La República Bolivariana de
Venezuela aspira la soberanía legítima sobre un territorio arrebato por los
británicos y, transferido ilegalmente en el tutelaje a Guyana; la evidencia
histórica demuestra que el Esequibo, su fachada marítima, sus habitantes y los
recursos naturales son la última pieza para la integridad territorial de
Venezuela.
José Fortique / Especial para Con Nuestra
América
Desde
Caracas, Venezuela
Ante la Asamblea Nacional, el presidente Nicolás Maduro hizo un llamado a la unidad de los venezolanos frente al conflicto con Guyana. |
El duelo de comunicados,
emitidos desde Guyana y Venezuela por la disputa esequibana, se ha incrementado
en el 2015 a niveles históricos, acompañado con declaraciones al más alto nivel
en ambos países. Sin dudas, para el análisis es importante revisar el estado
del arte en el terreno intelectual. La gestión de la controversia, está
conectada en forma orgánica con la producción discursiva de condiciones desde
lo que pudiéramos llamar “cerebros”. Estos suministran en algunos casos (think
tanks), los recursos básico en lo estratégico o lo táctico para las
operaciones en la política; entendiendo esta categoría desde la
definición de Chantal Mouffe como un intento de orden en el conflicto.
Quizás, para algún lector
desprevenido la disputa del Esequibo pueda parecer un caso absurdo. Pero la
complejidad de la cuestión no es estrictamente territorial, reposa en
dimensiones más profundas que el chauvinismo o la confrontación interestatal.
El despojo británico durante el siglo XIX contra Venezuela, fue un coletazo de
la hegemonía aguzada en la era del imperialismo. Precisamente, es
inevitable cotejar en la actualidad la debilidad estadounidense en el tablero
geopolítico y, el rebrote de las fricciones en la fachada atlántica de
Suramérica.
El documento remitido el 04 de
Julio de este año por Odeen Ishmael en su blog, bajo el título Strategies
for the Promotion and Protection of Guyana’s Sovereign Territory, With Specific
Reference to Western Essequibo, es una pieza fundamental para comprender
los códigos geopolíticos de la élite guyanesa. El autor, es un ex
diplomático, quien ejerció el cargo de embajador en Venezuela y EEUU. Por eso,
su análisis evidencia un camino trazado con antelación a la presidencia de
Granger. ¿Por qué se agudiza el conflicto?, la estrategia es clara: Guyana
intenta zanjar la controversia desconociendo el Acuerdo de Ginebra (1966),
limitando así una salida negociada e incentivando otras opciones.
El diplomático sugiere una
alianza de su país con Colombia, Brasil y E.E.U.U para derrotar a
Venezuela. Llama la atención, que en varios apartados promueva como vital el lobby
en el congreso y con el gobierno estadounidense. La sugerencia de
involucrar directamente a los Estados Unidos en la disputa, se consolidaría con
la entrega de los recursos naturales del Esequibo para la Iniciativa de la
Cuenca Caribe. Esto es el ápice de una estrategia grosera, que busca la
reocupación colonial directa complementada con la activación de la
Commonwealth.
La elite que gobierna en la
República Cooperativa de Guyana (PPP o PNC), ha optado por una vía que
contradice todas las normas del derecho internacional público. Odeen Ishmael
refleja una aspiración al reconocimiento internacional de la soberanía
guyanesa sobre el territorio en disputa, mientras se clama por una intervención
de potencias extranjeras. Por tanto, la concesión de Guyana a la Exxon Mobil
para las operaciones petroleras en agua en controversia, es una peligrosa
provocación que incluye lesiones al territorio marítimo del estado Delta
Amacuro (no sometido a debate). La hostilidad guyanesa hacia Venezuela se ha
incrementado en los últimos meses, en un tiempo histórico precedido por el
sofocamiento violento de la Rebelión del Rupununi (1969) y el asalto
fracasado a la Isla de Anacoco en el rio Cuyuni (1966) (tesis de costa seca).
Con la tesis del sub-imperialismo,
el gobierno guyanés intenta mermar la influencia del Estado venezolano en los
estados periféricos. Asimismo, se busca socavar las relaciones de
confianza con el CARICOM; infringiendo una herida al proceso de integración
regional. Si bien, el argumento de la reclamación venezolana sobre el Esequibo
ha sido poco difundido en el exterior, es importante señalar que no se trata de
anexionismo. La República Bolivariana de Venezuela aspira la soberanía
legítima sobre un territorio arrebato por los británicos y, transferido
ilegalmente en el tutelaje a Guyana; la evidencia histórica demuestra que el
Esequibo, su fachada marítima, sus habitantes y los recursos naturales son la
última pieza para la integridad territorial de Venezuela.
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