El candidato Capriles
Randosky apela a la asesoría de connotados personeros de la ultra derecha más
retrograda, acusada de aberrantes violaciones a los derechos humanos cuando han
sido gobierno en sus países. Una revisión de sus políticas públicas nos podría
llevar a adelantar algunas medidas de un probable plan de gobierno si Capriles
llegara a dirigir el país.
Sergio Rodríguez Gefelstein / Con Nuestra América
Desde Caracas, Venezuela
Un antiguo adagio
popular enuncia “dime con quién andas y
te diré quién eres”. La máxima nos señala con prístina transparencia hacía dónde
iría Venezuela en caso de que el candidato de la derecha triunfara en las
próximas elecciones presidenciales.
En fecha reciente,
Capriles Radonsky realizó una visita a Colombia donde se entrevistó con el ex
presidente Álvaro Uribe conocido protector del narcotráfico como lo han
señalado importantes organizaciones internacionales entre las que destaca el
propio FBI de Estados Unidos. Los vínculos de Uribe con el paramilitarismo se pueden evidenciar en un documento
elaborado por la prestigiosa Corporación Nuevo Arco Iris de Colombia, en una
investigación financiada por la Agencia Noruega de Cooperación.
Así mismo, en una entrevista realizada al candidato de
la derecha venezolana, por el periódico El Mercurio de Santiago de Chile el 25
de marzo pasado y ante la consulta del periodista acerca de si “políticos
chilenos asesoraron a la Mesa de la Unidad Democrática (MUD) antes de las
primarias” y la posterior pregunta de si “¿Mantiene contactos con los políticos
de este país?”, Capriles respondió: ”La MUD hizo un trabajo muy importante para
recoger las experiencias políticas de
Chile. Ése puede considerarse como un proceso inspirador para cualquier país
que valore el sistema democrático, como lo hacemos en Venezuela”.
En ambos casos,
Capriles apela a la asesoría de connotados personeros de la ultra derecha más
retrograda, acusada de aberrantes violaciones a los derechos humanos cuando han
sido gobierno en sus países. Una revisión de sus políticas públicas nos podría
llevar a adelantar algunas medidas de un probable plan de gobierno si Capriles
llegara a dirigir el país:
1. Se establecerán los
asesinatos extrajudiciales, más conocidos como “falsos positivos”.
2. Se le usurparán las
tierras a los campesinos, produciendo el desplazamiento y el éxodo forzado de
millones de ellos.
3. Se invadirá
cualquier país vecino actuando al margen del derecho internacional.
4. Se establecerán
campos de concentración para los opositores políticos.
5. Se cerrarán
universidades acusadas de subversivas.
6. Se detendrán y
desaparecerán a líderes políticos, sociales, sindicales, y estudiantiles, a
intelectuales y artistas
7. Se privatizará la
educación, la salud y la seguridad social
8. Se desnacionalizará
y venderá todos nuestros recursos naturales, incluyendo el petróleo, los ríos,
los lagos, los bosques y los mares a empresas privadas extranjeras.
9. A los opositores,
se les podrá torturar, degollar, violar
quemar vivos y arrojar al mar y a
los que queden vivos se les enviará al exilio sin contemplaciones.
Si alguien cree que
estoy exagerando, revise los juicios que se han adelantando ante la justicia
chilena y colombiana o ante tribunales internacionales en contra de Uribe y
Pinochet y los miembros de sus gobiernos.
El señor Capriles Radonsky debería aclarar si esas
medidas forman parte del “proceso inspirador” que orientaría su particular
concepto de democracia.
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