José
Martí es recordado como el gran luchador por la independencia de su patria pero
también de lo que él llamó nuestra América. Supo de las amenazas que se
gestaban sobre nuestras independencias y
cómo el imperialismo estadounidense nos acecha con sus permanentes aliados.
Adalberto Santana /
Especial para Con Nuestra América
Desde Ciudad de México
El
28 de enero de 2019, en el 166 aniversario del natalicio de José
Martí, comienza en La Habana la IV Coferencia
Internacional “POR EL EQUILIBRIO DEL
MUNDO”. Destacada actividad del Proyecto José Martí de Solidaridad
Internacional, auspiciada por la UNESCO que se inició en el año de 2003. A las
conferencias anteriores han acudido una diversidad de intelectules, artistas,
científicos y políticos de distintos países del mundo. Actualmente el ese
Proyecto es coordinado por la Oficina del Programa Martiano de Cuba. Es así “la
única iniciativa supranacional existente en la actualidad para favorecer el
estudio, el conocimiento y la divulgación de la vida y obra de una figura
cumbre en el terreno de las ideas”. De esta manera esa iniciativa ha generado
un gran movimiento internacional a revalorar y difundir el pensamiento del gran
Apóstol cubano. En ese sentido participaremos en esa gran reunión martiana y aquí dedicaremos algunas
reflexiones sobre el Héroe Nacional cubano y gran figura mundial del
pensamiento latinoamericano y caribeño.
Se
puede reconocer que José Martí fue un prócer de nuestra América que vivió un
gran número de años de su vida en el destierro, ya fuera en la metrópoli
española, en México, Guatemala, Venezuela y los Estados Unidos. Pero tambien
fue un intelectual y pensador de nuestra América que virtió una serie de ideas
para identificar el fenómeno del destierro entendido como exilio fuera de la
patria y que tuvo esencialmente una matriz política que nos puede servir en
nuestros días en pleno siglo XXI para
identificarlo como una cruda realidad de nuestro tiempo.
Si
hacemos una breve cronología de la biografía de José Martí, encontramos una
cartografía de su destierro o exilio en diversos momentos y lugares del mundo
en que dejó su huella. Por ejemplo, sus años de destierro se inician el 15 de
enero de 1871 cuando es obligado a
ir al exilio deportado a España. Martí había sido acusado del delito de
infidencia y se había convertido en un preso político a la edad de diecisiete
años. Su destierro español se prolongó hasta
fines de 1874 cuando decide trasladarse a vivir ese exilio a nuestra
América, arribando a territorio mexicano en 1875. El primer lugar en pisar su
irredenta gran patria latinoamericana fue el puerto de Veracruz. Así, inicia su viaje a México a fines de
diciembre de aquel año pasando por Francia, Inglaterra, Irlanda, llegando a
Nueva York el 14 de enero de 1875. Viaja en el vapor City of Mérida a La Habana, pero no desciende de la embarcación. Al
reiniciarse la travesía rumbo a México el 2 de febrero, el vapor realiza escala en puerto Progreso y finalmente arriba al
puerto de Veracruz el 8 de febrero de aquel año de 1875. Desde ese histórico
lugar abordó el tren que lo condujo a la
Ciudad de México, donde en la misma estación de ferrocarril conocerá a su gran
amigo mexicano Manuel Mercado.[1]
Recordemos que en el
gobierno Benitó Juárez se generó toda una corriente de solidaridad con la
independencia de Cuba. Sobre todo en estos años entre 1868 y 1878 en la isla se
desarrolló la guerra de los diez años. Esta situación mostró un destierro en
México donde figuraron destacados patriotas cubanos. Figuraron en ese exilio
del México emancipado: Francisco Lemus, José María Pérez y José María Heredia.
Más tarde resaltan Esteban Morales (quien llegó a ser secretario de don Benito Juárez
en Veracruz), “el periodista Rafael Zayas,
José Miguel Macías, y José Victoriano Betancourt, quien fungió como Juez
de Primera Instancia en Tuxpan, y falleció luego en Córdova, mientras en Cuba
dos de sus hijos luchaban por la libertad de su patria”.[2] Asimismo llegaron
exiliados a México el santiaguero Pedro Santacilia y Palacios (quien también
llegaría a ser secretario de Don Benito Juaréz y esposo de su hija mayor), el
bayamés Juan Clemente Zenea y el poeta Alfredo Torroella, quien le declamó al presidente
Juárez en la fiesta del 15 de
septiembre en el Teatro Nacional.
Del proscrito cubano,
Acoge el gran amor
que por ti encierra;
¡no quiero ser esclavo allá en mi tierra
En este torrente de ese
destierro o exilio cubano, se sumó la
presencia de la familia de José Martí y el propio joven habanero desterrado de su patria. Sin embargo, al poco
tiempo de estar exiliado en México y con la llegada del golpe de estado del
general Porfirio Díaz, a principos de enero de 1877 tiene que exiliarse
de México y tras una breve estadia clandestina en Cuba viaja por el litoral de
la peninsula de Yucatán para acogerse en Guatemala. En aquellos momentos de ese
nuevo exilio, afirmó Martí: “Cuando yo venía, un año hace, animada
de sueños la frente y frío de destierro el corazón, del caluroso Izabal a la
templada Guatemala”. [4]
En Centroamérica radicó José Martí hasta 1878
cuando logra retorna a Cuba. Sin embargo, en 1879 de nueva cuenta es deportado a
España y de ahí nuevamente va desterrado pero ahora a los EU. De tal suerte que en territorio
estadounidense comienza a organizar al exilio cubano. Un año después viaja a
Venezuela donde vive un nuevo destierro latinoamericano. Finalmente entre 1882
a 1895 Martí vive desterrado en los EU. En todo ese tiempo a la par de
dedicarse a sus labores intelectuales también continua organizando en el exilio
la lucha por la independencia de Cuba, a la cual retorna para finalmente caer
en combate el 19 de mayo en la batalla de Dos Ríos.
En Cuba y gran parte de
los países latinoamericanos y caribeños, José Martí es recordado como el gran
luchador por la independencia de su patria pero también de lo que él llamó
nuestra América. Supo de las amenazas que se gestaban sobre nuestras independencias y cómo el
imperialismo estadounidense nos acecha con sus permanentes aliados. Tal como
hoy le acontece a la Revolución Bolivariana. Sin duda, en estos momentos
difíciles el espíritu de Bolívar y Martí le brindarán al pueblo venezolano un
nuevo aliento para derrotar a las fuerzas intervencionistas que atacan a la
sufrida y heroica Venezuela.
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