sábado, 12 de enero de 2019

Argentina 2019: ¿buen o mal año?

La cruda realidad de cada día obliga a pensar con el bolsillo. Un bolsillo que impone reunirse y salir a la calle contra el tarifazo, como sucedió el 10 de enero con la “Marcha de antorchas” en la CABA y que luego se realizará en las principales ciudades del país. Como para demostrarle al gobierno que el pueblo lucha y la lucha, no se toma vacaciones.

Roberto Utrero Guerra / Especial para Con Nuestra Améric
Desde Mendoza, Argentina

Enero. Verano. Vacaciones. Enero, balance de 2018: bajamos al fondo unidos al Fondo y con él, no hay futuro. Se escapó el dólar. Los dólares del Fondo fueron a parar a la bicicleta financiera. De inflación, no hablemos, terminamos en un 47%, cuando las previsiones comenzaron en 15%. Sueldos y jubilaciones rezagados ante tarifas dolarizadas y precios de los alimentos por las nubes.


¿Le erró a la previsión el mejor equipo de los últimos 50 años? Mintieron, mintieron y mintieron, que es lo que mejor hacen y los identifica frente a los otros gobiernos de la región que dicen lo que van a hacer y lo hace. Tanto Bolsonaro en las antípodas de López Obrador, expresaron sobre lo que harían una vez en el gobierno y sus primeras medidas respaldan sus palabras. No hay sorpresas.



La última declaración del presidente, desde sus eternas vacaciones, fue: “tres años no se pueden reparar 70 años de fiesta”. Desde luego que despertó críticas acaloradas porque, como siempre, la historia no es su fuerte.

En esos 70 años que alude el presidente, que son los de posguerra, pasaron infinidad de cosas en el mundo y en el país. La historia está ahí para testimoniar por qué llegamos hasta acá. Pero para leerla, interpretarla, hay que saber, por lo menos disfrutar de ese privado privilegio que goza un lector al tener un libro entre las manos. Lector que está lejos de encarnar el mandatario, dado su reducido léxico y, sobreabundar en sus ejemplos de conducción de un equipo de fútbol, tema en que parece condensar su experiencia política y de conducción.

En esos 70 años se crearon, diversificaron y extendieron derechos inclusivos en un naciente Estado de Bienestar de la mano del peronismo. Es más, se cumplen 70 años de la Constitución de 1949, en cuyo artículo 37, se incluye el decálogo de los derechos laborales. Constitución que es derogada y sepultada por el golpe de Estado de 1955, cuyo gorilismo intentó borrar de la faz de la tierra al peronismo y toda la labor efectuada en los 10 años precedentes.

Hemos comentado reiteradamente el derrotero cíclico de la política argentina que involucran esas antinomias irreconciliables, muchas veces negadas, confesadas, pero… como hemos vistos en estos años nefastos, están.

Es un verano insólito. La gran mayoría de los escasos veraneantes que pueden disfrutar vacaciones, eligieron las playas y sierras locales. Por la devaluación, Chile, Brasil o Uruguay resultan carísimos, inalcanzables.

En la feliz Mar del Plata los empleados locales han sido desplazados por venezolanos que son más económicos y no tienen problemas con contratos en negro.

Quienes no han tenido problemas con sus vacaciones son el presidente y sus colaboradores más cercanos. Como siempre el primer mandatario eligió Villa La Angostura.

La mitad del vaso lleno del año iniciado son las elecciones generales y las posibilidades de relevo (evitamos decir cambio para no ser mufas) de autoridades. Los técnicos de la oposición, los menos alarmistas, coinciden que cada vez que se ha llegado a esta grave situación y, han sido varias en las últimas décadas, debe llegar el peronismo para poner en marcha el país y con un crecimiento sostenido, hacer frente a las obligaciones financieras contraídas por gobiernos irresponsables como este.

Esto impone la definición de candidatos de un gran frente opositor que aprovecha el verano para hacer campaña en las principales ciudades del interior del país como es el caso de Sergio Massa, el ex gobernador de Buenos Aires, Felipe Solá, los ex ministros Florencio Randazzo y Axel Kicillov. La unidad de un frente amplio popular también fue lanzada en Santa Fe por María Eugenia Bielsa, lo mismo que en San Juan donde el gobernador Sergio Uñac salió con José Luis Gioja, presidente del Partido Justicialista Nacional a confirmar la construcción del frente.

De todas maneras encabeza las encuestas la expresidenta Cristina Fernández muy por encima de Macri, aunque aún no ha confirmado su candidatura. Cualquiera sea la composición definitiva del frente, deberá tenerla a ella obligadamente.

Cambiemos muestra fisuras; el radicalismo, su principal aliado nacional, quiere ir solo en algunos distritos, desconforme por no haber tenido participación en la conducción, como también por la marcha equivocada de la economía.

Entre ellos está, Buenos Aires, Ricardo Alfonsín y Córdoba, uno de los distritos responsables del triunfo del actual gobierno. Allí, el diputado nacional Mario Negri quiere ir como candidato a gobernador por Cambiemos, en disputa con Mario Mestre, el actual intendente de la ciudad. Algo similar pasa en Mendoza, en donde varios radicales quieren suceder al gobernador Alfredo Cornejo, mientras el intendente Omar De Marchi se propone como representante del Pro en la provincia.

Paralelamente, el Jefe de Gabinete, Marcos Peña, sale al encuentro de la díscola diputada Elisa Carrió para elaborar estrategias electorales, porque no ven la cosa del todo clara. Están dispuestos a hacer de todo para mantener el poder, como siempre. Insisten en el voto electrónico porque son expertos en fraude. Pero… no tienen todas las de ganar.

Macri cuenta con un 30% de antiperonismo de la sociedad. El gorilismo tradicional de siempre. Aquellos que odian y desprecian las conquistas sociales. Los que siguen añorando viejos privilegios. La rancia oligarquía que jamás se rinde ni se rendirá porque se sienten los dueños de la patria. Lo sabemos, como sabemos que este gobierno que los creía representar, todo lo que hizo, lo hizo mal. De allí que los encuestadores hablan de que el piso se le transformó en techo y siga sumando imagen negativa.

El rol de los medios hegemónicos sigue manipulando de manera grosera a la opinión pública, sin embargo la cruda realidad de cada día obliga a pensar con el bolsillo. Un bolsillo que impone reunirse y salir a la calle contra el tarifazo, como sucedió ayer -10 de enero- con la “Marcha de antorchas” en la CABA y que luego se realizará en las principales ciudades del país. Como para demostrarle al gobierno que el pueblo lucha y la lucha, no se toma vacaciones.

De allí la polaridad que enfrenta este año y su calificación, conforme las esperanzas del campo nacional y popular que espera revertir el daño causado al país.

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