El acuerdo
entre el Frente Amplio, un sector del PAC y Patria Justa expresa la vocación
del progresismo por avanzar en la construcción de acuerdos sobre la base de
mínimos programáticos.
Héctor Solano Chavarría* / Especial
para Con Nuestra América
Firma del Acuerdo por el Bien Común en Costa Rica. |
En
política, así como en la vida, toda acción genera una reacción.
No
pocas veces, se ha afirmado que la clave de la acumulación de fuerzas del
progresismo costarricense pasa por la articulación entre movimientos sociales y
partidos políticos. Articulación, en la perspectiva incrementar los niveles de
movilización y generar el tejido social necesario para los cambios que demanda
la población.
Y
en ese sentido, el acuerdo programático por el Bien Común suscrito en días
pasados entre el Frente Amplio (FA, izquierda), un sector del oficialista
Partido Acción Ciudadana y la coalición sindical latinoamericanista, Patria
Justa (PJ), es expresión de ello. Y los poderes fácticos articulados en torno
al modelo neoliberal lo saben. Están al acecho.
Según
el expresidente del Banco Central y columnista de La Nación, Jorge Guardia, “La
sociedad (costarricense) se está polarizando” (La Nación, 30/06/2015). Guardia, quien días atrás reconoció su
“desazón” y rechazo a los postulados contenidos en la última Encíclica
publicada por el Papa Francisco I, aceptó que “Podría vivir sereno bajo sus égidas o las del PLN o el PUSC. Pero no
con la izquierda”.
Y
es que, si algo se puede inferir del comportamiento de los poderes fácticos durante
el último tiempo, es que cada vez les resulta más difícil disimular sus
intenciones de arrastrar al país por el camino de la confrontación y la
polarización social. Su resquemor, su resistencia a que las cosas cambien en
Costa Rica, les conduce por el mismo camino por el que se condujeron durante la
pasada campaña electoral. Por el mismo camino del miedo, tal y como lo dejan
entrever las reacciones del expresidente Óscar Arias a propósito del acuerdo de
marras.
“Discrepo con la alianza que su partido (el
de Solís) ha hecho con los comunistas criollos. Creo que ese pacto solo tiene
consecuencias negativas para nuestro pueblo (…) menos inversión nacional o
extranjera, menor crecimiento de la economía, más desempleo, más pobreza y más
desigualdad social” (La Nación,
30/06/2015), afirmó el premio nobel, en cuyo gobierno aumentó exponencialmente
el déficit fiscal.
El
otrora candidato presidencial del PAC y acérrimo crítico de la política
económica del gobierno de Luis Guillermo Solís (LGS), fue más allá que el
propio Arias, y afirmó a través de la red social FaceBook que “En la
izquierda sindical y frenteamplista creen que la empresa privada no tiene
importancia y que casi todo rico es corrupto (…) que el estado es para dar
beneficios a los empleados públicos y no para ayudarle a la gente más
necesitada para que salga de la pobreza y a la clase empresarial para que sea
competitiva”.
“Nuestra visión del desarrollo no es la de
la izquierda frenteamplista . El PAC ganó, en parte, precisamente porque no es
un parido (sic!) de ideología radical ni de derecha ni de izquierda”,
remató.
El
acuerdo entre el FA, un sector del PAC y PJ recoge las principales aspiraciones
de las organizaciones y sectores afines al campo popular-progresista, tales
como el salario mínimo vital, el fortalecimiento de la inspección laboral y la
declaratoria del agua como un bien de dominio público y un derecho humano.
Asimismo,
incluye propuestas tales como “Analizar
el empleo público con el fin de promover sistemas para estimular la excelencia
en la prestación de los servicios”, así como “Evitar que (…) se debilite el modelo eléctrico estatal vigente en el
país, mediante el aumento de la cogeneración privada de electricidad, con la
aprobación de proyectos de ley como el expediente 18.093 de Contingencia
Eléctrica”.
Algo
se tiene que estar moviendo en Costa Rica para que los poderes fácticos
reaccionen de esa manera tan beligerante frente al acuerdo de marras.
Patricia
Mora, diputada y presidenta del FA, recordó que no es la primera vez que
diversas fuerzas sociales y políticas suscriben acuerdos en beneficio de la
ciudadanía, como ocurrió en la década de 1940 con la firma del Gran Pacto
Social que entre otras cosas dio origen a las Garantías Sociales, al Código de
Trabajo y a la CCSS.
“No somos los primeros en trabajar en esta
dirección de construir acuerdos políticos, pero sí somos los que más ataques
hemos concitado”, recalcó Mora en referencia a la campaña del miedo de los
poderes fácticos contra el acuerdo, al tiempo, que recordó que “construir acuerdos es acuerdos es parte de
la democracia”.
Por
su parte, el excandidato presidencial del FA, José María Villalta, hizo eco de
las declaraciones de la presidenta de su partido, y fue más allá. “Los partidos tienen acuerdos similares,
Liberación Nacional tiene un acuerdo evidente con los partidos cristianos para
frenar la agenda de derechos humanos y fertilización in vitro. Lo que pasa es
que lo tienen por debajo de la mesa”, señaló en declaraciones brindadas al
medio virtual El Mundo.
La
disputa está abierta, y como el avestruz, el (auto) denominado “gobierno del
cambio” intenta mirar hacia otro lado. “Yo
me enteré por los medios esta mañana. El Poder Ejecutivo no tuvo acceso previo
a este documento. Tampoco he podido revisarlo hoy”, dijo consultado por los
medios de comunicación el Presidente LGS.
Las
organizaciones y movimientos sociales articulados en torno al campo
popular-progresista, así como los partidos políticos, tienen ante sí el desafío
de la ampliación de la base de temas y sectores que acuerpan el acuerdo por el
Bien Común.
La
actitud timorata, la indefinición y la ambigüedad característica de la
Administración LGS, evidencian que ya el gobierno dio lo poco o lo mucho que
tenía para dar. La disputa es en otro plano: el de la articulación y la
movilización social; y el electoral, ya con los fuegos abiertos de cara a los
comicios municipales de febrero del 2016.
*Politólogo. Asesor legislativo, integrante de la Comisión de
Formación Política del Frente Amplio
No hay comentarios:
Publicar un comentario