reserva de la mano de obra, sino que acelera la proletarización y el despojo por sus nuevos rostros extractivistas. No se necesita ir muy lejos para comprobar lo dicho, pues en las comunidades del sureste como del resto del país, el despojo desarticula comunidades enteras y obliga al desplazamiento, junto a la búsqueda de nuevas formas de vida, por ello el incremento de la migración interna de lo rural a lo urbano, en donde los trabajos de hambre son el único aliciente para quien pretenda subsistir. Esto genera una aguda contradicción que se expresa en las luchas y reivindicaciones sociales.
En este complejo marco general, se reflejan las confrontaciones partidistas que se reacomodan tras las recientes elecciones, pronto comenzará el nuevo periodo de gobierno y los intereses capitalistas acomodan sus fuerzas, cada grupo jala agua para su molino sin velar por la situación del proletariado y los sectores populares, tal y como en la campaña fue notoria la ausencia de propuestas sustanciales para mejor la vida, el trabajo, los salarios, la salud y demás necesidades humanas, ahora queda claro que las disputas por los precios y materias primas son únicamente confrontaciones alejadas del pueblo y sí favorables a los monopolios y sus aliados políticos.
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