En Europa y EE.UU todavía no se comprende que
América Latina ha marcado el inicio de una nueva era y que hoy es otro de los
ejes geopolíticos con los que las potencias tendrán que aprender a “negociar”,
porque en la región ya no sirven las viejas diplomacias intervencionistas.
Juan J. Paz y
Miño Cepeda / El Telégrafo (Ecuador)
La Unión Europea
reaccionó con amenazas económicas sobre Argentina por haber re-nacionalizado la
petrolera YPF-Repsol. De paso, es una indirecta “advertencia” a la América
Latina. En cambio, los países BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica)
invitaron a Argentina para patrocinar un documento, que la presidenta Cristina
Fernández aceptó.
El documento insta a la
OMC para concluir satisfactoriamente la Ronda de Doha, pero señala que “la
apertura comercial no genera por sí misma crecimiento económico, desarrollo e
inclusión social”, que son necesarias
otras políticas complementarias para garantizar la estabilidad macroeconómica y
la inversión social, y también que, en el mismo marco de la OMC, deben
respetarse los espacios de políticas con que cuentan los países en desarrollo
para alcanzar sus legítimos objetivos económicos y sociales.
Añade que es necesaria
una efectiva regulación del sistema financiero, así como de supervisión del
sistema bancario, pues las fallas regulatorias del mercado financiero pueden
llevar a crisis que afecten al mismo desarrollo del comercio. Argentina
subrayó, “la necesidad de abordar las asimetrías y los desequilibrios
existentes en el sistema de comercio internacional actual, en donde el
proteccionismo tradicional en la mayoría de los países desarrollados (subsidios
distorsivos, picos arancelarios) se conjuga con el creciente uso de
restricciones técnicas a la importación, como lo son las barreras sanitarias y
fitosanitarias, lo que restringe el acceso a los mercados para los productores
de los países en desarrollo”. La presidenta Fernández señaló que Europa y los
EE.UU. han sido los más observados por la OMC por sus políticas proteccionistas
y se preguntó, con razón, ¿de qué mercado libre nos hablan?
América Latina
adquirió, desde la pasada década de los ochenta, suficiente experiencia
histórica sobre las desastrosas consecuencias que tuvo con modelos
empresariales y mercados abiertos inspirados en el neoliberalismo. Y hoy, bajo
gobiernos con otras inspiraciones en varios países, la región bien puede dar
lecciones sobre el manejo económico con criterio social y soberano, mientras
Europa retrocede en políticas sociales.
Todavía no se comprende
que América Latina ha marcado el inicio de una nueva era y que hoy es otro de
los ejes geopolíticos con los que las potencias tendrán que aprender a
“negociar”, porque en la región ya no sirven las viejas diplomacias
intervencionistas.
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