sábado, 22 de febrero de 2025

Nota sobre el pensar martiano

La organización del mercado mundial como un sistema internacional -interestatal, en realidad– ha ingresado en una crisis de transición hacia un futuro aún indeterminado. Hoy gana en importancia la obra martiana, que tomó forma en los inicios de la transición precedente, desde la organización colonial de origen del mercado mundial a la que hoy se desintegra ante nuestros ojos. 

Guillermo Castro H. / Para Con Nuestra América
Desde Ciudad Panamá 

La necesidad de luchar por un  futuro que sea sostenible por lo humano que llegue a ser es ya mayor que nunca en todos los campos de la geocultura y la geopolítica globales. Esto demanda encarar los problemas que plantea la renovación del pensamiento crítico en nuestra América, que tiene en Martí a uno de sus principales exponentes. De aquí la importancia de comprender al pensar martiano como expresión de una visión del mundo dotada de una ética correspondiente a su estructura. 

 

Esa tarea demanda comprender el vínculo entre la actualidad de lo pensado en por Martí en su tiempo, y la vigencia de su pensar en el nuestro. En esta lectura, tiene especial importancia prevenir riesgos como el anacronismo y la fragmentación, para facilitar el rescate de su compromiso con el mejoramiento humano, la utilidad de la virtud, y la lucha por el equilibrio del mundo.

 

Encontramos un ejemplo sencillo de estos riesgos en nuestra reacción ante una oración de Martí en la que nos dice que el mundo “sangra sin cesar de los crímenes que se cometen en él contra la naturaleza.” Una lectura descontextualizada de este fragmento del artículo de 1892 que dedicara al intelectual obrero Rafael Serra tendería a ser ecológica, y no faltaría quien proclamara a Martí como un precursor del ambientalismo de nuestro tiempo, etc. 

 

Aquí cabrían dos observaciones. Una, que el concepto de naturaleza tiene una especial complejidad en el pensar martiano, que concibe lo natural en su íntima relación con lo sociocultural. Otra, que en lo particular la creación de las condiciones culturales y políticas para la lucha contra el colonialismo español en Cuba fue un eje fundamental en la organización del pensar martiano.

 

Visto así, aquello a lo que se refiere Martí en este caso es a las deformaciones que las secuelas culturales y morales de la esclavitud y el racismo imponían al desarrollo humano y dificultaban la formación del frente patriótico que demandaba aquella lucha independentista. Así, en el conjunto mayor del texto de origen de la cita, Martí plantea que

 

La epopeya está en el mundo, y no saldrá jamás de él: la epopeya renace con cada alma libre: quién ve en sí es la epopeya. […]  

Van y viene las corrientes humanas por el mundo, que hoy arrolla los pueblos del color que temió ayer, y funde el oro de sus coronas en cadenas con que atarlos al carro del triunfo. Desdeñó un día el sajón, y tuvo a menos, el trato y la amistad con el italiano o andaluz, porque por lo moreno de la cara se creía mejor que él; y luego el andaluz y el italiano desdeñan a los de tez más morena que la suya. Los esclavos, blancos o negros, fueron depuestos en largas generaciones, por el recuerdo de la esclavitud más que por la culpa del color, del derecho de igualdad, en la aptitud y en la virtud, de sus antiguos amos. El mundo sangra sin cesar de los crímenes que se cometen en él contra la naturaleza. Y cuando, con el corazón clavados de espinas, un hombre ama en el mundo a los mismos que lo niegan, ese hombre es épico. [1]

 

Esta lectura resalta la importancia de los aportes de Martí a la formación de una cultura popular de la naturaleza en nuestra América, que hace hace parte de la historia de nuestra vida política. En esa historia, hoy nos encontramos aún en la fase de descomposición de la hegemonía lograda por el neoliberalismo en nuestra América desde la década de 1980, a la que contribuyeron el agotamiento del modelo desarrollista establecido por la CEPAL entre 1950 y 1970, y la bancarrota del marxismo soviético a partir de la década de 1980. 

 

Este momento de descomposición del neoliberalismo opera hoy en un vacío ideológico que el progresismo socialdemócrata no alcanza a llenar, y de divorcio entre la alta cultura y la cultura popular que favorece el auge de corrientes autoritarias de claro corte conservador – que entre nosotros significa racista, clasista y misógino. Tales son las circunstancias en que ingresamos de lleno a una nueva fase en la lucha por el equilibrio del mundo en que vivimos. 

