El viernes 14 de agosto, los
Estados Unidos realizaron en La Habana la ceremonia de apertura de su embajada
con la presencia del Secretario de Estado John Kerry, quien en su discurso en
el acto protocolario dijo: “no somos ni enemigos ni rivales: somos vecinos”.
Rafael
Cuevas Molina/Presidente AUNA-Costa Rica
El Secretario de Estado John Kerry en La Habana. |
Efectivamente, eso es lo que
Estados Unidos y Cuba deberían haber sido siempre; pero si a nuestra larga
experiencia histórica latinoamericana nos remitimos, los Estados Unidos no solo
nos han prometido eso a lo largo de todo el siglo XX sino, además, ser un
“buen” vecino, y ya sabemos en qué ha parado esa promesa.
Estados Unidos ha alternado su
política del Buen Vecino con otras como la del Gran Garrote y la del Dollar Diplomacy, alternándolas según su
conveniencia. En 1933, por ejemplo, ante la imposibilidad de vencer
militarmente a Augusto César Sandino, quien en las montañas de Nicaragua
resistía su presencia invasora producto de la política del Gran Garrote, cambió
a una posición propia del Buen Vecino retirando sus tropas y promoviendo que se
realizaran elecciones, llevando así el aislamiento nacional e internacional del
Héroe de Las Segovias quien, a la postre, debió abocarse a una negociación con
quien sería su verdugo, Anastasio Somoza García, el primero de una dictadura
familiar respaldada por ellos, que no fue derrocada sino hasta el 19 de julio
de 1979 por la Revolución Sandinista.
Igualmente, con Cuba no han podido
por más de medio siglo. La resistencia cubana a su política agresiva y
prepotente le ha restado brillo a su papel de gran potencia contemporánea, y ha
mostrado al mundo, pero especialmente a América Latina -en donde su poderío ha
venido desluciéndose desde hace más de diez años-, que es posible oponérsele y
resistir.
Esta incapacidad de quitarse la
piedra en el zapato cubana por la vía de la agresión, ha sido una de las
causantes principales de que los Estados Unidos hayan decidido cambiar de
estrategia. Lo ha dicho reiteradamente Barak Obama, y lo dijo nuevamente John
Kerry en el acto realizado en La Habana: ellos no cejan en su intención de
promover todo aquello que tenga que ver con el modo de vida cuya expansión se
sienten predestinados a promover y defender.
Los cubanos, claro está, lo saben;
nadie tiene que decírselos. La capacidad del Estado cubano de establecer relaciones
de todo tipo de actores internacionales y, como dice Santiago Pérez, “un
creciente número de actores no estatales”, entre los que se
encuentran grupos empresariales, transnacionales, medianas y pequeñas empresas,
grupos de las sociedades civiles, de solidaridad, gobiernos estaduales,
provinciales, movimientos religiosos, fuerzas políticas de distintas latitudes,
que cada vez tienen un mayor protagonismo en el sistema internacional, es
proverbial. Y, si alguien sabe de relaciones con Estados Unidos, son ellos.
Barak Obama ha pasado, así, de la
política del Gran Garrote a la del Buen Vecino, que ahora se puede entender
como “poder blando” o soft power.
Éste se ha concebido a partir de la lectura de las nuevas condiciones del mundo
contemporáneo, y utiliza las herramientas que este le proporciona, entre ellas,
la omnipresencia de internet y todos los artilugios a través de los cuales se
tiene acceso a ella. Como dice Aram Aharonian, “Si antes
necesitaban fuerzas armadas para imponer modelos políticos, económicos y
sociales, hoy no necesitan bayonetas sino que nos bombardean todos los días,
permanentemente, en la sala de nuestras cosas y nuestros propios dormitorios
con un mensaje único, una verdad virtual.”[1]
La
“estampida” de visitantes internacionales que se ha desatado sobre La Habana en
los últimos tiempos tiene que ver con este “deshielo” de las relaciones entre
los dos países, y esa es la parte positiva[2];
pero, por otro lado, está la mano que mueve el entramado que Obama y Kerry no
se han preocupado por ocultar.
A este
nuevo reto se enfrentan hoy los cubanos. Ahora, como antes, estamos con ellos.
NOTAS:
[1] . Cuevas Molina, Rafael
(9 de abril de 2011); “Conversando con Aram Aharonian: El problema fundamental
es tener ideas”; en revista electrónica Con
Nuestras América. Localizable en:
http://connuestraamerica.blogspot.com/2011/04/conversando-con-aram-aharonian-el.html
[2] . Véase la relación de
visitas que han llegado a La Habana recientemente en https://lapupilainsomne.wordpress.com/2015/08/14/cuba-proyeccion-global-y-politica-norteamericana-factores-explicativos-parte-i/
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