La batalla en que
está enfrascada Syriza trasciende a
Grecia e incluso a Europa, donde ya se ha convertido en un referente para la
izquierda auténtica que renace en las luchas populares. Únicamente en América
Latina hemos visto a pueblos casi enteros alzarse prolongadamente contra el
neoliberalismo y convertirse en opciones de poder, como Syriza en Grecia.
Angel Guerra Cabrera / LA PUPILA INSOMNE
Syriza, la fuerza política emergente en Grecia |
Las elecciones del
17 de junio en Grecia no las decidió
el pueblo, como se supone en democracia(¿?). Estaba en juego la aprobación o
rechazo del Memorando, nombre dado popularmente al acuerdo firmado por el
gobierno griego con la troika (Unión
Europea-UE-, Banco Central Europeo y Fondo Monetario Internacional), a
cambio de su “rescate” por estas instituciones. El Memorando se traduce en el
robo descarado por la banca internacional, principalmente alemana, de la riqueza creada por el pueblo griego en
décadas.
Así que las
instituciones europeas y el capital financiero lanzaron una campaña de terror
que caló en una parte de la población y la inhibió de votar por el antineoliberal Syriza, que rechaza radicalmente el Memorando. Si
no ganaban los partidarios de “cumplir los compromisos” con la UE, decían,
Grecia saldría del euro, volvería al dracma y retrocedería al paleolítico. Con
ello consiguieron aumentar considerablemente la votación del derechista Nueva Democracia(ND) -servil defensor
de los acuerdos- respecto a las
elecciones del 6 de mayo, que pasó de
18.85 a 29.66 por ciento de los sufragios y terminó puntero. Pese a ello,
Syriza le pisó los talones al superar
con 26.89 el 16.78 por ciento logrado
entonces aunque no pudiera alzarse con la victoria como anunciaban varias
encuestas e indicaba el humor social.
No
obstante, si se suma la considerable abstención en comicios tan determinantes
de más de dos millones y medio de electores(38 por ciento) al sufragio
conseguido por la coalición Syriza, los Griegos Independientes, los neonazis de
Amanecer Dorado –podrida democracia la que tolera un partido racista y xenófobo
por sus dichos y violentos hechos contra migrantes y activistas-, el Partido
Comunista y otras formaciones menores opuestas al Memorando, se advierte que
suman casi 5 millones y medio(más de la mitad del registro electoral
holgadamente) frente a los menos de 2 millones logrados por ND. Aun añadiéndole
a este el ya escuálido voto de los “socialistas” del Pasok, su cómplice en la
aplicación de las crueles medidas económicas acordadas con la UE, a lo más que
llegan es a alrededor de la mitad de quienes, votando o absteniéndose,
rechazaron el Memorando.
La UE y el capital
financiero echaron campanas al vuelo ante el resultado electoral pero en
realidad lo único que lograron es evitarse la humillación de negociar con
Syriza y su líder Alexis Tsipras las
condiciones en que Grecia continuaría dentro de la zona euro. Por lo demás, ya
Tsipras ha dejado claro que continuarán rechazando los ajustes y serán
oposición en la calle y en el Parlamento. En este tienen 71 diputados, que
pueden hacer mucho por impedir que pasen nuevas medidas antipopulares, objetivo
principal de Angela Merckel y de los
tiburones de las finanzas. Ni los
miembros del nuevo gobierno formado por ND, Pasok e Izquierda Democrática se
creen de veras el chiste de que el pueblo griego les permitirá gobernar a gusto
de la UE por el hecho de que tengan la mayoría parlamentaria. Pasok ha
insistido desde hace semanas en la necesidad de que Tsyriza formara parte de un
gobierno de unidad nacional –rechazado de plano por aquel- y junto a ND habla
de la renegociación del Memorando, otro chiste, pues la UE no aceptará cambiar
nada más allá de retoques cosméticos. En cambio Syriza, las fuerzas de
izquierda y el pueblo movilizado podrán ahora continuar la batalla contra el
Memorando combinando inteligentemente la acción en la calle y el Parlamento.
Lamentablemente el Partido Comunista, de admirables hazañas pasadas, no sólo se
ha negado a todo tipo de cooperación con Syriza sino que lo ha atacado
constantemente, lo que podría explicar el descenso de sus votos a casi la
mitad, de 8.48 a 4.5 ciento.
Con o sin la
victoria de Syriza nadie puede asegurar que Grecia no saldrá del euro, como ya
no se puede asegurar de España ni de Italia si uno se guía por el Wall Street Journal. En todo caso, la
batalla en que está enfrascada Syriza
trasciende a Grecia e incluso a Europa, donde ya se ha convertido en un
referente para la izquierda auténtica que renace en las luchas populares.
Únicamente en América Latina hemos visto a pueblos casi enteros alzarse
prolongadamente contra el neoliberalismo y convertirse en opciones de poder,
como Syriza en Grecia. Para continuar el ciclo latinoamericano le falta llegar
al gobierno y puede ocurrir en cualquier momento. Pues ¿qué otra fuerza política podrá
encabezar ese país cuando llegue la debacle?
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