 

Estas circunstancias hacen invaluables dos recursos que nos ofrece la obra martiana. Uno es el enorme acervo filológico, histórico, cultural y político de esa obra, fácilmente accesible en el sitio de Internet de entidades como el Centro de Estudios Martianos.[2] Otro, el invaluable aporte de intelectuales vinculados al estudio de ella en Cuba, nuestra América y otras regiones del mundo.

 

Desde allí cabe identificar los conceptos fundamentales del pensar que nos ocupa – como patria, naturaleza, virtud y mejoramiento humano -, expresados con una sola voz, mientras otros- como los de mejoramiento humano y equilibrio del mundo -, tienen una estructura más compleja.  En el análisis de la visión del mundo que esos conceptos expresan convergen dos planos de trabajo. 

 

El primero, vinculado a la estructura del pensar martiano, distingue entre los elementos estructurantes de la visión del mundo que nos ofrece la obra de Martí, y aquellos elementos estructurados por esa visión a lo largo del tiempo. Lo estructurado expresa la mayor o menor actualidad de lo pensado por Martí en su circunstancia. Lo estructurante, por su parte, da cuenta de la vigencia del pensar martiano en la nuestra. Tal puede ser, por ejemplo, la relación entre sus advertencias sobre la necesidad de luchar por el equilibrio del mundo en el período ascendente del imperialismo, y la noción de ese equilibrio como referente activo ante el conflicto entre la visión unipolar y la multipolar del sistema mundial enfrentadas hoy en la geocultura del sistema mundial en transición.

 

El segundo plano está referido al proceso de formación y transformación del pensar martiano en lo que va de sus tiempos al nuestro. Los tiempos de Martí – desde su paso por México en 1875-1876 a su exilio en Nueva York, entre 1881 y 1895 – son los de la formación del Estado Liberal Oligárquico; de la oposición liberal democrática a dicho Estado, y del paso del capitalismo de libre competencia al monopólico, que llevaría al sistema mundial del colonialismo al imperialismo y el neocolonialismo. 

 

Como es de imaginar, el sentido de los elementos del pensar martiano cambia a lo largo de esos tiempos. Esto hace imprescindible conocer el alcance de esos cambios en lo que hace al sentido de esos elementos en nuestro tiempo. A este respecto, Antonio Gramsci nos ofrece un valioso punto de partida en sus observaciones sobre el estudio de la obra de Karl Marx. 

 

“Si se quiere estudiar el nacimiento de una concepción del mundo que no ha sido expuesta sistemáticamente por su fundador”, nos dice Gramsci, es necesario en primer término “reconstruir el proceso de desarrollo intelectual del pensador en cuestión” con el fin de identificar los elementos “que han resultado estables y ‘permanentes’, es decir, que han sido asumidos como pensamiento propio”, pues sólo ellos “son momentos esenciales del proceso de desarrollo.” [3]

 

“Estas observaciones”, añade, tienen especial importancia en la medida en que el pensador cuya obra se estudia “es más bien impetuoso, de carácter polémico, falto del espíritu de sistema”, con una personalidad “en la cual la actividad teórica y la práctica están indisolublemente ligadas, de un intelecto en continua creación y en perpetuo movimiento, que siente vigorosamente la autocrítica del modo más despiadado y consecuente.” Por lo mismo, la investigación de los motivos y del ritmo del pensamiento en desarrollo “tiene que ser más importante que las afirmaciones aisladas y casuales o que los aforismos separados.” 

 

La complejidad del problema que plantea el rescate del pensar martiano para el pensamiento crítico de nuestro tiempo desborda la capacidad de cualquier individuo aislado. Va siendo hora de encararlo mediante su abordaje interdisciplinario mediante la organización en red del estudio que facilite la colraboración entre quienes adelantan investigación sobre distintos aspectos del tema. En sus formas más elementales, esa tarea ya está en marcha en entidades como el Centro de Estudios Martianos y el Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales. Se va abriendo así el camino a Martí desde nosotros, comprobando una vez más que hacer, sin duda, es la mejor forma de decir.

 

Alto Boquete, Panamá, 18 de febrero de 2025

 

 

NOTA: 
[1] “Rafael Serra”. Patria, 26 de marzo de 1892. Ibid, IV, 380-381.
[2] https://www.josemarti.cu/
[3] Gramsci, Antonio: Introducción a la filosofía de la praxis. Selección y traducción de J. Solé Tura 
https://marxismocritico.files.wordpress.com/2011/11/introduccion-a-la-filosofia-de-la-praxis.pdf
Gramsci, Antonio, (1999: 385) Antología. Selección, traducción y notas de Manuel Sacristán. Siglo XXI Editores, México y España. “Cuestiones de método.” Textos de los Cuadernos posteriores a 1931.

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