A pesar de la opresión
capitalista, los Pueblos Nativos de Estados Unidos, como los Pueblos Nativos
del mundo, siguen despiertos, luchando, defendiéndose del ataque brutal de un
imperio que cree que acabando con la naturaleza sobrevivirá cuando el agua se
acabe, y podrá comer dólares y beber petróleo.
Ilka Oliva Corado / Especial para Con Nuestra América
Desde
Estados Unidos
Hace unas semanas en Estados
Unidos como en la mayoría de países de Latinoamérica se celebró el día de
Cristóbal Colón, se realizaron actividades en las escuelas y fue día feriado.
En Estados Unidos, noviembre es el mes de los Pueblos Nativos desde 1990. Como
el papel aguanta con todo, se dice que es para conmemorar el aporte de los
estadounidenses provenientes de los Pueblos Originarios.
El Gobierno federal ha
reconocido a 566 tribus y a 326 reservaciones de indígenas. Ahora bien, ¿para
qué los tienen en reservaciones? ¿No es otra modalidad de esclavitud y
encarcelamiento acaso?
Lo más cercano a nosotros
latinoamericanos es el genocidio que sufrieron los Pueblos Originarios cuando
españoles ladrones, traficantes y asesinos invadieron el continente. Nos
contaron la historia patriarcal de La Malinche pero no la de Juana Azurduy y
Bartolina Sisa. A Malinche la reivindicó Laura Esquivel, en su novela Malinche.
Pero ha podido más el patriarcado y seguimos cantando La maldición de la
Malinche, de Gavino Palomares. ¿La reivindicará algún día la historia verdadera
que nunca es la oficial?
De éste lado de la frontera que
también nos fue impuesta para dividir Latinoamérica de invasores europeos,
también hay Pueblos Originarios, no han podido exterminarlos por más que lo
intenten. A ellos nos los han pintado en las películas del oeste al estilo
Hollywood: como violentos, con arcos y flechas atacando carretas de
anglosajones que pasan entre montañas y ríos. Los mártires; hombres caucásicos
de ojos verdes y azules, robustos y de cabello rubio. Mujeres altas y esbeltas,
de tez blanca y con sirvientas indígenas. De modales y paladar refinados. Ahí
están las películas de Jhon Wayne, el Gran Chaparral y Bonanza, con las que
crecimos muchos, porque el papel de la televisión en la desinformación es
vital.
Esa misma televisión está
ocultando lo que sucede con los Pueblos Originarios de Estados Unidos. La
opresión que viven es brutal, como la que viven los afro descendientes en las
urbes industrializadas y la comunidad latina indocumentada. Sin embargo lo que
viven los latinos no lo cubre ningún medio de información, en el caso de los
afros y los Pueblos Originarios tienen el respaldo de los medios de
comunicación alternativos y es gracias a ellos que nos hemos enterado de lo que
está sucediendo en Dakota del Norte, donde pretenden construir un oleducto.
Es el mismo petróleo por el que
México está como está y fue el Golpe en Brasil y la insistencia en derrocar a
Maduro en Venezuela. El mismo petróleo por que el que mataron a Gadaffi y se
vino abajo la Revolución Árabe. El mismo por el que invadieron Irak y están
bombardeando Siria. El mismo capitalismo que ha mutilado África con los
Diamantes de Sangre y sigue invadiendo pueblos en desarrollo por el agua de sus
ríos y la belleza natural que la tierra guarda en sus entrañas. El mismo
capitalismo que tiene el bloqueo en Cuba. El mismo que aplica la versión
renovada del Plan Cóndor en América Latina. Ajá, el mismo que tiene millones de
pobres en Estados Unidos y miles de parias en las cárceles. El mismo que
realiza limpiezas sociales en barrios latinos y afros. El mismo que mata negros
y latinos como perros rabiosos en las calles.
En Estados Unidos, Nativos que
se oponen y defienden el agua de sus ríos han sido reprimidos al estilo de las
películas del oeste hollywoodenses; el Gobierno ha gastado ya 10 millones de
dólares en reprimirlas desde que comenzaron las manifestaciones pacíficas. Amy
Goodman fue la periodista en ir al paredón: la utilizaron como escudo para
silenciar a los Pueblos Originarios pero no lo lograron, aunque le impusieron
cargos inexistentes e inventados.
Han utilizado gases lacrimógenos,
los han atado como a perros y metido a perreras, literal, de esas mismas
perreras utilizan en la frontera con México para atrapar indocumentados. Los
han golpeado y acusado de romper el orden, muchos están en la cárcel acusados
de cosas que nunca hicieron.
La pregunta, ¿en dónde están los
millones de ciudadanos estadounidenses defendiéndolos y uniéndose a las
manifestaciones y a la denuncia? El agua es vida, se toma, el petróleo no,
nadie puede bañarse con petróleo, cocer sus alimentos, lavar su ropa, atender
emergencias de hospital, regar las plantas. Una lluvia de petróleo no hace
crecer los árboles, las hortalizas.
Las protestas de los Pueblos
Originarios sirvieron de idea para que en la noche de Halloween muchos
anglosajones se disfrazaran de Nativos para sus fiestas. Y otros en específico
con los Nativos que están protestando defendiendo sus ríos. Una falta de
respeto total. En noviembre también se celebra el Día de Acción de Gracias,
historia mal contada, donde dicen que Nativos dieron de comer a los peregrinos
que llegaron a tierras americanas como muestra de hospitalidad y de
recibimiento.
La verdad es otra, pero la
ocultan, no se las dicen a los niños en las escuelas, no la dicen en los medios
de comunicación, no la dicen en las obras de teatro de Broadway, no lo dicen en
las películas de Hollywood, no lo dicen en la poesía que gana eventos
literarios, no la cuentan los escritores que reciben medallas de honor en la
Casa Blanca. No está expuesta murales en los grandes museos. No, está oculta y
solo la cuentan los que tienen Memoria Histórica. Desgraciadamente poquísimos
en este país de masas manipuladas por el consumismo.
Sin embargo a pesar de la
opresión capitalista, los Pueblos Nativos de Estados Unidos, como los Pueblos
Nativos del mundo, siguen despiertos, luchando, defendiéndose del ataque brutal
de un imperio que cree que acabando con la naturaleza sobrevivirá cuando el
agua se acabe, y podrá comer dólares y beber petróleo. Hay tanto por aprender
de los Pueblos Originarios. Por si quedaba alguna duda, si así actúa el
gobierno estadounidense contra los Pueblos Originarios dentro de su propio
territorio, imaginemos qué es capaz de hacer en las injerencias extranjeras.
Digo, por si nos queda duda…
Y una más, imaginemos qué es
capaz de hacer la Patrulla Fronteriza con los migrantes indocumentados en la frontera entre México y
Estados Unidos. ¿Alguna duda de por qué los indocumentados no denuncian lo que
viven en la travesía al llegar a territorio estadounidense? Sería bueno que
vieran la película Machete, para tener noción. Y como guinda del pastel,
reprimiéndolos es como Estados Unidos celebra el Mes de la Herencia de los
Pueblos Originarios. Belleza…
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